⚫JUST2⚫

37.- Fuegos Artificiales

Park Jihyo mentiría si dijera que su hijo estaba bien, su niño tenía el rostro apagado, había perdido el color y la felicidad de un día a otro. En ese momento estaba hundido en el sofá, frente a ellos, Danhi estaba cegada por su propia felicidad, tenía muchos regalos de su hermano y ropa nueva, no le importaba que dijeran en el remitente el nombre de Hajoon porque esa era ropa de marca, y ella por supuesto no la iba a desperdiciar.

Dojoon veía al frente, sumido en sus pensamientos.

— Hijos— dijo su padre— miren, los fuegos ya comenzaron vamos, tenemos que verlo.

Danhi corrió de la mano de su padre, ayudando a subir el chocolate y se asomaron por el balcón.

Dojoon sintió de nuevo el nudo en la garganta, sus ojos quemándole ya por llorar cuando no le miraban. Jihyo no dijo nada, escuchando el lamento de su hijo y miró al cielo, deseando con todas las fuerzas de su corazón, que las cosas mejoraran.

Por favor que Hajoonie esté acompañado esta noche, cuida de él.

Había escuchado lo que había sucedido de los labios de su hijo horas antes, pero ella confiaba en que no fuera así, pero no quitaba el hecho de que Jihyo se sintiera culpable, pidiendo y creyendo en Hajoon cuando su hijo lloraba tristemente aferrado como cuando no podía dormir por miedo.

Besó la frente de su hijo, comprendiendo por el dolor del que pasaba, esa noche estaba planeada para un fin diferente, jamás, ni por cualquier cosa hubiera imaginado que terminaría así.

Miró fuera nuevamente, los fuegos brillando resplandecientes en el cielo, y dolida abrazó a su hijo con fuerza, buscando calmar el llanto de desgarraba su corazón.

— Todo va a estar bien cielo, lo prometo.

**********

Había pasado ya cuatro días desde aquella desastrosa navidad, Dojoon no se había levantado de la cama desde entonces y con trabajos había logrado que diera bocado alguno.

Danhi había intentado ayudar, pero también terminaba en vagos esfuerzos, que terminaban con Dojoon llorando, pidiéndole que se retirara y le dejara solo.

Por supuesto que a todos les había sorprendido, pues parecía que la llama de paciencia se había acortado con la menor, la cual estaba sumamente dolida por ello y todos los días se repetía que iba a pasar.

— ¿Quieres algo especial de comer hijo? Papá podría pasar por la pizzería que te gusta y-

— No me siento con ánimos de Pizza ma.

— Está bien— dijo entonces— te traeré algo ligero ¿bien?

Dojoon asintió sobre la almohada, su madre se alejó rápidamente y él se permitió estar solo nuevamente, cubriendo su cara con la almohada para ahogar un grito.

— Oppa, buenos días, mira te traje algo— señaló un plato de ramen instantáneo— pensaba en comerlo pero no quisiera subir de peso así que te lo traje a tí-

— No quiero comer ahora Danhi.

Su hermana hizo un puchero.

— Pero está muy rico— insistió.

— No quiero, puedes dárselo a mamá si quieres.

— No— replicó, dejando caer los hombros y mostrando un rostro molesto, uno que no le gustaba mostrar a él— si lo traigo no tienes que rechazarlo, no has comido y-

— Y ya dije que no tengo apetito.

Girándose en la cama, Dojoon le dio la espalda.

Las mejillas de Danhi se tiñeron de un rojo potente, un tic nervioso debajo de su ojo apareció.

— ¡No porque Hajoon te haya dejado significa que debas ser tan inhumano e insensible conmigo! — Gritó con la voz rota— te lo traje porque no has comido, y me preocupo por ti. Quiero que salgas de tu cama y dejes de lamentarte por él. ¡¿Acaso no ves que te ves patético deprimido por ese maldito-?!

Dojoon se levantó rápidamente, con su respiración desigual se acercó quedando de frente a ella.

— No quiero que hables así de él— gruñó—, No estoy así por eso ¿está bien? Y dije que no quiero comer, no me puedes obligar.

Apretó los labios, la ira corriendo por sus venas.

— Sí claro. —Bufó molesta— si yo lo hubiera dejado desde antes no hubiéramos pasado por esto, eres tan tonto por seguir queriendo a Hajoon en lugar de buscar regresar con Matthew, él era un buen partido, y lo dejaste ir por un adefesio inútil como Hajoon.

— ¡Cállate!— Gritó, su hermana viéndolo sorprendida, Dojoon no le había gritado así en su vida— ¡Deja de meter a Matthew en todo! El dejó de ser mi novio desde hace muchos años atrás, ¿Por qué sigues aferrada a él? ¡Déjame sufrir mi duelo! Sí, terminé con él, pero no te voy a permitir que sigas hablando así de Hajoon, ¿Por qué no lo entiendes? Maldita sea Danhi, déjame un jodido momento solo.

Danhi estaba lista para replicar pero su madre gritó.

— ¡Danhi! Te dije que no quería que molestaras a tu hermano.

Dojoon la empujó fuera de su habitación y le cerró de un portazo. Su madre llegó rápidamente tocando la puerta de su hijo, llamándolo.

— Cariño, déjame entrar, ¿quieres hablar?

— No, por favor déjenme solo— lloró.

Jihyo no insistió más, y tomando a su hija del brazo la llevó hasta su habitación.

— ¿Me quieres explicar por qué hiciste algo que claramente te dije que no hicieras Park Danhi?

La niña titubeo, su brazo doliendo donde su madre le había sujetado.

— Solo le quería llevar algo de comer yo-

— ¿Y por qué terminaron gritando de esa manera?

Danhi suspiró triste, sollozando para convencer a su madre.

— Porque no quiero ver a mi hermano así, no se merece llorar así por él, omma-

Jihyo se frotó la frente cansada.

— Danhi, eso no te incumbe, si llora o está triste es porque tiene que pasar por eso, ¿Esperas que tu hermano te cuide así cuando tu rompas con tu novio? Danhi, Dojoon ya es un hombre, no necesita que lo cuides ni mucho menos que le recuerdes por lo que está pasando.

— Pero Hajoon rompió su corazón. El no merece a mi hermano, ni mucho menos que él esté como si nada cuando mi hermano está así— señaló afuera.

Jihyo endureció su mirada.

— Escucha, si terminaron es por algún problema entre ellos, no tienes que entrometerte en su vida, mucho menos calificar a la pareja de Dojoon, no importa si te agrada o no, es de mala educación que te estés expresando así de las parejas de tu hermano, además no sabes como lo ha tomado Hajoon— calló un momento— me tienes muy disgustada en este momento, no creas que no le voy a contar lo que has hecho a tu padre, te quedas aquí hasta que reflexiones tus actos.