10.- Vueltas

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Dojoon ingresó nuevamente acompañado de una maleta y su hermana que caminaba detrás de él.

Un poco animada se dejó caer en el sofá, porque definitivamente cualquier cosa era mejor que estar en la casa de la Loca Señora Han.

Dojoon se dió cuenta de que buscaba con la mirada algo, o alguien.

— Hajoonie salió.

Dijo simplemente sin dar explicaciones y acomodando la maleta al costado del sofá.

— Oppa, agradezco que me hubieras sacado de allí, pero quiero saber porque me trajiste de vuelta, porque según recuerdo habías discutido con Hajoon.

Dojoon se puso firme y contestó— Nos reconciliamos.

Ella frunció levemente el ceño pero no dijo nada más.

— Eso no importa ahora, él y yo estamos bien, y tu estas aquí, por lo que como tu hermano mayor y la persona a cargo aquí me harás caso, sin resongar.

— Está bien— contestó aburrida.

— Bien, aún no tenemos una cama para tí, por lo que dormirás en la colchoneta.

— Da igual— se encogió de hombros— cualquier cosa es mejor que la señora Han.

— Ok, entonces comenzaremos mañana hasta que lleguen papás de su visita a Mokpo y podremos hacer algunos cambios.

Ella lo miró señuda, sus ojos observando aquella libreta azul.

— ¿Cambios en qué?— Inquirió.

— Oh— reaccionó animoso— tengo un plan para convivir sanamente mientras estás aquí.

Ella rodó los ojos y se dejó hundir nuevamente en el sofá.

— ¿Cual? ¿El que Hajoon se regrese a Gwangju?

Dojoon ignoró el comentario de su hermana para comenzar bien, por lo que simplemente tomó la maleta y la llevó a la habitación.

Ella lo siguió y se dejó caer ahora en el suelo porque la colchoneta debía inflarse y ella no quería hacerlo.

— Iré por la aspiradora.

Anunció y fue por la máquina, era pequeña a comparación de la que ella tenía en casa, era una máquina pequeña que al ver como lentamente ascendía podría decir que la habían comprado en una tienda en línea, de esas que tienen rebajas.

Danhi puchereó, porque su hermano se veía feliz, desde los últimos años siempre luce diferente, más brillante, carismático y porque no, más apuesto y eso claro que le hacía feliz, pero le disgustaba mucho que fuera por la razón que a ella le enfadaba, por Lee Hajoon.

Su madre siempre le decía que no debía ser egoísta con algo que ella tanto quería como lo era su hermano, pero era claro que ella sentía el deber de protegerlo, aunque se llevaran varios años y fuera él el mayor en la familia.

Danhi no recuerda bien desde cuando había sentido ese sentimiento que llenaba su cuerpo, que ardía como brasas y saboreaba en su boca como el metal.

Ha pensado las noches que no puede dormir en ¿cual había sido la razón para odiarlo tanto? Y aunque supiera que todos decían y querían a Hajoon por ser un novio, comprensible, amable y trabajador, ella lo aborrecía, no lo quiera cerca de él y muchas veces lo evadia como si llevase la peste en sus ropas o en su irritante voz cuando la llamaba.

Ughh.

Se retorció, un escalofrío subiendo por su columna vertebral y deteniéndose en sus extremidades.

¿Acaso ella era la única que veía? ¿Como él buscaba enredarlo y engatuzarlo para después alejarlo de ellos? Como bajo su dulce sonrisa, una macabra la reemplazaba.

Talvez sí.

¿Y si ese era su trabajo?

Hacerles ver que lamentablemente lo que sus ojos ven, no es el verdadero Lee Hajoon que dice ser.

Ella lo destapará y todos sabrán que ella siempre tuvo la razón.

Lo Jura, que porque su nombre es Park Danhi, alejará a Hajoon de sus vidas.

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