LA HIJA DE NEGAN; CARL GRIMES

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Capítulo final (parte 1).

40.- Alexandria: cenizas y lágrimas.

TENESSI

Nunca antes en los 17 años de vida que llevo aquí en la Tierra había caminado tanto.

Los pies me ardían y los sentía como tamales bien cocidos, ya no tenía saliva en mi boca y en cualquier momento caería deshidratada, la piel de mi rostro me ardía a causa de que llevaba caminando, sola, bajo el sol durante bastante tiempo, la herida me ardía más de las que había tenido en mi vida, sentía que la fiebre ya comenzaba a aparecer y apenas tenía unas horas de haber sido rasguñada.

Un día máximo tenia para convertirme y no tardaría en anochecer.

No se si es mi imaginación pero unos autos se iban acercando de manera rápida y violenta hacia donde estaba yo. Conforme avanzaba ellas también lo hacían.

Cuando estaban cerca de mi, me lance hacia el lado izquierdo golpeándome toda, mi ropa y cara se llenaron de tierra. Levante la vista y ninguna maldita camioneta había pasado ni estaba pasando.

-Creo que estoy delirando.

Me puse de pie con suma pereza, agotamiento y cansancio, que vienen siendo casi lo mismo y retome mi camino. Cerca de donde estaba había una mini gasolinera, en ella no había ni una gota de combustible por lo que los carros que estaban aparcados no me servirían de nada. Mi último recurso era...

-Una maldita bicicleta.

Si es por llegar a Alexandría, si es por salvar a todos y si es por Carl, estaré ahí, cueste lo que cueste.

[...]

La luna era mi guía en este camino. Tan sólo me faltaba poco para llegar, podía ver las murallas de Alexandría.

No se que era mayor en mi rostro, la sonrisa o la cortada que me había hecho atrás cuando caí de la bicicleta.

Cuando por fin llegue note que todo era un desastre. Algunas casas estaban en llamas, había autos que reconocí instantáneamente y escuchaba una voz que gritaba a través de lo que parecía ser un megáfono, era Negan.

Corrí al frente de la casa de los Grimes y me encontré con dos hombres pero como todo estaba en completa oscuridad no lograron verme. Entre por la alcantarilla que Carl me había dicho que por ahí huiríamos y  Rick junto con Michonne me apuntaron con sus armas.

-Tenessi -grito en un susurro Michonne y se lanzó a mis brazos para abrazarme.
-¿Que haces aquí? -Rick aún me odia.
-He venido para darles ventaja. Hay hombres cerca y si hacen algún mínimo ruido los escucharan y no dudarán en matarlos. Crearé una distracción que les dará tiempo suficiente para que se vayan.
-Como puedo confiar en ti. Como podemos confiar en ti -corrigió lo primero que había dicho.
-No lo hagan por confiar en mí. Piensen en la pequeña y en todos los que merecen vivir.
-¿Como quien? Como Carl -cuando pronunció el nombre de su hijo la voz se le quebró. ¿Que ocurre?- Gracias a ti, Carl está sufriendo.

Y al escuchar eso, mi mundo se derrumbó. Cerca de nosotros, había una especie de camilla tendida donde había un cuerpo acostada sobre ella. No se podía ver bien quién era pero por el vendaje que cubría su ojo derecho, descifre que se trataba de mi sheriff.
-¿Que... Que sucedió?
-Lo mordieron.

Por lo menos estamos juntos en esto.

-¿Que? ¿Cuando?
-No lo sabemos con exactitud. Pero el dice que fue el día que se reencontraron.

Nuestro reencuentro amoroso cargado de muerte.

-No puede ser -la voz me salía quebradiza y en susurros. Carl había sido mordido por mi culpa y ahora estaba delirando, por mi culpa.
-¿Tenessi?