20.- ¡Highter!

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-¡Más alto Oppa!

Dojoon ríe, y tira de la cuerda, levantando más a la pequeña Danhi del suelo.

- ¡No te muevas tanto Danhi!- Gritó también.

Ella dejó de moverse y ayudó a elevarse del suelo, posando las manos alrededor de la cuerda e impulsándose aunque quien hiciera el mayor esfuerzo fuera Dojoon.

Cuando estaba a unos centímetros de tocar el escalón para tocar lo estable de la pared, pasó su pierna sobre la superficie y corrió para tomar la bandera.

Las trompetas del tiempo sonaron y las demás personas suspiraron cansadas cuando ocuparon los primeros tres lugares.

Danhi se asomó para ver a su hermano y le saludó, moviendo su mano nerviosa porque, vaya, si había sido mucha distancia que recorrer y le dió vértigo.

Los empleados de allí le quitaron la cuerda y le pusieron el seguro indicándole que debía bajar por aquella tirolesa. Ella obediente escuchó las instrucciones del encargado y esperó.

Cuando miró, sonrió porque ella amaba sentir la emoción al saltar o jugar cualquier tipo de juego de ese estilo.

Saltó, recorriendo todo el cable, atravesando de esquina a esquina la sala de juegos, Dojoon llegó corriendo poco después de ella y esperaron a que todos estuvieran presentes para que se entregarán los tres primeros premios, las personas se juntaron y cuando llegó el momento se les otorgó el suyo.

Danhi sonriente agradeció por el videojuego y la tarjeta de puntos que podría ser usada allí, en cualquiera otra ocasión era básicamente ilimitada por un año, Dojoon la abrazó emocionado al igual que su menor, porque él también amaba las emociones fuertes y el haber ido allí había sido una excelente decisión.

Solo eran ellos dos y nadie innecesario y molesto interfería en ello.

- ¿Quieres comprar otra cosa Danhi?

La niña con ojos brillantes asintió y lo tomó de la mano para ir corriendo al cine, pues deseaba ver una película.
Dojoon sin embargo decidió mejor ir a guardar las cosas al carro y marcharse a su departamento, porque había escuchado que una tormenta de nieve se acercaba y a pesar de que supiera que no eran la gran cosa, en esos días se había blanqueado la ciudad y costaba manejar por lo que decidió mejor partir a su hogar, Danhi estuvo de acuerdo pidiéndole que algún día siguiente fueran a ver la película, Dojoon le prometió que lo cumpliría y así sr marcharon, escuchando una canción suave y calmada que los acompañó hasta su casa.

Ambos se tiraron en el sofá y bebieron la bebida que habían comprado caminó allí.

Vieron también un par de películas aprovechando la comodidad de aquel día y encendieron el calefactor.

La puerta se abrió y Hajoon se asomó con una sonrisa, en sus manos una caja de galletas y una bufanda roja.

- ¿No estabas dormido?- preguntó Dojoon, sin ocultar su impresión, porque al entrar a su habitación había jurado ver a Hajoon allí.

El castaño con una sonrisa negó y dejó las llaves en la mesita, se quitó sus botines y puso en sus pies las pantunflas de molang.

- Fui con la señora Min.

Dojoon puchereó confundido.

- de hecho nos manda galletas que ha preparado con Seungeun, estas te las manda para tí Danhi.

Ella levantó la mirada y tomó la caja de galletas, eran de arándanos y agradeció en silencio, porque le había comentado a su amiga que amaba con todo su corazón los arándanos.

- Woah- exclamaron ambos Park, olfateando las galletas.

- Me aseguraré de mañana agradecerle a la señora Min.

Hajoon asintió tomando una y degustandola.

- Oppa, ¿está bien que invite a Seungeun a jugar con la tarjeta?

Dojoon asintió y se hizo a un lado, dejando espacio para Hajoon quien inmediatamente se acurrucó a su lado.

Dojoon lo besó y continuó viendo a la película, su novio, mirándolo le susurró.

- Tengo que decirte algo muy importante.

Dojoon solo asintió.

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