||A veces las cosas que nos pasan nos hacen ser de una forma que la teníamos oculta dentro de nuestro ser.||
La vida de Tenessi es una montaña rusa. A veces sube y siente que toca el cielo, pero de nuevo la obliga a bajar y mantener los pies en la t...
TENESSI Golpeada, herida, humillada. Esas palabras definían mi estancia en el Santuario. Haberme revelado contra Negan provocó que la mayor parte de su enojo y odio que había acumulado en su cuerpo durante bastantes años lo descargará contra mí.
Ayer me salve de ser devorada por los 6 caminantes. Los acabe con mis manos. La sangre de esos caminantes y de Simon zombie aún seguía en mis manos.
No podía ni siquiera enjuagar mi rostro, mi cabello y piel olían muy mal, mi ropa estaba llena de entrañas y sangre podrida.
Estaba echa una porqueria.
No podría salir pronto de aquí y no se cuándo se va a llevar a cabo el estúpido plan de Rick y el grupo.
Mi única salida sería eso, pero creo que se estaban tardando demasiado.
-Me encanta el color de tu atuendo linda. -Dejame en paz Arat. -Yo te lo dije, si fueras una Salvadora esto nunca te habría pasado. -Y yo te dije que jamás sería una de ustedes, aborrezco esa tonta ley de Negan. -¿Ahora soy Negan? -hablando del rey de Roma- antes era papá para ti, ¿no? -Tu dijiste que no te importaba perder a un par de personas más. -Entonces ya está completamente decidido que ya no somos nada y jamás serás una Salvadora.
Aunque por dentro me moría de miedo de decir las cosas como son, no iba a dejar intimidarme por él, ni por la morena a su lado ni por nadie.
-Adivinaste. -¿Entonces puedo matarte ahora? -Hazlo, no tengo nada que perder. -No, tu no, pero el asesino serial sí. Podría matarte ahora y luego llevar tu cadáver podrido con el Kid y acabar todo de una vez. -Chupamela -recibí un golpe de parte de Arat, la sangre se acumuló en mi boca por lo que tuve que escupirla. -Nunca aprendiste buenos modales. -Aprendí todo lo malo de ti -otro golpe directo a mi nariz. La sangre bajaba como cascada por mi labio hacia mi barbilla. -Es una pena que un rostro tan bello como el tuyo sea desperdiciado de esta manera -Arat acaricio mi mejilla, pero me aparte bruscamente. -No me vuelvas a poner una mano encima para... -otro golpe a mi boca, como odio esto. -Toda la vida te la has pasado recibiendo golpes, ¿cuando vas a cerrar tu boca? -Si ya lo sabes para que preguntas.
Negan se fue silvando y agitando a Lucille como si estuviera bateando una bola de béisbol. Arat se puso su manopla y se acercó a mí. Ya sabía lo que me esperaba.
[...]
Desperté.
Todo el cuerpo me ardía como mil demonios. Sentía como si mi rostro palpitara. Si llego a salir de aquí haré pagar a Arat todo lo que me ha hecho.
De nuevo los gemidos, está vez no estaba esposada pero cualquier mínimo movimiento que ejercía hacía que me doliera todo el cuerpo.
-¿Cuantos son ahora?
Giré mi cuerpo y había 8 caminantes en la misma habitación que yo. Sin armas y sin salida. Si este no es mi final, ¿cuándo va a llegar entonces?
-Es hora de patear traseros flácidos de caminantes.
Me incorporé de pie a la misma velocidad en que los caminantes se acercaban y empujé a dos de ellos tumbando a los demás. Me acerqué a uno y con un pisotón le destrocé la cabeza.
-Va 1 quedan 7.
La sangre fresca hacía que la sangre que ya tenía en mi cuerpo oliera peor, quizás olía a muerto o quizás olía a chango. Ya nisiquiera puedo distinguirlo.
Poco a poco fue disminuyendo la cantidad de caminantes hasta quedar en cero, cuando termine me deje caer al suelo mientras respiraba dificultosamente y jadeaba a causa del dolor de mis costillas.
Unos gritos se escucharon en la parte de afuera y también los disparos. Levante la mirada, pero en donde me encontraba no se podía ver nada.
De nuevo me puse de pie, pero en mi primer intento falle cayendo de rodillas, la debilidad se estaba apoderando de mi cuerpo. Me acerqué a gatas hacia la puerta y está se abrió con facilidad, entonces pude ver que los hombres corrían como gallinas sin cabeza de un lado a otro buscando, recargando y disparando armas para atacar al enemigo.
De la misma manera en la que llegué a la puerta, salí de la habitación hacia donde no estaban disparando y encontré una ventana.
-Esto le dolerá más a la ventana que a mí.
Me puse de pie y corrí hacia ella atravesándola, caí en las hojas secas del bosque y me quejé por el dolor, era lo único que me quedaba por hacer.
Tomé uno de los cristales rotos para defenderme sin importar que me cortara y caminé en dirección hacia el río repleto de caminantes.
[...]
-¡Aleja tus sucios dientes de mi! -empuje a un caminante mientras trataba de que cientos más no me atraparan (recuerdan la cara que puso Ron cuando peleo contra Carl en la cochera de la casa de Jessie, esa misma hizo Tenessi).
Corrí adentrándome de nuevo al bosque. No me importaba el dolor que en estos momentos sentía, no me importaban las cortadas de mi cuerpo, no me importaba las ganas de querer matar a todos, solo quería salir de ahí.
A menos de que alguien haya chocado conmigo, y es lo que exactamente sucedió.
-Me lleva la... -¿Tenessi?
Esa voz. Esa angelical voz.
-¿Carl? -Dios mio, estas viva -Carl se apresuro a abrazarme con mucha fuerza, aunque en vez de dolor sentí alivio. -Si, eso creo. -Creí que el viaje sería más corto pero tarde en encontrar el camino. -¿Habias salido para rescatarme? -Claro que sí. ¿Pero que sucedió contigo? ¿Y esa sangre? ¿Es tuya? -No, es de caminantes. -¿No estás herida? -No -en realidad si lo estaba y mucho. -Ok, hablemos luego, tenemos que irnos ya.
Para cuando quisimos correr ya estábamos rodeados de caminantes. Si Carl traía un arma y balas ya la libramos, pero y si no traía...
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