cap 20

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Los minutos pasaban y lo único que Camila lograba ver entre la, ya espesa, oscuridad eran árboles y más árboles. Se empezó a preguntar si no era demasiado inocente al dejar que Star Bright la llevara por donde a este le pareciera. De pronto recordó lo que había dicho su profesor acerca de Pavlov y su teoría acerca de la conducta animal. Según esta, los animales solo actuaban estímulos asociados... y según recordaba ella no había hecho nada más que subirse al lomo del equino confiando en la palabra de su novia.

- Te juro que si me llevas con Lauren sana y salva, quemaré mi ejemplar original de Psicología Conductista...

No debía haberse apresurado al prometer aquello pues en cuanto terminó, frente a sus ojos fue apareciendo una pequeña cabaña (ahora si era pequeña) con tan solo dos ventanas, de las que se desprendía una tenue luz interior, y una puerta entreabierta. Star Bright la llevo hasta pocos pasos antes de la entrada y se detuvo. Camila entendió que habían llegado y pudo bajar sin complicaciones.

- Lauren... Lauren estás ahí?

Pero nadie respondió. Se acerco a la puerta y tomo el picaporte para empujarla. Una vez totalmente abierta pudo observar el contenido del interior y cuan reducido era el espacio. Apenas una chimenea encendida, algunas velas a unos centímetros del alrededor de una alfombra en cuyo centro había una diminuta mesa muy baja para llamarse mesa pero no la podía nombrar de otra manera. Dio unos pasos dentro del lugar y pudo observar lo que la puerta había tapado antes de entrar: una pequeña cama apenas cubierta con algunas mantas y sobre ella una caja de regular tamaño. Todo el lugar olía y se veía bien a pesar de la sencillez que lo rodeaba... pero no había señales de Lauren. Se acercó a la cama y noto que sobre la caja se encontraba un papel. Lo tomó y reconociendo la caligrafía de su novia procedió a leerlo:

- "Anda, póntelo, no demores!"... Póntelo? Pero que...?

Abrió la caja y ante ella pareció lo que pareció un vestido. Lo tomo de los hombros y lo saco de la caja para observarlo mejor.

- Es hermoso...

Y realmente lo era. Aunque sencillo era un vestido precioso. Blanco como la nieve. Largo, sin mangas y cuello abierto pero hacia los lados... El diseño se le hacia extrañamente conocido... Pensó unos segundos y asomo sin desearlo la cabeza a la caja y habían más cosas. Las saco todas y al fondo pudo hallar una imagen de una peplos griega que hizo encajar todo. Porque rayos Lauren quería que se vistiera como una antigua joven griega?

- Que estas tramando Lau? –le dijo a la nada.

Sin perder más el tiempo y siguiendo el modelo de la imagen se vistió con el traje que le había dejado su pelinegra adorada.

Una vez que ya todo estaba es su sitio deseo un espejo para poder ver como había quedado. Se sentía un poco rara pero debía reconocer que el traje era bellísimo. Dio un paso y se dio cuenta de un pequeño detalle miro sus pies y...

- Será que las aristócratas griegas usaban botas? –se pregunto mientras se reía y se ponía las suyas pues ya no había nada por usar en la caja.

Dio una vuelta algo emocionada y pego una carcajada pues el vestido cubría gran parte de los zapatos. Sin embargo un relinchido de Star Bright la saco de su trance. Decidió salir a ver qué sucedía y cuando llego a la puerta se quedo paralizada ante la visión que tenía. Debía ser un sueño, se dijo. Ella vestida de princesa griega y Lauren frente a ella era un princesa montado sobre su corcel.

Ambas se quedaron mirando fijamente. Perdiéndose en la mirada de la otra y absorbiendo sus respectivas bellezas. Lauren se preguntaba de donde había salido aquel ángel... de donde había salido y como había tenido ella la suerte de tener su amor. Camila se limitaba a mirar a su amada sin pensar en nada más.

