Parte 47

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La mañana fue totalmente agradable, Charles volvió a ser aquel que no temía a lo que después pudiese pasar. Con mi hermana y Zara leíamos lo que se publicaba, estaba feliz, todo estaba yendo bien y no hablo solamente de los planes de la reina.

Cuándo todo terminó volvimos al palacio, en realidad volví porqué Charles fue con su padre después. Ya era medio día, después de esto no tenía nada más que hacer, no había compromisos, ni papeles pendientes. Fui a la sala para buscar a Marie, no se me olvidaba lo que había pasado en plena madrugada. Me seguía preguntando muchas cosas, no la había visto nunca por la altura que tenía, por eso sabía que no se trataba de Hadley, me sentía mal por pensar así pero empezaba a creer que esto era algún maldito plan de mi madre.

—¡Hola!—Eric estaba ahí, junto a Jaques y Beagle.

—¿Ustedes no estaban... en...

—Eric quiso salir de ahí cuándo ya no tenía a una dama a quién ver todo el tiempo.

¡Vaya! Eso era alegría.

—Interesante— les sonreí y me senté frente a ellos.

—Jacques no sabe lo que dice.

—¡Claro que lo sé! Mírate ahora, cambiaste.

—¡Jacques!—Eric intentaba callar a su hermanito.

—¿Cuando vas a decírselo? Eleanor pregúntale cuándo va a decírtelo.

—¿Decirme qué?

Eric vió a su hermano y no sé si pudo haberlo matado con esa mirada.

—Que te veía a ti, todo el tiempo.

Me sentí un poco incómoda, bastante en realidad.

—Si yo tuviera su edad, también me gustarías—dijo él y en medio de todo, me hizo reír.

Eric se tapó el rostro y mostraba que su paciencia estaba por acabar.

—¡Beagle! Vamos, tenemos que hacer enojar a la tía Clarisse.

Jacques se fue, antes me guiñó y leí su labios "cuñada" ¡¿Cuñada?!

—Lo lamento, sabes como es él.

—No te preocupes, ¿Que tal está tu madre? ¿No está cansada de tantas reglas?

Cambiar el tema, eres estupenda Eleanor, cambiar el tema.

Él lo tomó muy bien y conversamos unos minutos, no quería que él pensase que estaba interesada por hacer caso al sarcástico comentario de Jacques, esperaba que fuese eso, sarcasmo. Cuándo los padres de Eric llegaron y los míos también, fuí con mi padre un momento, luego decidí ir a la habitación.

—¿A dónde vas, Eleanor?—escuché la voz de mi madre cuando subía los escalones.

—A mi habitación—dije.

—Regresa, no puedes parecer holgazana.

—No mamá, no iré, lo que debía cumplir ya lo hice.

—Soy tu madre, Eleanor. No me importa si esto sea deber o no, si yo te digo que bajes, tú bajarás.

Eso era lo que fallaba en ti madre, la absurda manera que tenías para dominar.

The Duties Of Royalty ©Where stories live. Discover now