6. Cosas grises

9.1K 1.4K 1.2K
                                    


El lugar era espacioso. Sinceramente Jaemin no sabía que era lo que se había esperado. Pero el pequeño departamento era en su mayoría gris. Con una puerta hacia la cocina y un minúsculo corredor. Había un bonito ventanal que era cubierto por persianas también grises. Y la casa olía a menta casi por completo.

Fue sin querer, pero se preguntó a qué olería la piel de su guardaespaldas y eso le hizo pensar en que podría descubrirlo con un beso en el cuello o un abrazo que durase el tiempo suficiente para descifrarlo.

-Tengo algo de ramen si tienes hambre- dijo Jeno, quitándose el saco y dejando atrás su postura perfectamente erguida.

Jaemin parpadeó, era la primera vez que le veía ser un hombre normal. Sabía que tenía 23 años y que este era su primer trabajo. Sabía que había abandonado la universidad después del accidente de su padre, el cuál estaba conectado a un montón de maquinas en una habitación de hospital. Todo eso lo decía un expediente sin antecedentes previos y los rumores esparcidos por su estilista. Podía deducir otras cosas a través de la observación, como que odiaba el desorden y fumaba todas las mañanas.

Pero ellos no se conocían realmente, para el otro eran un robot sin sentimientos y un quisquilloso chico con el ego por las nubes. Eso era todo.

Y, sin embargo, Jaemin sintió que una especie de barrera se estaba derrumbando. Este era el mundo de Jeno, un nuevo mundo. Sonrió, porque necesitaba un respiro de su perfecto y bien acomodado universo.

-Está bien...- dijo, aceptando el ramen.

-Bien, puedes encontrar todo lo que necesitas en la primera puerta del armario. Iré a cambiarme y regresaré en un minuto.

Jaemin ahogó un jadeo.

-¿Quieres que yo lo prepare? - pronunció, señalándose a sí mismo con las cejas arqueadas.

Jeno respiró hondo, aguantando las ganas de correr a este chico directamente a la calle.

-Tranquilo, no se te romperán las uñas por hacerlo.

Pero a Jaemin no le importaba lo que pasase con sus uñas de por si destruidas. Caminó por el apartamento, recorriendo la hilera de cds y películas con su dedo.

-No puedo hacerlo- susurró.

-¿Qué?

-¡Que no sé cocinar! - exasperado, volvió sus nudillos blancos.

Dios, es vergonzoso.

Jeno le miró en silencio por un rato antes de chasquear la lengua y tomarle de la mano.

-Vamos.

-¿Qué crees que haces?

-Haremos ramen.

Y Jaemin se dejó guiar.

Se encontró a si mismo de pie en una cocina pequeña, con la vista fija en sus manos unidas. Eran parecidas, casi del mismo tamaño, también parecían encajar bien juntas. Jeno le soltó para tomar una cazuela del armario y poner a hervir el agua sobre la hornalla.

-Busca las verduras- ordenó y Jaemin miró en todas direcciones como un desmemoriado-. En la heladera.

-Oh claro... lo sabía.

Jeno se remangó la camisa blanca hasta los codos y se olvidó de quitarse la corbata mientras picaba cebolla y el pimiento en la tabla.

-¿Puedo hacerte una pregunta? - dijo, sin siquiera mirar a Jaemin.

El menor se mantenía cerca, mirándole utilizar con agilidad el cuchillo como si fuese un acto de magia. Lo habría encontrado un poco adorable si fuese otra persona la que le despertaba ese sentimiento, pero siendo este caprichoso e insufrible mocoso, evitó ahondar en ello.

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐎𝐧 𝐌𝐞 - {𝙽𝚘𝙼𝚒𝚗}Where stories live. Discover now