¿Por qué te condenas?

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El perdón de Dios, el perdón más puro y sincero que existe.

¿Cómo te sientes cuando caes en pecado? Cuando la tentación se acerca a nosotros, es difícil esquivarla. ¿Correcto? Muchas veces la tentación viene tan desapercibida que pecamos sin darnos cuenta.

Cuando esto sucede, solemos catalogarnos como malos hijos ante Dios, provocando que solos nos alejemos de ese perdón que solo él puede dar.

En Romanos 8:1-2 NVI dice:

»1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, » 2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.

Ejemplifiquémoslo de la siguiente manera. Imagina que estas en unas gradas con muchos escalones por delante; actualmente te sientes cansado, porque te encuentras en los primeros escalones que contienen aquellos pecados con los que has estado cargando, que el Espíritu de Vida dicen que no te pertenecen. A medida que subes, esos pecados van perdiendo su peso, porque las estas dejando atrás, y lo que el Espíritu de vida ha dicho está comenzando a ser real para ti.

Dios quiere llevar a lo más alto de esas gradas, porque dentro de él no hay ninguna condenación.

Existe la mala costumbre de que cuando fallamos o pecamos, nos encerramos en una burbuja de culpabilidad a la cual Dios no nos ha llamado ¿Por qué te condenas?

Como seres humanos nuestra naturaleza va a querer volver a los primeros escalones, porque somos débiles; pero Dios no se cansa de hacernos subir el mismo escalón una y otra vez, porque él lo que quiere es llevarte hasta arriba para que puedas despojarte de aquellas cosas que no te pertenecen.

Cuando subas un escalón pon todo en las manos de Dios y confía en él. Los pecados son para que aprendamos de ellos y no los cometamos al ser consciente de lo que estamos haciendo.

No te condenes, Dios no lo está haciendo. Vive una transformación.

¡Bendiciones!

Levantando mi Fe ©Where stories live. Discover now