7. Amor

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Cuando llego a su hogar le había llamado la atención que la televisión se encontrara encendida, pero no se sorprendió cuando encontró a Hajoon dormido en el sofá, envuelto en cobijas y hecho bolita entre los suaves endredones.

Sonrió y caminó a él, apagando en el proceso el televisor, y guardando la bolsita de frituras en el anaquel del la cosina.

— Hajoon— lo llamó, buscándolo despertar para platicar antes de irse a dormir.

El castañito movió su mejilla sobre la almohada que había tomado y continuó durmiendo.

— Bebé, vamos a hablar— susurró, escuchando la lluvia continuar cayendo fuera.

Y por más que intentó despertarlo, Hajoon se había quedado profundamente dormido en aquel sofá, Dojoon pensó en llevarlo a la cama pero fue a ponerse su pijama y cambio a su novio con cuidado, poniéndole doble calcetín ya que sus piecitos estaban tan fríos como dos cubitos de hielo.

Cambió su playera suavecita por una blanca que usaba como pijama y también le había puesto sus pantalones de cuadros rojos con negros y había sonreido cuando notó que llevaba sus boxers azules con manchitas amarillas, porque alguna vez Dojoon la había desteñido por accidente con cloro y creyendo que Hajoon se enojaría los había escondido en su propio cajón y en poco tiempo los había encontrado diciéndole mira bebé estaban hasta en fondo de tu cajón, talvez lo puse entre tu ropa y no nos dimos cuenta, y Dojoon le había pedido perdón porque el había sido el culpable de la desaparición y el cambio de color de su ropa interior favorita y Hajoon simplemente le había abrazado porque Dojoon parecía completamente preocupado por ello, pero había sido tranquilizador cuando le había susurrado que no había ningún problema por ello.

Esos eran los momentos que él amaba, cuando cositas pequeñas y casi insignificantes para los demás a él le llenaban de cariño y calor, y por eso, además del comentario de su padre y madre, veía tonto su forma de actuar de ese día, sí, Hajoon definitivamente tenía razones por las cuales molestarse y él no quería eso, jamás lo haría.

Y cuando la idea de perderlo llegó a su mente el miedo lo inundó con fuerza, él se aferró a el cuerpo de su amado, buscando la sensación de hogar cuando olía el aroma de Hajoon o lo sentía cerca.

— ¿Porque lloras Dojoon?

Una suave y cansada voz le despertó preocupado, pues Dojoon lo abrazaba como un niño asustado y lloraba como nunca lo había hecho.

— Perdóname mi amor— dijo entre sorbidos de nariz e hipidos.

Hajoon había extendido sus brazos alrededor del cuerpo de Dojoon y los había enredado en él, acariciando su cabello rizado y esponjado, besando con cariño su frente y dejando que llorara en su pecho.

— No te quiero perder Hajoon.

Y fue allí cuando se alarmó.

¿Porque lo haría?

— No harás Dojoonie, nunca lo harás.

Y no supo porque lloró con más fuerza, si por alivio o porque realmente tenía miedo de que aquello sucediera.

Hajoon lo abrazó y le cantó una canción entre besos y caricias de total amor. Lo besó dulcemente y despacito, sin importarle que sus besos fueran salados por sus lágrimas y continuara llorando en el proceso, y dejó también que le hiciera el amor como quisiera, besando sus clavículas y apresando entre sus dientes los labios carnosos de su novio.

Hajoon no lo empujó cuando le desnudó con caricias desesperadas,  buscándolo de una manera diferente, lo necesitaba sentir como nunca lo había hecho, esa noche bajo un amanecer lluvioso había saboreado su piel y había quedado extasiado con la imagen de placer de Hajoon bajo la luz rosada y naranjosa que salía.

Y cuando estuvo cerca de tocar el cielo con las manos, se liberó en su interior, aferrándose a la cintura de Hajoon, con sus dedos temblorosos y calientes habían sentido la piel sudada del menor.

Escuchó su voz rota de placer y la respiración irregular por su liberación repentina, y adoró cuando bajó los brazos de sus hombros y sus piernas temblaron y se cayeron a sus lados.

Lo había besado nuevamente, lamiendo la gotita de sudor que había quedado estancada en el arco de cupido de su labio.

No necesitaron decir nada, más que quedarse unidos por el amanecer de aquel día, mirándose a los ojos diciendo todo lo que pensaban y querían decirse, estoy muriendo lentamente y tengo miedo de perderte.

— Te amo— susurró Dojoon, acariciando la mejilla rellenita del castaño.

— También te amo— correspondió el castaño, cerrando los ojos cuando el pelinegro pasó sus dedos por su frente y peinó sus cabellos sudados.

Se quedó dormido entre los brazos del mayor, con la mente llena de pensamientos que quería decir.

Pero ¿como lo haría? ¿que le diría?

Como hoy es día del amor y la amistad hehe :D, les traigo un capítulo, el Domingo subiré el siguiente, así que espero que les guste

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Como hoy es día del amor y la amistad hehe :D, les traigo un capítulo, el Domingo subiré el siguiente, así que espero que les guste.

Pd: una vez decoloré por accidente una parte de unas calcetas negras y quedó de un tono amarillento y narajoso.

¿Tuvieron una cita? Cuentenme que hicieron.

Pd2: Gracias por las 200 leídas, sé que este shipp no es muy popular y tampoco sus historias, pero me siento super agradecida con todos ustedes porque quiero mucho esta historia. <3

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