Parte 21

5.5K 478 6
                                    

Tenía una pequeña pizca de esperanza que el comportamiento de Charles con el tiempo se fuese haciendo como antes, pero cada vez estaba siendo más distante e incluso podría decir que actuaba como si no existiese. Desconocía su actuar, y no sabía si era solamente idea de él o alguien lo mal insistía.

Lo único que estaba entendiendo es que mientras más te insistes en dejar a una persona más sientes que lo necesitas, que necesitas que te necesite y usualmente te intriga lo que no puedes tener.

Charles había empezado a fabricar emociones que no debían en el tiempo que se comportó de la mejor manera, entendía que eso pasase pero realmente no entendía porque ahora que no hace nada cuando su familia va contra mí, incluso los que son invitados no dice nada a la hora que se refieren mal a mí y no estoy pidiendo que me defienda en todo momento, pero tener el poder de evitar que lancen malos comentarios a una mujer y no hacerlo no habla muy bien de él. Era aceptable que con un trato lindo los papeles pudiesen cambiar un poco, ¿Pero si eso se terminó? No veo porqué seguirlo viendo con ojos de cariño, desde el principio supe que él no me podría querer porque posiblemente él no sepa hacerlo y cómo ya dijo, está conmigo por su deber.

Si tan solo repitiéndome en la cabeza que no debo sentir más, mi corazón actuará todo sería mejor; pero no, sigo acá, lamentándome.

—Su alteza, la reina pide verla en el salón principal.

Estaba por sacarme el vestido y ponerme algo menos extravagante, pero ese llamado me detuvo.

—Voy enseguida—dije fuerte asegurándome que lograse escucharlo del otro lado de la puerta.

Sin prisa me encaminé hasta dónde me habían llamado, para mi sorpresa ahí estaba mi madre, la madre de Charles, Charles y la reina. Las reverencias no faltan y después de ello me acomodé en un pequeño sillón.

—He estado hablando con tu madre sobre vuestro compromiso...

Seguí estando atenta a lo que la abuela de Charles  decía, pero era cierto que me había sacado de contexto cuándo dijo que mi madre ya había elegido algunas cosas para el anuncio de mi compromiso. Esa fiesta sería la farsa más grande disfrazada de familia feliz y dos personas enamoradas, sin embargo quería al menos hacer de ese día, mi día, porque aunque todo fuese irreal, no dejaba de ser el anuncio de mi compromiso y quería sentir al menos esa parte mía.

Las flores, flores que obviamente pediría una de mis favoritas.

—Rosas blancas. Me encantaría si es que en no hay de ellas en...

—La boda, claro...

Charles levantó el ceño rápidamente sin vernos, como si le molestara.

La reina parecía agradarle la idea, la madre de Charles por el rostro que había puesto estaba encantada.

—¿Blancas?—mi madre soltó una risa irónica— Tu abuela se ha ido pero veo que los gustos os ha dejado, ¿algo más ordinario que eso? Querida, tienes la oportunidad de escoger flores poco vistas a esas que seguro cualquiera tiene en su jardín.

¿Qué?

—Estaba pensando en las iris laevigata se verían impresionantes por el color morado de ellas o la flor de loto asiática con colores más tranquilos.

Mi madre ya no se refería a mí, me había sentido incómoda pues sin antes decir nada mandó a volar mi petición y se atrevió a meter a mi abuela, ¿Ordinaria? Tal vez, para algunos es algo simple, para otros significa mucho; todo dependía de la manera que vieses las cosas y si eso te hacía sentir bien no importaba cuan ordinario fuese, tu lo querías así.

Pero lo que yo quiero no importa.

Ignorada, lo que yo quería fue echado de la manera más descarada y no sabía cuales eran mis facciones pero bien no me sentía.

—Creo que será mejor darle la sorpresa a Eleanor siendo que ella quiere hacer todo cómo lo hacía mi ya fallecida suegra, y los tiempos son distintos para caer en tanta antigualla.

—¿Sólo por qué he dicho que quiero las flores favoritas de mi abuela en la fiesta? No sé a que te refieres con tu todo.

Sabía que esto me costaría después, mi madre odia que yo responda pero estaba siendo exagerada.

—Esas flores no estarán, ni en la fiesta mucho menos en tu boda.

Salté de aquí.

—Esto es absurdo, si estás eligiendo todo por mi creo que yo salgo sobrando—me puse de pie— con permiso su majestad.

La reina asintió incomoda y salí de ahí.

Estaba molesta sin embargo no podía hacer nada más, es mi madre.

Fui ingenua al pensar que dejaría que yo me hiciera cargo de esto, pero al parecer no le había bastado con elegirme al esposo, quería elegir todo.

Me desvíe y empecé a andar al balcón trasero, me senté en una de las sillas que había ahí y me repose apoyada de la mesa, dos lagrimas se dejaron salir por la pregunta que me haría después.

¿Que pensaría de mi, mi abuela?

Estaba fallando a la persona que más sincera fue conmigo, pues todo lo que algún día me pidió no hacer; lo estaba haciendo.

.

.

The Duties Of Royalty ©Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon