LA HIJA DE NEGAN; CARL GRIMES

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Capítulo final (parte 2)

41.- El fin de la era de los Salvadores.

TENESSI
Rick había acabado con Negan.

Y como siempre, en este momento estaba en el piso, ya saben a donde pertenezco.

Las heridas de bala me habían hecho perder mucha, pero mucha sangre. Sentía mi polera tan pesada que se me pegaba al tórax de lo mojada que estaba.

Rick se arrodilló frente a mí y me dijo algo que no logré entender ya que mis ojos se cerraron automáticamente sin mi permiso. Mi cuerpo flotó por unos momentos y fue cuando perdí la conciencia.

[...]

¿Estaba muerta?
¿Es el cielo donde estoy?
¿O donde estoy?
Todo a mi alrededor era negro, tengo conciencia de que estoys totalmente quieta pero no sé dónde estaba.

Sentía frío, muy frío. Algo debajo de mi era cómodo y sentía algo de dolor.
Mi cerebro mando la orden a mis dedos para que se movieran, poco a poco los fui moviendo hasta que logre mover por completo mi mano.

Escuchaba murmullos a lo lejos y jadeos.
¿Ya era un caminante?

No lo creo, si fuera un caminante no tendría conciencia de nada, supongo yo. No creo que los caminantes tengan conciencia, si la tuvieran nada más caminarían por ahí sin matar o comer.
Creo que ahora entiendo por qué se comen a las personas.

Moví un poco más mi brazo y entonces una punzada muy grande me atacó en el estómago. Solté un gemido de dolor y fue entonces que escuche:
-¿Ya es un caminante?
Quería decirles que se fueran al demonio si pensaban lo que era pero mi voz no salía, tenía demasiada sed y necesitaba fuerzas para abrir los ojos.

Alguien se acercó a mí, no sabía quién era, a través de mis párpados pude ver solamente una sombra. Sentí algo cálido en mi mano, ¿sería otra mano?
Un recuerdo doloroso llegó a mi mente y fue así como abrí los ojos.
Intenté cubrirme con mi antebrazo pero algo me lo impedía moverlo de más.

La luz me cegó unos momentos pero cuando la vista se me aclaro vi unos rostros muy conocidos.
Rick y Michonne, está se encontraba llorando, Maggie tenía una mirada de dolor cada vez me miraba a Carl y la mano de Daryl estaba sobre la mía, quien diría que el gruñón se preocupa por mí.

-Bienvenida -me dijo Rick. Intenté contestarle pero simplemente la voz no salía, tenía tanta sed, mi garganta estaba muy seca y me sentía fatal. Creo que la fiebre ya me estaba atacando con todas sus fuerzas.

-Carl -logre susurrar apenas, mi laringe se sintió lastimada por tal motivo hice una mueca. Instantáneamente, Michonne me retiro las esposas que eran las que me impedían moverme y se acercó a mí con un vaso de agua.

-Tranquila, bebé despacio.
Como si fuera una bebé, ella me dio poco a poco, mi garganta estaba tan seca que el agua me estaba quemando, me costó tragar un poco pero luego sentí que cualquier palabra que dijera, está saldría.

-¿Y Carl?
-Esta... Bien -la voz de Maggie se quebró- esta luchando por mantenerse un momento más. Dijo que no se iría hasta que tu despertarás.
-Creo que debemos dejarlos solos -murmuro Daryl.

Rick asintió desganado y todos los adultos abandonaron la habitación.
Me intentaba parar pero el dolor me atacaba, tenía tres heridas de bala más aparte un rasguño de caminante.
Dios, estoy peor que cuando peleaba con Arat. Ay, estoy apunto de morir y pienso en esa maldita.

Demonios.

-Carl -lo llame pero no contestó.
Me senté en la cama y la nueva polera que traía, que era de un color blanco, ya estaba manchada de sangre.
Me paré muy despacio y camine dos pasos hacia la camilla donde estaba él. Me recosté a su lado, mi cabeza en su hombro y mi brazo encima de su pecho.