cap 73

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Las semanas siguientes fueron insoportables. Camila parecía haberse encerrado en un mundo privado, en el que ni siquiera Lauren podía entrar. Era lo que los médicos llamaban melancolía posterior al aborto. Excepto que en este caso era aún peor, pues se sentía deprimida por un sentimiento de culpa al haber perdido a su bebe. Las lágrimas inundaban sus ojos en todo momento y, al pensar que Lauren la podría ver, trataba de huir de su esposa.

- Tu no tienes la culpa de nada Mila! Por Dios! Cuanto tiempo más te seguirás culpando?!

- Por favor baja la voz. No quiero que nadie te escuche –susurró Camila

- Mila yo...-se acercó a ella y la tomó de los hombros- Tu no tuviste la culpa de nada. Escuchaste al doctor: no tuviste la culpa.

- Si yo no me hubiera estresado tanto...si no hubiera trabajado tanto...si no me obsesionaría con la idea que Lauren me engaña...nada de esto hubiera pasado...y mi bebé...mi bebé no hubiera...-rompió en llanto nuevamente.

- Mila...-la abrazo- por favor amiga no hagas esto. Eres tan joven...podrás volver a intentarlo. Hay mucho tiempo por delante.

- NO! NO LO ENTIENDES! LAUREN ME DEJARÁ! ME DEJARÁ Y YO...yo...me quedaré sin nada...sin nada de ella...quiero un hijo suyo...quiero algo de ella que...

- MILA BASTA!

Camila se quedó sorprendida ante la actitud de su amiga. Casi nunca la había visto perder la paciencia pero al parecer esta vez lo había hecho. Miró hacia un lado sin dejar de llorar y además triste por la incomprensión de Dinah. No podía interesarse en nada. Dinah la había llevado a cenar a uno de sus restaurantes favoritos, pero su depresión era cada vez más profunda y nada la animaba. Dinah totalmente derrotada se fue sin hacer nada más.

Solo fue días después, cuando Camila pudo ver las cosas desde otra perspectiva, con la idea de volver a embarazarse que llamo a Dinah a que se acercara a visitarla. Escucho tocar la puerta de su habitación y supo que su amiga había llegado.

- Adelante.

La puerta se abrió y Dinah entro al cuarto. Encontró a Camila en la ventana con la mirada fija en los jardines de su casa. La oyó soltar un suspiro. La miró y susurró:

- Lo siento pero...duele demasiado. Tu lo sabes...sabes cuanto deseaba a ese hijo...y no puedo evitar culparme por lo que sucedió. Quizás con un poco más de tiempo pueda aceptarlo pero por ahora...te pido que respetes mi dolor.

- Claro que si amiga –sonriéndole y abrazándola una vez más.

Dinah pensó que ya era un avance y realmente fue así. Una semana después Camila regresó al trabajo y retomar su rutina diaria la ayudo mucho a superar con mayor rapidez su tristeza. Había ido a ver a Richard y este le había explicado que lo que había sucedido estaba dentro de los riesgos pero que había influido mucho también su estado de ánimo.

- Pero que esto que te digo no te haga sentir mal Mila. Sabes que estos tratamientos no son...

- Al principio me sentía realmente culpable. Pero con el paso de los días he comprendido que debo aceptarlo y superarlo.

- Sé que aún es muy pronto pero quisiera saber si deseas volver a intentarlo.

- Es para ello que estoy aquí –sonriendo nostálgicamente-. Quiero saber si puedo volver a intentarlo.

Amarte asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora