"El Amor Que Niegas Es El Dolor Que Llevas"

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— No se contengan, este es su día  — las 4 comienzan a caminar, la peli-blanca y la fauno del gato un poco más adelante que las dos hermanas. Todas tienen ropas cómodas ya que como es esperado, va a ser un día de bastante actividad; Yang lleva un jean negro, tenis Blancos, buzo gris y una chaqueta de cuero encima, perfecta para el ambiente.

Primero pasan por varias cabinas de juegos de ferias, en todos de ellos varios peluches y juguetes cuelgan para los ganadores. Yang le guiña un ojo a su hermana, ya habían hablado de eso con anterioridad, la menor asiente y presta disimulada atención a la oji-azul.

Sin embargo Ruby no parece entender muy bien la parte de "si vas a ganar un peluche tiene que se el que a ella le guste"

— ¡¡Weiss!! ¡Mira! — la menor corre y señala un peluche de un perro, asemeja a ser un corgi y es de color negro con blanco — ¡¿Te gusta?! ¡Yo se que si! ¡¡Lo ganaré!! — mientras la oji-plateada compra oportunidades, las otra tres chocan las palmas de sus manos en sus cabezas.

— ¿Y tu Blake? ¿Algo te llama la atención? — la fauno del gato y la rubia se alejan un poco de las otras dos mientras van a observar más juegos, la pelinegra mete las manos en los bolsillos de su pantalón y mira en todas las direcciones, después de un momento un brillo aparece en sus ojos y señala una pantera negra, Yang camina hasta el puesto y mira al animal más de cerca, tiene ojos dorados, no se sorprende de que su cita se haya fijado en ese peluche — Bien, observa — la más alta compra varias oportunidades y hace un ritual de preparación que hace reír a su compañera.

El juego consiste en lanzar varios aros hacia unas botellas de vidrio y que estos queden metidos en ellas, logra insertar los 5 primeros y el señor grita.

— ¡¡Tenémos una ganadora!!  — Yang se ríe entusiasmada y señala la pantera, pero en cambio el hombre le entrega un león, bastante bonito pero no es lo que quiere.

— Quiero ese — la rubia señala el animal negro y el dueño del juego sonríe como si supiera lo que pasaría.

— Para ese tienes que insertar en todas las botellas querida — la rubia frunce el ceño y compra otra boleta con 5 oportunidades, en total son 25 botellas, compra los intentos hasta que solo queda una faltante, Blake mira con fascinación como no ha fallado ningún lanzamiento, pero la botella restante es la del centro. Por otro lado el hombre parece enojado de que por fin una persona tuviera la habilidad necesaria para ganar el juego, carga el león en su mano.

— ¡Vamos Yang! — la emoción invade a la fauno del gato, tiene que admitir que ver a su compañera tan concentrada le sacaba una sonrisa, nunca la había visto de esa forma.

La rubia lanza, el aro hace amague de entrar pero gira y no lo hace.

— Uy que lastima, creo que se tendrán que conformar con el león — el dueño extiende el peluche pero Yang coloca más dinero en la mesa — 5 oportunidades más — 1, falla — Cojan el peluche y váyanse, no pueden ganar — 2, también — Hazme caso — 3, igual.

— Eh... Yang... No necesito tanto ese peluche sabes... — susurra Blake mirando como los ojos de la mayor comienzan a tornarse rojos, algo que también le fascina de hecho.

— Dije que lo ganaré y lo voy a hacer — murmura en respuesta con los dientes apretados, hace el cuarto lanzamiento pero aunque estuvo muy cerca de lograrlo, falla. La rubia emite un grito de frustración y con los ojos rojos lanza el último aro, tal vez se deja llevar un poco por el enojo y lanza el objeto demasiado fuerte y sin puntería, cuando toca la primera botella la rompe y el aro continúa su camino destrozando a su paso 10 botellas más.

El dueño mira su juego totalmente arruinado y Blake agacha las orejas, Yang pasa saliva nerviosa con sus ojos ya normales.

— Si, tenía razón, no podíamos ganar, adiós!!! — la rubia toma el león de la mano del señor, coge a la fauno del gato y la obliga a correr lo más lejos posible de ese juego.

Rwby sobre ruedas Where stories live. Discover now