||A veces las cosas que nos pasan nos hacen ser de una forma que la teníamos oculta dentro de nuestro ser.||
La vida de Tenessi es una montaña rusa. A veces sube y siente que toca el cielo, pero de nuevo la obliga a bajar y mantener los pies en la t...
-Te crees muy lista, ¡eh! -otro golpe directo a mi nariz, la sangre se estaba acumulando en ella. Tenía que escupirla para no ahogarme.-Parece que no entiendes.
Seguí recibiendo golpes en el abdomen provocándome un gran dolor, después de más en la cara y uno último escuche un Crack en mi pecho.
La boca nuevamente se me llenó de sangre, aunque esta vez tuve que expulsar más.
-Es suficiente -conocía esa voz. Era de una niña. Una niña que conocía tan bien. -Como te atreves a interrumpir -Déjala en paz
Levante la mirada y mi pequeña yo estaba frente a mí. ¿Cómo rayos podía verla si yo estaba muriendo justo ahora?
Lo siguiente que pasó fue demasiado rápido. El hombre que me golpeaba, cuyo rostro no conocía, tenía un agujero en el ojo a causa de una bala que mi pequeña yo le había metido.
-No te duermas -me suplicaba. -Lo siento Tess -le dije por el apodo que todos me decían. -No cierres los ojos. -Lo siento...
Desperté de golpe con una fina capa de sudor en mi frente. Ese sueño es un mal recuerdo de mi infancia. Fue la primera vez que mate a sangre fría.
La luz de la mañana apenas entraba por mi ventana, me paré de la cama y me acerqué a ella. Suspire y aleje todos aquellos pensamientos de mi mente.
Debido a la mala fama de Negan y que se ha ganado muchos enemigos siempre he estado expuesta. Más de una persona me ha querido asesinar frente a él o secuestrando, pero siempre fracasaban. A veces Negan tiene trucos bajo la manga y me salvaba el trasero, o a veces tenía que salvarlo yo misma e implicaba salir más herida que en las peleas con Arat.
Pero eso no tiene importancia.
Decidí tomar una ducha para despejar mi mente e intentar olvidar todo aquello por lo que he pasado.
Al terminar, cuando ya estuve lista y no tenía nada que hacer en mi habitación salí directo al pasillo y no había nadie que anduviera por ahí, lo más seguro es que por la hora nadie anda despierto a esta hora.
En la cocina había pocas personas, que al verme se inclinaron.
Cogí algo para desayunar, mejor dicho sólo una manzana y decidí salir a caminar.
-Buen día señorita Tenessi -me saludo el doctor.
-Hola, ¿alguna novedad?
-No, todo está en orden.
-Pasare el reporte al jefe.
-Gracias, hasta luego.
-Adiós.
Camine hacia el gimnasio y como todos los días Arat golpeaba el saco, se giró un momento hacia mí y me enseñó el dedo de en medio. Reí y me fui hacia donde estaba el famoso juego de los zombis con cubeta en la cabeza, ese juego es estúpido. Lo he ganado cientos de veces.
Observaba tranquilamente a los caminantes, me gustaba hacerlo porque a veces me pongo a darles nombres o a tratar de imaginar cómo fue su pasado o que fue lo que eran antes de que el apocalipsis llegara. Hasta que me llamaron.
-¡Ya voy!
[...]
-¡Sí! ¡Libre al fin! ¡Libre soy! -me sentía libre como mariposa. El odioso de Dwight había salido a cazar y mi papá me mandó a salir con él, no sé si es para no tenerme aburrida dentro del santuario o para fastidiar a Cara Quemada.
Llevamos caminando unos 20 minutos y mi odioso amigo ya se desesperó.
-Cállate por favor. -No, no, no.
-Por favor.
-¡Libre soy! ¡Libre soy!
-Dios no me hagas esto por favor -murmuró.
¡Amo hacer enojar a la gente!
[...]
-Hija -me llamó- saldré un momento.
-¿A dónde iras?
-Con los chatarreros.
Los chatarreros son una especie de comunidad que se albergan en un basurero. Ahí tienen sus fuertes y la gente parece como un grupo de baile irlandés, están comandados por una mujer que tiene el peinado más feo que haya visto en el apocalipsis, que es medio ruda y se cree la reina del reino que no tiene. Es buena mintiendo.
-¿Puedo acompañarte?
-¿Quieres ir? -asentí- bien, prepara tus cosas, yo iré a avisar a Joey.
Qué asco con Joey.
-Te alcanzo en la camioneta -el asintió y se fue.
Mi oportunidad es ahora. Salí de mi habitación y me dirigí hacia el cuarto de Daryl, ya saben, su cuartito pequeño. No he ido a ver al anciano, debe de extrañarme.
-Hola abuelo -salude a Daryl, este se encontraba acostado en el suelo, aún más deprimido. Me agache a su altura y observé que en el suelo había una foto de Glenn, con la cabeza deshecha.
-Que quieres
-Veo que otra vez no estás de humor. Venía a traerte algo.
-No quiero nada de nadie -su actitud ya me estaba cansando- ni se porque te tomas la molestia de venir acá. Vete al diablo.
Como se atreve a decirme eso.
-Sabes algo. Eres un idiota. Yo vengo aquí porque estoy preocupada por ti, creí que ya tenía un amigo pero veo que eres un patán. Toma -le arroje sin fuerza lo que le traía en las manos cerré la puerta.
Con humo saliendo de mis orejas hacia mi habitación. Tomé un bate parecido a Lucille pero sin púas; este tenía clavos, camine hacia la salida, pero antes de llegar me topé con otro idiota.
-Si no te quitas, te romperé el cráneo.
-Pequeña Negan -se burló de mí.
-Joey, hazte a un lado.
-O que
-O te golpearé hasta que se te salgan los ojos.
-Aja -se comenzó a reír- adelante princesa.
Me dejó pasar, pero antes me dio un golpe en el trasero. Paré en seco y me regresé a darle un golpe en la cara rompiéndole la nariz.
-Te lo dije
Salí con mucha furia hacia los autos y al llegar me subí en la camioneta donde Negan iba, azote la puerta y bufe.
-¿Y ahora qué mosca te pico?
-Las personas son idiotas.
-Ahora me entiendes -pasó su brazo por encima de mis hombros y me sonrió, pero no le devolví la sonrisa.
Tal vez Negan tiene razón, ya no se puede confiar en nadie.
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