Parte 16

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A medida que nos acostumbramos del trato que los demás nos dan se nos es difícil asimilar un cambio que no esperabas, los cambios no son malos, puede que sea una señal que no estas en el mismo lugar que ayer y de eso se trata la vida, durante toda mi vida creí que el estar enamorada y tan cerca de casarme sería una de los mejores momentos de mi vida, desde que tengo memoria siempre había querido casarme con alguien que me amase tanto como yo a él, pero eso solamente era una creencia que tenía que olvidar y aceptar que no todo es como queremos. Mi abuela muchas veces dijo que si mis planes no sucedían como yo esperaba, algo me esperaba, el universo nunca se equivoca. Dios era el universo para ella. Y aunque tenía esperanza de que esto se arreglara y dejara de tener a Hadley encima mío siempre, o simplemente dejarme de martirizar por el echo que Charles tiene muy despejado todo al momento de decir que todo esto no es por amor. Nadie tiene más la culpa que yo.

Hoy era la fiesta de compromiso de Zara y ella estaba encantada, lo merecía, en realidad es una maravillosa persona que estuvo conmigo desde que llegué, Marie y ella han sido de mucha ayuda y he empezado a pensar que estoy traicionando a Zara por no decirle que en realidad lo mío con su primo es una mentira; duele decirlo, pero eso es.

Zara estuvo en mi habitación desde muy temprano y desde ahí no la he visto y ya es medio día, he estado rondando los pasillos siendo que ni siquiera Charles ha aparecido en mi camino, es más, hasta siento que está evitándome, "tranquila Elle, es un mal rato no una mala vida" se repetía en mi mente cada vez que sentía ansia por verle. No era tan desconocido para mi este lugar, había sido mi "hogar" por los últimos meses y no me sentía más incomoda recorriendo los pasillos, lo único que deseaba era no encontrar al señor Maximilian o a sus hijos, claro está que no les temo pero si puedo evitar un disgusto lo haré.

—Eleanor.

La ilusión, la maldita emoción.

—Te he estado buscando por minutos.

—Dime—dije.

Se acercó a mi, intentaba arreglarse la manga de la camisa y por ello no me dirigía la mirada.

—¿Necesitas ayuda?

—No—negó al instante— estoy bien, puedo solo.

«Bien» fue lo único que dijo mi mente después de sentirme estúpida.

—Nos veremos en el jardín, mi abuela exigió mucho el estar contigo lo más que pueda y no le agradaría vernos entrar en horarios distintos. Estaré ahí cerca de las ocho, espero no demores...

¿Eso era todo?

—Nos vemos.

Asentí sin siquiera tomar en cuenta que se alejaba de mi y no me prestaba más atención. ¿A que se debía esto? ¿Por qué antes de su viaje todo era lindo? Era todo tan agradable, me fue imposible no pensar que tal vez si podría surgir algo entre nosotros.

Ilusa mediocre.

Fui un rato donde se encontraba mi madre, no la extrañaba pero no podía solamente hacer como que no está aquí. La acompañe un rato mientras me decía lo difícil que era para mi hermana tenerme lejos, ¿Helena? Ella podía estar sin nadie y no sentir diferencia alguna. Me inquietaba preguntarle por algunas personas, pero a la vez quería hacerme la idea de que solamente me haría extrañar más Madrid, y estoy muy lejos de volver ahí así como pasarla bien aquí.

—Charles ha sido un caballeroso...

¿Habían hablado?

—Hoy muy temprano tuve el gusto de conversar con él y con su abuela la reina—dijo— no pude haber escogido mejor hombre para ti, querida.

«Limítate a responder, limítate».

—Serás la reina, mis nietos serán los seres más lind...

—¡Mamá!—la interrumpí.

El rostro de mi madre cuando la interrumpí era de esperarse, pero estaba llevando todo demasiado lejos.

—Eso no pasará, tú mejor que nadie sabe lo que en realidad está pasando y formar una familia con él está muy lejos de suceder. ¿Ser reina? Madre, eso pasará en quince años si no es que más, ¿que te hace creer que seguiré soportando durante tantísimo tiempo? Jamás he querido ser reina, y de no ser porqué falta más de una década para que eso pase, yo ya habría huido del deber. Tal vez cuándo Charles esté recibiendo la corona yo solamente esté en algún lugar del mundo esposada con alguien que si ame y me ame a mí, con él que yo quiera y no el que ustedes eli...

—¡Cállate!

Caminé de prisa, pues alguien estaba afuera y al parecer había escuchado...

—Sabes que ese tema no es de conversarse en lugares así, mucho menos ahora que vienen personas de muchos países... Lo que nos podrá costar a la reina Margaret y a nosotros que esto sea público, ¡cállate Eleanor! Tu sermón no hará que salgas de aquí. Las cosas las sabras después.

—No—dije— no se molesten, yo no quiero saber nada.

Fueron unos segundos los que nos mantuvimos calladas y solamente observándonos.

—Nos vemos en la noche—dije y salí de ahí.

Caminé a mi habitación, pasé ahí recostada un enorme rato, me duche y hasta que llegaron los que me arreglarían me mantuve sentada. Charles fue muy preciso que minutos antes de las ocho tenía que estar en la entrada del salón, eran las siete con dieciséis minutos, únicamente tendría que ponerme el vestido y los tacones.

Giré a la ventana dónde se veía las luces de los autos entrando y saliendo, cámaras siendo estrellas fugaces y gente esperando a ver algo. Me ví por última vez en el espejo y era momento de salir.

Llevaba un recogido de cabello sencillo con una diminuta tiara que en realidad parecía diadema, un vestido elegante en color azul que Zara había elegido, era un vestido hermoso que además resaltaba mis ojos según ella. Caminaba nerviosa, el palacio estaba vacío pero sabía que al momento de girar al pasillo del jardín el estaría ahí.

Con su mismo porte y su maldito encanto.

Me acerqué a él y se veía tan...

No podía describirlo.

Bajé la mirada pues no quería ni siquiera hablar.

—Saliendo de esta puerta—señaló— todo es distinto, saliendo de esta puerta nosotros "nos amamos" ¿de acuerdo?

—Sé que hacer...—dije.

Tome su brazo y levanté la mirada, se veía como las personas llegaban desde la mitad del jardín, pues las entradas estaban en otras direcciones.

Cruzando esa puerta de nuevo a fingir que había amor...

Charles caminaba lento, pero hubo un instante dónde se detuvo y se acercó.

—Estoy seguro que esta noche no habrá nadie más hermosa que tú...

Se me fue difícil asimilar lo que dijo, ¿estaba tomando muy enserio su papel o en verdad lo decía?...


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The Duties Of Royalty ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora