Caballero de Cristal [BakuTodo]

Capítulo XXIX: Inquebrantable [FINALE]

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~Mundo Real:

Todoroki se despertó temprano, pasó un buen rato duchándose y terminando de arreglarse. Algo tonto de su parte.

–«Hoy es el día»

Por su lado, Katsuki se cepilla los dientes para matar a los bastardos gérmenes que se han posado en su boca.

No debería estar tan nervioso, tan sólo será una cita igual que la de ayer ¿no? Pero, por otro lado a lo mejor algo grande se estaba terminando. No se refería a la relación, quizás a algo mejor (o por lo menos no tan inesperado).

El rubio se cuelga su mochila negra por un hombro, se da la vuelta y toma de su mesa de noche el objeto mas preciado en esta historia: el cuaderno de Todoroki. Lo terminó de leer la noche pasada. ¿Qué puede decir que no haya dicho ya? Dirá sus conclusiones cara a cara con su bicolor amado.

–«Shoto, exageras en lo cursi»

Pero Todoroki no lo veía de esa manera. No veía a su historia como una tonta meta adolescente a realizar; sino como algo personal, un diario nacido desde el fondo de su corazón. Quien sabe, a lo mejor empezó a escribir esa historia deseando en secreto que Katsuki lo leyera.

Con esos pensamientos en mente, ambos jóvenes salen de casa. El punto de encuentro es el parque cerca de la academia de héroes. Es un día tranquilo pese a ser domingo.

Una ciudad dónde los héroes son necesarios y los villanos algo del día a día, no puede ser estable.

El primero en llegar fue Shoto, caminando con la cabeza por las nubes. Se sienta en una banca, le tiemblan un poco las manos y sus labios están algo secos; a lo mejor esto no fue buena idea. Quizás es algo exagerado...quizás ni siquiera es necesario...

Vamos ¡seamos realistas! Ayer tuvieron una cita estupenda y lo mejor ahora sería otra cita estupenda. No estas tonterías de adolescente.

–Hey, tierra llamando a Shoto –Bakugou pasa una mano delante de la cara del bicolor–¿Pasa algo?

–¿Eh? no, no, sólo ando algo distraído.

Katsuki se sienta a un lado de Todoroki. Los pájaros cantan y las mariposas revolotean a su alrededor. Ninguno dice nada, pero tímidamente, Shoto posa su mano sobre la de Kacchan. 

–Gracias por venir...

–No tienes que agradecer nada–Bakugou no mantiene su clásico tono malhumorado, su voz ahora es suave, de palabras lentas, como indicando que todo esta bien, no hay problemas de por medio y eso es fantástico.

–¿Lo has traído? Me refiero al cuaderno.

–Si–Katsuki lo saca de la mochila para después entregarlo en sus manos–Lo terminé anoche.

–Y...¿tienes alguna duda?

Bakugou se lo pensó un instante, lo cierto es que tiene algunas preguntas, quizás ya sea hora de poner las cartas sobre la mesa.

–En primera ¿porque decidiste escribirlo?

–Yo...–Todoroki se pone el cuaderno en el pecho, abrazándolo ligeramente –Sólo quería...plasmar lo que tenía en mi cabeza ¿sabes? Creía que no habría problema ya que se supone que no lo leería nadie.

–Si pero eso surge otra duda.

–¿Cuál?

–El día en que tomé ese cuaderno, estaba en la basura, te ví tirándolo ¿porque?