"Tus Diferencias Te Hacen Resaltar En La Multitud, Solo Falta Que Las Aceptes"

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A la mañana siguiente Ruby no necesita que golpeen en la habitación, ella se despierta por si sola sin razón aparente, se encuentra abrazando algo y por el calor que emite no es su almohada como suele hacer. De inmediato recuerda que ahora tiene 18 años y que se había acostado con Weiss, con el corazón acelerado y una sonrisa en su rostro, la oji-plateada mira a su compañera, está apoyada en su lado izquierdo y con la cabeza recostada en el pecho de la menor.

Ruby no puede hacer más que observar la cara durmiente de su novia, tan relajada y tan vulnerable, para que dos personas duerman juntas tiene que haber la suficiente confianza.

Dejando los pensamientos de lado, la de pelo corto besa la frente de su acompañante, después los párpados, la nariz, las mejillas y por último la boca, son besos cortos pero con dulzura

—Me haces cosquillas... — dice Weiss con una sonrisa adormilada, no abre los ojos —¿Qué hora es? — pregunta aún sin moverse.

—Hora de decirle a mi novia que se ve hermosa — las mejillas de la peli blanca toman un color rosado y por fin abre su ojo derecho.

—¡Ca... Cállate! — exclama enterrando su cara en la almohada, Ruby ríe y hace girar a la mayor hasta que nuevamente media cara queda visible.

—¡Pero es la verdad! — reclama Ruby acariciando la mejilla de Weiss, ésta sonríe y se gira por completo jalando a la peli corta para rodearla con sus brazos.

—Es la primera vez que duermo con alguien ¿Sabías? — Ruby responde al abrazo reposando su cara en el hombro de la más alta — Nunca dormí con mis padres aunque tuviera las peores pesadillas... Nunca le pedí a mi hermana que me dejara entrar en su cama porque le tenía miedo a los rayos, de todos modos se que me hubiera dicho que tenía que hacerme fuerte —

—Dormiré contigo cuantas veces quieras Weiss, todas las noches de lluvia o incluso si simplemente te sientes sola — la de cabello oscuro se separa lentamente para mirar a los ojos de su compañera, pero cuando lo hace se queda estática.

—¿Qué sucede Ruby? — pregunta la peli blanca frunciendo el ceño y mirando a la contraria con preocupación.

—Weiss... Esa cicatriz... — la nombrada abre los ojos alarmada y se levanta tan rápido que bota a Ruby de la cama, desaparece por la puerta que lleva al baño y la cierra de un portazo, la menor se queja ante el impacto pero se compone y camina hasta la puerta cerrada —¿Weiss? —

—Vete Ruby, bajaré a desayunar — grita la voz delicada de la peliblanca al otro lado de la puerta, esas palabras atraviesan el corazón de la menor.

—Weiss... Sabes que puedes confiar en mi... — la voz de la menor suena dolida, Weiss aprieta los puños y se mira en el espejo, el maquillaje que siempre usaba se había corrido mientras dormía y una cicatriz rosada ahora atraviesa su ojo izquierdo.

Ruby aparte de ser su novia le había confiado el pasado de su madre y la misma Weiss le aconsejó a Blake ser sincera con Yang, si las parejas no tienen la confianza suficiente para mostrar sus lados más débiles, ¿En serio funcionaría?

—Weiss... Lo lamento... No quería incomodarte... —habla esperando una respuesta que no llega — Ya me voy... — la voz de Ruby suena triste y decepcionada, la ojiazul respira hondo.

—No... Quédate... — termina por decir acercándose a la puerta sin abrirla —¿Sigues ahí? — pregunta colocando una mano en la superficie que las separa.

— Si — responde Ruby imitando la acción sin ser consciente de ello.

—¿Qué quieres saber? Responderé — la peli-blanca tiene los ojos cerrados y respira profundo.

Rwby sobre ruedas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora