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36.- El final se acerca ya.

TENESSI
Frente a mi estaba la muerte. A tan sólo unos pasos y no la libraríamos.

Y pensar que Carl y yo nos salvamos el trasero muy pocas veces de las que debimos hacerlo.

Pudimos haber tenido Carlitos y Tennesitas en el futuro, pero no llevamos el suficiente tiempo juntos como para dar el próximo paso, y si no salimos de esta menos tendremos la oportunidad.

Nos conocimos apenas hace casi 5 meses y no es justo que ahora tengamos que morir cuando nos queda una vida por delante.

-¡Corre Tess!

La voz de Carl me sacó de mis pensamientos, su cuerpo comenzó a avanzar mientras empujaba a los caminantes, por inercia lo seguí y así lo alcancé.

-Estamos locos de remate -mi voz agitada le causó risa.
-Tu más que yo -sonreí.

Continuamos corriendo empujando a todos, algunos caían como pinos de bolos mientras que otros casi estaban por mordernos o rasguñarnos.
La pesadez en mi cuerpo apareció de nuevo cuando llegamos a una carretera. Nos habíamos librado de una muerte dolorosa y horrible, aunque no podemos parar a descansar asi como asi.

-Carl... Espera... Debemos descansar.
-Esta bien.

Se supone que diría que no porque no podemos pararnos a descansar.

Me senté en el suelo y luego me deje caer hacia atrás, el cuerpo me ardía de nuevo, las heridas que no estaban cerradas, las hematomas esparcidas en mis brazos, piernas, abdomen y creo que trasero, todo me dolía y no había nada que parara ese dolor.

-Tess. No te muevas.

Lo miré un segundo y luego giré mi cabeza hacia el otro lado para encontrarme con un caminante que se arrastraba hacia mí, de la cercanía podría hasta darme un beso.

El caminante me observó con esos extraños ojos que causan escalofríos y luego miro a Carl, la cosa esa pasó por encima de mí como si no existiera y se acercó a Carl dispuesto a morder su tobillo pero con un pequeño cuchillo que saco Carl lo acabo.

-Pase desapercibida.
-Es que hueles a caminante.
-Gracias, eh -dije con sarcasmo.
-Vamos, aún siguen cerca esos caminantes.

Este idiota diciendo que huelo a caminante.

Me tendió la mano y yo la acepte, de un tirón me levanto y nuestros pechos quedaron pegados. Creo que si no fuera porque apesto a caminante me hubiera besado.

Comenzamos a caminar hacia lo más alto de una colina, allá arriba se podía ver todo. El Santuario estaba acabado, gran parte de él, un camión lo había chocado y la cerca de los caminantes con el cubo en la cabeza estaban sueltos, por eso había tantos muy cerca.
Bajamos lentamente para no caer pero como tengo dos pies izquierdos, soy muy torpe y todo lo malo me pasa a mi, caí. Caí y rodaba colina abajo, ¿esto podría ser peor?

-¡Mami!

Cuando llegué a lo más bajo de la colina y me detuve escuche una carcajada a mis espaldas y Carl también venía rodando, creo que se le contagió mi estupidez.

-Eso fue genial.
-Claro, tu porque no estás lastimado.
-¿Te lastimaste?
-No, ya estaba asi.

Tardaríamos mucho en llegar a Alexandría, pero había un pequeño detalle. Rick ya no me quería ahí.

[...]

-¡Corre Tess, no mires atrás!

Una gran horda nos perseguían, no se de donde salieron tantos pero eran demasiados, estos malditos se reproducen como cucarachas.

Y odio las cucarachas.

Mi cuerpo ya está muy cansado como para continuar corriendo y por los jadeos de Carl, el también lo está.

-Tenemos que subir a un árbol, Carl, ya no podremos y nos van a comer.
-No, debemos seguir. Falta poco Tess.
-¿Que tan poco?
-Poco

Mi pie piso una cuerda que me hizo caer para luego levantarme de cabeza y golpearme con el suelo por haber rebotado.

-Maldicion.

La cuerda estaba muy alta como para que Carl la cortara, mis sentidos no estaban al 100% a causa del golpe además de que mi vista era borrosa.

-Vete Carl.
-No voy a dejarte aquí.
-Te van a matar.
-Estamos juntos en esto, si tu mueres, yo muero.
-Estas loco. Debes de irte ya.
-Lo siento Tess, no me iré.

Algunos caminantes eran más rápidos que otros por lo que rápidamente llegaron hacia nosotros. Uno a uno fue cayendo, después de todo Carl si tenía un arma pero las balas se le acabarían en cualquier momento.

-Solo me faltan pocos, verás que los acabaré y te bajaré de allí.
-No es por apurarte pero siento que mis ojos se van a salir.
-Tanta.. Belleza... Te cautiva.

Si pudiera darle un golpe en la cabeza lo haría, ¿desde cuando Carl es así cuando está a punto de morir?

Bueno, es la primera vez que ambos vamos a morir.

Tres, tres malditos le quedaban. Hace 15 caminantes se le habían acabado las balas y tuvo que recurrir a un tronco pequeño para golpearlos en la cabeza, lo malo es que Carl no tenia muy buena puntería con ese tronco y en más de una ocasión casi me golpeaba la cabeza.

-Rayos -se hinco en el suelo para buscar algo en el suelo, uno de los caminantes se arrojó a él pero con su cuchillo, que es el que buscaba, lo incrusto en su cabeza demasiado fuerte, no podía sacarlo y el segundo ya estaba muy cerca de él.

Comenzó a forsajear contra el segundo y de una patada le rompió la rodilla, aunque el caminante cayó al suelo no se rindió, el tercero luchaba cuerpo contra cuerpo contra Carl por lo que le dio oportunidad al segundo de acercarse lo suficientemente cerca a como para morderlo.

Unos segundos se quedó quieto pero después los acabo.

¿Se quedó quieto porque se acordó que dejo los frijoles en la libre?

La rama de la cual estaba colgada comenzó a tronar por lo que no me quedó de otra que esperar a que cayera.

-Trata de no moverte Tess -el rostro de Carl había cambiado radicalmente, ahora estaba pálido y como si se hubiera llevado el susto de su vida.

Cuando Carl escaló el árbol para cortar la cuerda la rama en la que yo estaba le ganó y se rompió primero logrando que cayera al suelo, donde pertenezco (y te la has pasado casi todos los capítulos en él).

-¿Te hiciste daño?
-No, creo que no -hice una mueca cuando me puse de pie- ¿tu estas bien? -el asintió y sin precio aviso me abrazó. No me extrañaría que lo hiciera ya que hemos estado al borde de la muerte Lo único que podemos hacer después de librarnos de abrazarnos y tratar de calmar el miedo tiene nuestro interior.

-Ya no estaremos en peligro, ¿cierto?
-Ya no.

Cuando íbamos a comenzar a caminar, un auto se aparcó a nuestro lado dejando ver a nada más y nada menos que a otro traidor, la primera soy yo.

Era Dwigth.

-¿Los llevo?

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LA HIJA DE NEGAN; CARL GRIMESWhere stories live. Discover now