Santiago es un hombre cerrado a su vida, dueño de una de las haciendas más importantes de café en Colombia y en el mundo,dedicado desde niño a la tierra que lo vio nacer, su temperamento fuerte hace que todo el mundo le guarde respeto y admiración...
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Sali del restaurante rumbo al hotel, tome uno de los taxis que estaban aparcados afuera del lugar. Le indique al conductor el destino y este puso en marcha nuetro recorrido.
Pasamos cerca del centro de la ciudad, ya era muy tarde para ese momento el reloj casi marcaba las once de la noche. El taxi se estaciono en uno de los semáforos antes de cruzar el puente elevado, un fuerte ruido me hizo despegar los ojos de mi teléfono móvil. Poco después aquel ruido fue acompañado de un fuerte golpe, en cuestión de segundos el taxi salio dando vueltas por todos lados, creo haber golpeado un par de veces con la puerta y el asiento delantero hasta que nos detuvimos por el barandal del puente.
Me lleve las manos a la cabeza, aturdida y desorientada.
- Dios.... - susurre mientras sentia que todo me daba vueltas.
- ¿Se encuentra bien señorita? - pregunto el conductor.
Asentí levemente a su pregunta y confirme que tenía un rasguño en la frente producto del golpe.
- ¿Qué..., ¿Qué sucedió?
- Un auto nos invistio de la nada - miro a su alrdedor pero yo no veía nada-. Después se marchó.
Apreté mis parpados fuertemente, la creía capaz de todo.
- Es mejor llamar a emergencias, no vaya a ser algo grave.
- Esta bien - susurre mientras con ayuda del conductor bajaba del interior del taxi.
Mis ojos se llevaron la peor imagen, el taxi estaba a un costado de la carretera, parecía cuando arrugas una lata de cerveza en tus manos. Estaba totalmente retorcido en el metal. Me costaba creer el como habíamos salido ilesos de ahí.
Espere por cerca de cinco minutos que una ambulancia con paramédicos llegase al lugar, antes de eso una patrulla de la policía habia llegado al sitio del accidente, revisaron la carretera y pudieron observar las marcas del neumático sobre el asfalto. Quizas ellos se tomarían un buen tiempo es descubrir quien había sido el responsable, pero yo ya sabía de quien se trataba.
Natalia.
No había otro ser en el mundo que me qusiera ver fuera de las empresas, había fingido el acceder a mi trato, y creo su plan perfecto. Uno que no le habia salido como ella esperaba.
Los paramédicos nos condujeron a ambos a una clínica cercana de la ciudad, el conductor fue separado de mí mientras era atendido en otro cubículo. Cerca de media hora en espera recibí una llamada de Ignacia. No quería preocuparla más de lo se puso al contarle lo del accidente, así que solo le recomendé que lo mejor era que esperara a que me atendieran y me dieran la salida.
Uno de los oficiales tomó mi declaración junto a la del hombre, no me detuve en decirle que mi principal sospechosa era Natalia. Después de una hora pude regresar al hotel.
