7. Playa vs Ciudad

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-¡Despierta, hice café!

Jeno parpadeó, incorporándose asustado por la voz intrusa en su casa, luego miró al chico alto y delgado vistiendo su ropa y volvió a cerrar los ojos gruñendo por lo bajo. No le gustaban las mañanas ruidosas, se había acostumbrado a la soledad y al silencio. Disfrutaba de tener su propio tiempo porque tenía una rutina estructurada, una donde podía darse una ducha de agua fría para poner en movimiento su cuerpo y desayunaba un café y un cigarrillo mentolado.

-¡Vamos, levántate! - insistió Jaemin, jalándole del brazo- ¡Es un buen día, hay que aprovecharlo!

Jeno miró la hora que marcaba su celular.

-Ni siquiera son las siete, déjame dormir.

-¡Pero debemos ir a casa y luego a la playa!

El molesto grito le impidió seguir durmiendo, quitó los dedos de su brazo y se desperezó en el proceso.

-Genial... Además de prostituto, también soy tu esclavo.

Jeno se levantó, caminando hacia su cuarto. Se detuvo abruptamente al descubrir la cama desacomodada, la almohada en el suelo y su colonia abierta.

Mataré a ese chico.

Jaemin era un desorden gigantesco en su vida, un remolino que dejaba caos por donde pasase y esta vez fue el turno de la habitación de Jeno. Respiró hondo, quitándose la ropa y dándose una ducha tranquila.

Cuando salió descubrió al demonio sentado en su cama, mirándole con enfado contenido en esos ojos de gacela. Las largas piernas cruzadas y la pasta de dientes embadurnada en una de las esquinas de su boca. Joder, Jeno esperaba por el bien de su salud mental que ese infierno no hubiese utilizado su cepillo de dientes.

-Se nos hará tarde para ir a la playa.

-Sal de mi vista- gruñó, señalando la puerta y sujetándose la toalla que cubría sus partes nobles.

-¡Pero...!

-Son las siete de la mañana, la playa puede esperar.

Jaemin refunfuñó gateando fuera de la cama. Regresó a la sala de estar y se recostó a lo largo del sofá, viendo rumbo al ventanal que no tenía ni una marca en el cristal. Rodó sus ojos, pensando en que nadie quien mantuviese un orden como ese podía ser considerado normal. Pero, quién era él para juzgar. Jugó con el almohadón color crema lanzándolo y atrapándolo en cada oportunidad, frustrado por lo mucho que ese idiota estaba demorando.

La playa no puede esperar...

Seguramente nadie lo entendería, pero era agotador tener que hacer todo a deshora para que nadie pudiese seguirle el rastro. Aun podía recordar la última vez que salió sin ser perseguido por cámaras o por fans locos que le hostigaban. Jaemin realmente quería pasar un día en la playa, ir con sus amigos imaginarios a tomar una cerveza (aunque no disfrutase del alcohol) y luego salir a bailar. Él realmente quería... ser normal.

Así que cuando vio a Jeno vestido informal con bermudas y un buzo gris, él se puso realmente contento. Jeno pasó por su lado sin siquiera mirarle y Jaemin le siguió por todo el departamento mientras este tomaba sus llaves, su móvil y se calzaba.

-¿Deberíamos comprar protector solar? Mamá siempre dice que en la mañana el sol es peor.

-Me da igual.

-¿Te pondrás un gorro? Ese es demasiado sencillo- Jaemin balbuceó, observando a Jeno ponerse un gorro azul con la visera hacia atrás. Lucía igual que en la foto junto a ese perro enorme- ¡Oh tengo un lindo sombrero, lo llevaré conmigo!

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐎𝐧 𝐌𝐞 - {𝙽𝚘𝙼𝚒𝚗}Where stories live. Discover now