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7.- Primer encuentro con un cerdo salvaje.

-¿Es todo lo que tienes? ¡Eh!

Y ahí estaba yo. Atada a una silla. Recibiendo golpes de Arat. Utilizaría el término perra pero ese ya es muy común.

Ja, resulta que mi querido padre (nótese mucho el sarcasmo) le dijo a Arat que me diera un par de lecciones por bocona y valiente. Aunque me aplaudió el que quisiera salvar las vidas de las personas que no debía, me estuvo hablando del nuevo régimen y bla bla bla, por eso me encuentro aquí.

No sé cuántos golpes había recibido, sólo sabía que mis ganas de matar a Arat eran inmensas. Juro que si me desato de aquí le patearé tan fuerte el trasero que no podrá ir al baño en días.

Me dio un golpe en la cara (esta vez sin manopla) y escupí sangre en sus relucientes botas, que por cierto acababa de limpiar.

-Asquerosa. Voy a enseñarte a respetar.
-Chúpamela -le sonreí.

Me dio una patada en el abdomen, justamente en mi centro de todo, y fue tan duro el golpe que hasta la silla tumbó. Creo que me dolió más que se aplastaran mis manos con la silla que la tremenda patada que me dio. Arat se dio la vuelta y caminó a una mesa, ahí tenía una toalla y unas botellas de agua con las que limpiaba mi sangre de sus puños.

Lección 2. Nunca le des la espalda a tus enemigos hasta acabar con ellos.

Aproveché y desaté por completo mis manos, ya que unos minutos atrás había intentado acabar con el nudo pero hasta ahora pude, también desaté mis pies y a paso sumamente silencioso avancé a la parte donde no había nada de luz. Ella se dio vuelta y se sorprendió cuando no me vio.

Me reiría por su expresión pero si hago ruido me descubrirá.

-Que carajos.

Avancé un poco hacia la puerta, donde poco a poco la luz iba alumbrando, respiré profundamente y corrí hacia Arat tirándola al suelo.

¡En tu cara, Arat!

Me puse encima de ella e hice una fuerte presión en uno de sus brazos, con una de mis manos libre la coloque debajo de su barbilla y tiré de su cabeza hacia arriba. Me insultó de una y mil maneras pero no la solté. Como disfruto este momento.

Pero todo lo bueno no dura para siempre. Arat desvió su barbilla de mi mano y me mordió, con su brazo libre me dio un codazo en el costado malherido, giró como un tronco y me aventó hacia un lado.

-Que lastima que seas tan tonta -dijo- serías una muy buena Salvadora.
-Tú y yo sabemos que nunca seré una de ustedes.
-Por eso solo espero a que Negan de la orden y disfrutare matarte.

Arat me miró con furia, se puso de pie de un salto y se aproximó a mí. Esa mujer está loca. Hice lo mismo que ella y me puse en guardia, ella sonrió. La odio pero me gusta pelear con ella. Ella lanzó los primeros dos golpes que esquivé con facilidad, dio una patada hacia mi estómago que bloqueé con mis manos y dio un golpe en mi rostro que me hizo retroceder dos pasos. Arat avanzó hacia mí y me dio un golpe en el mismo costado, Dios como duele.

-¿Te dolió?
-Si dejaras que me curara te diría que no.

Arat se quedó unas milésimas de segundos viéndome y aproveché para tirar dos golpes a su estómago, pero ella los bloqueó. La tomé de la nuca y atraje su cara hacia abajo, di varios rodillazos que ella bloqueó y luego la golpeé en la nuca, ella cayó al suelo y se quedó unos segundos ahí. Poco a poco se puso de pie y levantó los puños, pero le di una patada giratoria que atinó en su rostro.

Ahora si acabe con ella.

Arat 49 (con trampa) - Tenessi 49 (a puño limpio).

[...]

-¿Le ganaste esta vez?
-Así es, y le pateé el trasero.
-Sí, que bueno -dijo con sarcasmo- ya te dije que dejaras de pelear, si sigues haciéndolo tus costillas se te romperán -picoteó la zona donde tenía una gran hematoma, me encogí un poco y sise. Había dolido- testaruda -y me dio un leve golpe en la cabeza.

Este hombre que está frente a mí es nada más y nada menos que mi doctor favorito. El Doc del Santuario y mi doctor personal.

Siempre me regaña por lo que hago bien o hago mal, por si me peleo o hago lo que sea. Parece mi papá.

-Ya no pelees más -terminó de ponerme una venda y bajé mi playera.
-Trataré de hacerlo -el Doc negó y me dio una paleta. Cómo me gusta este señor.

Baje de la camilla y me fui de ahí, abrí la paleta y comencé a comerla. Iba hacia mi habitación tarareando una canción cuando me llamo la atención que Negan hablaba con una puerta, después se hincó y rio.

Pobre puerta.

Luego se puso de pie, cerró la puerta y colgó la llave a un lado de la puerta, supongo que para no olvidar dónde la dejó. Seguí mi camino hacia mi habitación, pero al doblar sobre el pasillo ya casi llegando a mi cuarto choqué con alguien.

-Hey, cuidado princesa. Pude clavarte algo.

Agh, de todas las personas que hay en este lugar y con las que me puedo topar tenía que toparme con el asqueroso, puerco, marrano, cochino, sucio y grosero cara de pedo de Joey.

El gordo Joey.

-Cuidado con lo que dices, marrano -no me da miedo decirle las cosas en la cara.
-¿Que dijiste? -la sonrisa asquerosa de su rostro se le borro.
-Marrano -y me fui, tan solo di unos pasos más y llegue a mi habitación, de enseñe el dedo de en medio y cerré la puerta -al fin sola.

 -Marrano -y me fui, tan solo di unos pasos más y llegue a mi habitación, de enseñe el dedo de en medio y cerré la puerta -al fin sola

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I love when you call me señorita.

Si si, hola señoritas y señoritos que se pasan a leer este encantador libro, ya hace rato que no nos leemos, queria publicar esta parte desde hace mucho pero nada mas no se me hacia.

que les parecio el puerco de Joey, la verdad es que desde que lo vi la primera vez en pantalla dije: el perfecto acosador, y luego surgio Tennesi y pense ¡Bum, convinacion perfecta!

La verdad es que odio a Joey, ¿ustedes no?

Nos leemos en el proximo capitulo

Combow★

LA HIJA DE NEGAN; CARL GRIMESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora