cap 97

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Lauren estaba sentada esperando a su hija en el restaurant acordado, cuando vio en la puerta al mentado gorila con su hija en brazos. Levantó la mano y cuando sintió la mirada de Niko en ella, la bajó.

- Mamá! –gritó fuerte Sasha, –gritó fuerte Sasha, mientras se abalanzaba sobre Lauren, quien la recibió gustosa en brazos.

- Hola princesa –besando la frente de su preciosa hija.

- Buenas tardes señora Jauregui –saludó el guardaespaldas.

- Buenas tardes –sin mirarlo.

- La señora Camila me pidió que le preguntara si usted llevaría a la señorita Sasha a su casa o...?

- Yo llamaré a Camila para ello.

- Como usted diga. Me retiro.

- Si, gracias por traer a mi hija.

- Es mi trabajo, señora. Con permiso.

Cuando Niko se retiró Lauren pudo relajarse y dejar de estar a la defensiva.

Suspiró.

Si no fuera porque sabía que Camila era completamente alérgica a los hombres, en cuanto a relaciones se refería, se pondría verde cada vez que la veía con ese tipo, ahora ya podía controlar esos sentimientos. Antes era imposible.

Camila sonreía tan alegre y sincera cuando los veía conversar. Parecía estar tan cómoda al lado de ese tipo que...

Los celos no la dejaban pensar con claridad. Camila jamás se fijaría en...Era ridículo.

Todo se había puesto patas arriba cuando Sasha le había contado de forma completamente inocente que en alguna ocasión habían confundido a Niko con su padre. Pero que Camila había aclarado oportunamente la verdad.

- Mami?

- Princesa? –regresando la atención a su hija.

- No me haces caso –poniendo el puchero debilidad de Lauren.

- Lo...lo siento, princesa. Que sucede? –derritiéndose.

- Tengo hambre –incrementando el gesto.

- Mi amor, ya pedí poco antes que llegaras con postre incluido. En cualquier momento deben traernos tu platillo favorito.

- Siiiiiiiii!!!! –y se lanzó a los brazos de su madre nuevamente.

- Pequeña mía –sonriendo y olvidando sus pensamientos.

Mientras en la puerta del restaurant a donde habían llegado Niko y Sasha:

- Señora Camila? Pero...? –balbuceaba el guardaespaldas al ver a su jefa bajar de su vehículo.

- Hola Niko –sonriendo y entregando las llaves al encargado del establecimiento.

- Señora Camila si usted me hubiera dicho yo hubiera pasado por usted...yo...

- No te preocupes, decidí venir en último momento.

- Sí, claro. Yo la puedo ayudar en algo? Podría ir a dejar su vehículo a su oficina, regresar por usted y la señorita Sasha...?

- No te preocupes. Muchas gracias de todas formas. Puedes regresar a casa, yo iré directamente allá llevando a Sasha.

- Como usted diga señora –poniéndose muy derecho.

- Nos vemos –ingresando al local.

Camila buscó con la mirada a su hija y a Lauren. Las encontró rápidamente cuando se acercaron a ayudarla. Sonrió negando la ayuda que el joven mesero le ofrecía y se dirigió a la mesa donde veía a su hija disfrutar con verdadero deleite un plato muy grande para su tamaño.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora