Parte 37

4.6K 374 20
                                    

Observaba como la cortina del ventanal tenía un movimiento leve con la entrada del aire, estaba recostada en mi cama observando fijamente aquel pedazo de tela. Sentía como si tuviese a alguien encima presionándome el pecho, como si no pudiera respirar pero eso vaya que lo estaba haciendo con facilidad; tenía tantas ganas de dormir pero justo ahora tenía que ponerme de pie, arreglarme, ser una mujer elegante y demostrar que soy feliz.

Las gotas de agua de la regadera sabia que estaban caliente sin embargo sentía lo contrario, no fue difícil elegir que me podría hoy y solamente elegí el vestido que más cómodo se viese, no sentía prisa y tampoco ganas de arreglarme pero lo hice.

Mañana es la fiesta de compromiso y yo me encontraba en la peor faceta desde que llegué aquí. Después de mañana todo va a ser aún más pesado, tendré manos ajenas arreglando mi cabello antes de salir a cualquier lugar, eventos con el doble de aglomeración de los que estaba acostumbrada a ver, presentaciones oficiales y eso todavía el comienzo del comienzo.

Vi el reloj y ya era hora, salí de la habitación con pasos ligeros hasta llegar al salón principal donde esperaba encontrar a Charles para ir a la celebración. El palacio ya se veía bastante movilizado por lo que mañana pasaría aquí, eso me ponía la piel de punta.

—¿Eleanor?—Marie y su abuela entraron, yo estaba en el sofá y me puse de pie.

—¿No debe...—Marie intentó hablar.

—Tú deberías estar en la cama—habló la reina— mi nieto dijo que no estabas bien y era mejor dejarte descansar.

¿Su qué...?

—Mañana debes estar radiante querida, Charles ya se ha ido.

Más claro que el cielo en primavera.

—¿Estás bien?—preguntó Marie— llamáremos al médico si quieres.

—No, sólo...

No tenía una respuesta clara, solo sabía que no quería volver a mi habitación, lo manejé con calma hasta que la reina dejó de decir que volviera a la cama. Marie dijo que almorzaríamos juntas pero antes tenía que salir a hacer unas cosas, asentí y aceptando que ahora no tenía nada que hacer empecé a andar por todo el palacio, viendo cómo muchas personas trabajaban desde hoy para que mañana todo estuviese perfecto, me pasee en los pasillos, salones hasta llegar al balcón dónde se observaba todo el jardín. Había gente podando, regando y cuidando que todo se viese estupendo, sin embargo algo llamó mi completa atención.

Un beagle corría por los jardines del palacio, no me pude contener y de inmediato bajé; los recuerdos estaban más presentes de lo que creía.

Me fui acercando lentamente, este cachorro era de alguien muy cercano a la familia real para que lo dejasen estar en total libertad.

No di muchos pasos cuándo noté que jugaba con un chico alto y castaño, el le sonreía, el perro movía la cola y corría detrás de la pequeña pelota; Este lanzó la pelota mucho más lejos y vaya que le tardaría al peludito encontrarla. Me senté en una de las bancas para observar, pero el chico se dió la vuelta, empezó a caminar hacía mi dirección pero sin ver al frente, observaba su reloj, metros antes levantó la mirada y se detuvo.

No sabía de que manera reaccionar, no podía no hacer nada; lo cierto es que hoy llegarían muchos invitados al palacio y ser descortés es lo último que me gustaría.

—Eleanor — dijo con una sonrisa de lado— creí que te conocería hasta hoy por la tarde.

Él notó que sus palabras me habían confundido y me habían dejado sin siquiera la idea de que responder.

The Duties Of Royalty ©Kde žijí příběhy. Začni objevovat