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23.- No sé si es estúpido o suicida, pero lo quiero.

Una semana y media había pasado desde que intentaron matarme y desde ese día no he vuelto a estar sola.
Nunca estuve sola, es lo cierto, pero ahora donde quiera que iba llevaba guardaespaldas.
me sentía como la hija de un presidente a la que no debían dejar sola en ningún momento porque su vida corre peligro por ser Hija de quién es.

Aunque en teoría soy la hija del presidente del santuario.

De hecho cuando estoy en el baño ni siquiera puedo hacer bien porque siento que quienes vigilan mi puerta sean de reír por el show que ocurre dentro.

Ya no se puede estar tranquila.

Pero a quién quiero engañar, me gusta la idea de que me cuiden en el trasero, ¡soy famosa!

CARL GRIMES

Dos veces han venido los Salvadores a Alexandria, y en esas dos veces Tenessi nunca vino.
Quiero pensar que tal vez está castigada o es floja, pero una parte de mí piensa que quizás la lastimaron o Negan le hizo algo, y esa parte insistente me dice que vaya.

¿Arriesgar mi vida por ir a verla? ¿Arriesgar mi vida por la chica que comienza a traerme loco?

Suena tentador.

La ventaja que tengo es que papá y un grupo pequeño irán a Hilltop  para intercambiar algo de mercancía, puedo ir con la excusa de ver cómo está Maggie con su bebé, después cuando lleguen los autos del santuario, o como sea que dijo Tess, esconderme en uno de ellos que me llevara para allá.

Sólo espero que mi tonto plan funcione.

[...]

Mi plan funcionó.
En cuanto los camiones llegaron tuve la oportunidad de ocultarme, porque nadie se dio cuenta de que me metí, así que me escondí detrás de unas cajas grandes para no ser visto.

Pronto las camionetas arrancaron y sentí como un nudo en el estómago se me formaba.

¿Acaso era porque quería ver a Tenessi?

Como no había puerta en la parte de atrás del camión pude ver cómo Jesús corría y saltaba a la camioneta.

-¿Paul?
-¿Carl?
-¿Qué haces aquí?
-Lo mismo pregunto yo
-Iba al santuario ¿y tu?
-También.

Los minutos pasaron y de vez en cuando conversábamos, pero de pronto Jesús se levantó y miró hacia afuera, después regresó la vista hacia donde estaba yo, pero la desvío cuando algo captó su atención.

-¿Sabes lo que transportan? -negue. Paul se acercó a la caja más grande que estaba en uno de los costados y sacó una navaja para abrirla.
-¿Qué haces?

Al abrir la caja nos encontramos con demasiadas armas.

-Tenemos que salir de aquí.
-¿Por qué?
-Son demasiadas armas en cuanto nos viene llena nos llenaron de plomo.
-¿Qué sugieres?
-Aún hay tiempo de salvarnos.
-¿Piensa saltar? -vi sus constantes miradas hacia fuera.
-No hay otra opción.

Asentí y me coloque a su lado. Paul contó hasta tres y se lanzó de la camioneta en movimiento, giró en el suelo un par de veces y miró en dirección hacia donde la camioneta y yo avanzábamos.

LA HIJA DE NEGAN; CARL GRIMESWhere stories live. Discover now