Star Bright se inquieto un poco. Tal vez como diciéndole a su dueña que reaccionara y lo consiguió. Lauren se espabilo y con un tono de voz que transmitía su sorpresa dijo:

- Que hace por estos lugares una jovencita tan hermosa y tan sola? Podría resultar una situación peligrosa... dada su hermosura, princesa –y le lanzo a Camila una de aquellas sonrisas que la derretían.

- Yo... -tomo aire y luego de procesar todo decidió seguirle el juego a su novia– yo... me he perdido señora. No logro hallar el camino a casa... y por eso decidí pasar la noche en este hogar que halle en el camino. Pero cuando oí a su caballo salí a ver si alguien había llegado y tal vez podría auxiliarme.

- Oh, entiendo. Pero no cree que es peligroso que siga a una desconocida dejando un lugar seguro como es su resguardo? No sabe quién soy... podría... podría sucumbir a su belleza... y hacer algo que tal vez usted no desee.

- No creo que usted sea de ese tipo de personas. Lo veo en su mirada... usted no sería capaz de hacerme daño...

- Porque piensa eso princesa? Que le trasmite mi mirada? Qué hay de especial en ella? Es tan común como cualquiera de por ahí... –agrego mientras bajaba del caballo y se acercaba a Camila hasta quedar a un paso frente a ella.

- No... no es así... No es una más, ni mucho menos común... Es la mirada en la cual me quiero perder y en la que me quiero reflejar siempre... 

- viene a reclamarte Afrodita... quiere llevarte a tu hogar...

- A mi hogar...

- A nuestro hogar...

- Nuestro...

- Aceptas...-respiro hondo, saco de su cuello la cadena que pendía de ella y tomando lo que supuestamente era el dije en la palma se lo mostró a Camila– diosa del océano y de los cielos que cubren la Tierra aceptaría pasar toda su vida al lado de esta humilde princesa que solo le ofrece su corazón y su ser? –y se arrodillo sobre una rodilla mientras seguía mostrando a Camila su palma con aquel dije.

Camila no podía articular palabra alguna. Parecía que un hechizo le había cerrado la garganta impidiendo a su voz salir de ella. Sin poder decir nada durante unos segundos continuo mirando el anillo que reposaba en la palma de su amada. Apenas podía creer lo que Lauren le estaba proponiendo... sino estaba malinterpretando aquella proposición era la que ella estaba esperando desde hacía mucho...

- Me está diciendo lo que creo que me está diciendo? –esas fueron las palabras, salieron de su boca una vez que pudo hablar.

- Si lo que cree que estoy diciendo es que quiero pasar toda mi vida a su lado entonces ha entendido perfectamente –mientras seguía mirando y esperando la respuesta de su novia sintiendo su corazón quererse salir de su pecho de tan fuerte que latía.

- ...

- Acepta casarse conmigo, princesa?

- Yo... yo... no...

Y Lauren sintió que el corazón se le rompía, cerró los ojos con fuerza e intento detener la lagrimas que querían escapar de sus ojos. De pronto sintió un beso que se depositaba en su mano y como las manos de su amada tomaban la suya. Abrió los ojos y se encontró  mirar de aquel ser al que le había entregado su corazón y su ser... y que ahora se los estaba devolviendo.

- No amor... lo que quiero decir... yo...

- camz...


- Esta princesa que ves frente a ti no me va quitar lo que es mío... Es Camila Cabello la que acepta casarse contigo, Lauren Jauregui... Acepto.

- Camz! –y se lanzó a besar los labios de su amada.

Cuando la necesidad de aire las hizo separarse se pusieron de pie y tomadas de la mano se dieron un beso más... un beso corto y dulce.

- Me asustaste amor... creí... creí que...

- Quiero pasar toda mi vida a tu lado... Lau... amor... te quiero tanto...

- Y yo a ti camz, y yo a ti...

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora