-6-

26.1K 2.3K 221
                                    

Santiago se quedó pensativo esperando una respuesta de mi parte,una que desde luego le di, claro está omitiendo la parte en la que mencionaba que Julian me había invitado sa salir el fin de semana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Santiago se quedó pensativo esperando una respuesta de mi parte,una que desde luego le di, claro está omitiendo la parte en la que mencionaba que Julian me había invitado sa salir el fin de semana.

- Él sólo quería saber si estabas adentro, ¿De que podri estar hablando con él si apenas lo conozco?

- Esta bien - suspiró-. Voy a confiar en lo que me dices.

Aquello no me dejó tranquila "Voy a confiar en lo que me dices" ¡Acababa de mentirle al hombre! Pero es que a Santiago nada se le podía decir, él tomaba todo con el mismo humor que maneja las cosas en la hacienda. Así que no sería algo que le mencionara de manera tranquila.

El auto aparco en la casa, fui la primera en bajar de allí, Santiago lo hizo después.

- Luciana, iré mañana al pueblo, si quieres algo de allí.... ,puedes pedirlo.

Gire mi cuerpo hacia él.

- ¿Hablas en serio? Hay muchas cosas que quisiera. Empezando por un poco de ropa - mire el vestido que traía puesto.

- Entonces puede que vaya con Ignacia o Paola para que ellas escojan algo para ti.

Claro. Luciana no tenía derecho a elegir su propia ropa. Sabía que algo tan bueno no podía ser completo.

- Esta bien - respondí sin rechistar-. Le daré mi talla a Ignacia.

- ¿Sólo quieres algo de ropa?

Me quedé pensativa unos segundos.

- No creo que este en posición de pedirte algo o ¿si?

- Estoy tratando de ser amable contigo - susurro mientras se rascaba la nuca.

- ¿Puedes traerme un libro? - apreté mis labios.

- ¿Que tipo de libro?

- Puede ser uno de poemas.

- ¿De poemas?... Esta bien. Debes tener alguno en mente.

- No, sólo quiero leer un poco, algo que me distraiga de..... - acorte mis palabras cuando intente decir que estaba deprimida por la forma en que me había tratado desde que Natalia se fue pero me detuve porque aquello era inútil-. Mi habitación - dije finalmente.

- ¿Cómo voy a saber si te gusta o no?

- Eso lo dejo a tu elección - le sonreí-. Confío en lo que escojas para mí.

Santiago dibujó una sonrisa en su rostro. Así no lucía ya como un hombre frío y distante.

(...)

Me miré en el espejo.

El bonito vestido color rojo cereza resaltaba el color azul de mis ojos. Tenía algunos detalles como estampado y eso me encantaba.

Almas SalvajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora