"Happily Ever After"

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— ¿Puedo pasar? — es de noche y en todo el día Yang no había dejado su cuarto, todas habían intentado hablarle pero ninguna había sido bienvenida, Blake espera una respuesta que nunca llega.

Mira la perilla, su novia quiere estar sola pero aún así quiere estar allí así sea solo para abrazarla y demostrarle cuanto la ama, suspira y da media vuelta caminando en sentido contrario.

— Si... — su oreja se inclina hacia atrás, la puerta está entreabierta. Vuelve sobre sus pasos y entra cerrando detrás de ella, el cuarto está a oscuras pero puede ver a la rubia sentada en el borde de su cama.

— ¿Quieres algo? — pregunta sentándose a su lado, no ha comido en todo el día así que puede tener hambre.

—No... — responde la más alta mirando el suelo.

—¿Quieres hablar? — la rubia niega con la cabeza y Blake asiente pasando su brazo por la espalda de la chica y atrayéndola hacia si — Sabes que puedes contar conmigo... Cualquier cosa estoy aquí para ti...— Yang recuesta su cabeza en el hombro de su novia y respira más tranquila.

Pasan varios minutos en silencio, la fauno no dice nada, solo pasa sus dedos por el dorado cabello de su novia. Pero Yang no ha podido mantener sus pensamientos alejados aún si las caricias de su compañera son relajantes, pero lo mejor tal vez no sea ignorar lo que siente...

—No entiendo... — termina diciendo sin moverse de su lugar.

— ¿Qué es lo que no entiendes? — pregunta la de ojos ámbar de forma tranquila.

— ¿Por qué tenía que venir? Todo estaba bien si ella... — la mayor frunce el ceño y aprieta su puño — ¿Por qué se preocuparía por alguien que desde siempre se empeñó en abandonar? — siente una mano más pequeña rodeando la suya.

— Porque casi te pierde Yang... — murmura la pelinegra alejando a su novia y mirándola a sus ojos llorosos.

— No debería importarle... Nunca pareció que lo hiciera... — Yang mira esos ojos dorados que tanto le encantan y que tanto la calman.

— Pero eres su hija — la menor pasa un mechón detrás de la oreja de su compañera — Tal vez... Solo tal vez, quiere hacer algo bueno por ti — Yang suspira y vuelve a reposar la cabeza en el hombro de su novia.

— Gracias Blake... — murmura la más robusta cerrando sus ojos, pasan unos minutos en silencio — ¿Te... Quedarías a dormir conmigo? — la pelinegra sonríe cariñosa.

— No tienes que pedirlo — le da un beso en la frente antes de salir para arreglarse, en el pasillo se encuentra con el dúo Whiterose — Creo que las recibirá— dice Blake señalándoles a las chicas que Yang hablará con ellas.

Blanco y rojo entran con sigilo en el cuarto de la mayor, no se ha movido del lugar.

—¿Estás mejor Sís? — pregunta Ruby llegando a su hermana y sentándose a su lado izquierdo.

— ¿Ya te pasó el berrinche? — la oji-plateada mira con una mueca de incredulidad a su novia mientras choca su mano contra su frente, sin embargo su hermana sonríe levemente.

— Sólo tu puedes hacer que unas palabras tan frías sean agradables — comenta la rubia tocando el colchón a su lado derecho para invitar a que se siente.

— No me gusta verte así — admite la peli-blanca suspirando — Es... Antinatural — Yang ríe y la empuja con su hombro.

—Haces sonar que siempre soy una bomba andante — la pareja intercambia miradas y asiente con la cabeza, la rubia se carcajada y se deja caer en el colchón.

Rwby sobre ruedas Where stories live. Discover now