cap 84

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La caricia de Lauren en su mejilla la saco de sus pensamientos. Alzo la mirada y se encontró con esos hermosos ojos dándole la bienvenida. Se quedo estupefacta. Hacia años que Lauren no la miraba así. Podía entender perfectamente esa mirada. Aun podía recordar el significado de aquella mirada. Y ella también lo deseaba. Dios! Como lo deseaba! Pero no sabia que hacer. La emoción la había dejado inmóvil. Sin embargo, cuando se dio cuenta Lauren acercaba su rostro al suyo. Entonces solo pudo cerrar lo ojos y sentir ese beso tan deseado. Empezó lento y suave. Pero dejando sentir la pasión contenida por tantos años. Lauren la insto a abrir la boca y ella lo hizo. Haría lo que le pidiera. Si le pidiera su vida se la daría...porque a pesar del tiempo seguía amándola. No importaban los años transcurridos porque el sentimiento estaba intacto o quizás era más grande. Entonces subió su mano y la poso sobre la mejilla de Lauren. Se separaron un poco cuando necesitaron tomar aire. Solo se miraban a los ojos. Se entendían a la perfección de esa manera.

- Te am...-pero fue cortada por otro beso de Lauren.

Entonces se olvido de todo y le entrego a Lauren todo aquello que guardaba solo para ella y Lauren la tomo delicadamente. Tan solo minutos después ambas se encontraban recostadas una al lado de la otra, desnudas y observándose mientras sus manos acariciaban el cuerpo de la otra. Hicieron el amor totalmente metidas en su papel de madres, con mucho cuidado y ternura, pero no olvidaron reclamar su derecho de amantes y de sentir placer a través del acto. Lauren fue sumamente delicada. Le recorrió a besos todo el cuerpo y cuando llego al vientre le dedico especial cariño. En ese momento sintieron una patada y ambas sonrieron. Camila estaba segura que su bebé estaba feliz al sentir los mimos de Lauren. Siempre daba pataditas cuando su esposa le acariciaba el vientre pero en esta ocasión fue diferente y sintió en ese movimiento un salto de alegría. Ella compartía esa misma felicidad por volver a tener a Lauren entre sus brazos una vez más. Sin embargo, no solo era felicidad lo que sentía en ese preciso momento cuando Lauren la poseía con la boca. Los espasmos de placer empezaron a recorrerla y la tensión en la columna empezaba a sentirse. Su espalda empezó a arquearse al sentir la eminencia del orgasmo y tomando de los cabellos Lauren la acerco más aun a su intimidad. La lengua de su esposa la estaba volviendo loca y cuando sintió una suave mordida en el clítoris estalló. Un delicioso orgasmo la recorrió entera y en la cima de su placer susurró:

- Te amo...Lau... –y cayó en la cama totalmente agotada.

Al sentir el final del orgasmo de Camila subió a través de su cuerpo y la abrazo delicadamente, con mucho cuidado de no apoyarse demasiado para no hacerle daño a su bebé. Sin embargo Camila se aferro a ella cual naufrago a su isla salvadora. Cuando sintió que los temblores cesaban poco a poco dirigió su mirada hacia el rostro de su esposa y lo que encontró la dejo fuera del mundo: unos ojos arrasados por las lágrimas y una hermosa sonrisa en el rostro. Sintió las cálidas manos de su esposa en sus mejillas y las caricias que esta le prodigaba. Camila la estaba adorando. Le acariciaba el rostro tan delicadamente que la sensación que le provocaba no tenía nada que ver con la pasión que solo segundos antes la inundaba. Esa mirada de entrega total, de anhelo, de amor, de felicidad y ese brillo de ilusión en los ojos que había perdido hacia tanto estaban ahí, renaciendo con aquella muestra de amor que acababan de compartir. Entonces la idea de olvidar todo y volver a empezar cruzo por su mente. Por que no? Su bebé se merecía lo mejor y quizás...quizás Camila se merecía esa segunda oportunidad por la tanto le había suplicado hasta hace poco más de dos años. Quizás ella misma se merecía esa oportunidad de ser feliz que había perdido hacia tanto tiempo. Todas esas emociones no se podían fingir, no podía fingir tanto. Tal vez...eran reales. Tal vez el amor que Camila decía tener por ella era...real. Y tan solo pensar aquello hizo a su pecho llenarse de una felicidad tan enorme que parecía querer explotar.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora