T R E I N T A Y N U E V E

3.7K 652 542
                                    

Theo no logró viajar en la noche así que hoy miércoles madrugó y me escribió que apenas iba a salir hacia acá, lo que de cierta manera fue bueno porque me dio más tiempo de poner las ideas en orden

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Theo no logró viajar en la noche así que hoy miércoles madrugó y me escribió que apenas iba a salir hacia acá, lo que de cierta manera fue bueno porque me dio más tiempo de poner las ideas en orden.

Sin embargo, cuando lo veo acercándose a la cafetería donde quedamos de vernos, siento que no puse absolutamente nada en orden; se me mezclan por dentro un montón de emociones, en su mayoría contradictorias, pero me repito que debo tener calma si quiero respuestas en calma. Además, no pretendo hacer un escándalo en ningún lado.

Theo al verme ondea su mano y, sonriendo, se sienta frente a mí poniendo su pequeña mochila en otra de las sillas. Hay un buen clima así que tomé una mesa en la parte exterior de la cafetería y le ordené un jugo de naranja por anticipado porque sé que le gusta y que llegaría con sed.

—¿Y a qué hora es la prueba del vestido? —pregunta.

—De hecho, no tengo prueba de vestido hoy —admito, bajando la mirada un segundo.

—¿La cancelaste?

—No, no había y ya.

—¿Por qué me dijiste entonces que viniera?

Al alzar el mentón me encuentro con sus ojos genuinamente sorprendidos. Viéndolo de frente me cuesta siquiera poner en mi cabeza un reclamo hacia él que ha sido tanto para mí desde que lo conozco. Tomo una honda bocanada de aire y respondo:

—Quiero hablar contigo de algo importante.

—¿Algo malo? ¿pasó algo?

—No lo sé. —Me levanto de la silla e intento sonreírle para que no se preocupe en demasía—. Vamos, tengo el auto cerca.

Sin demostrar mucha emoción se levanta luego de terminar su último sorbo de jugo. Toma su mochila y me sigue por media calle hasta el auto, nos subimos y lo enciendo para arrancar pese a que no hay ningún lado al que en sí quiera ir.

—¿Y? —dice luego de varias calles en silencio—. Me estás asustando.

—Desde que te conozco he tenido tres certezas respecto a ti —inicio, sin quitar los ojos de la vía—: uno, que no me atraes como más que amigo. Dos, que eres un ser poco expresivo que le cuesta demostrar lo que siente pero que cuando lo hace es sincero. Y eso me lleva a la tercera: que nunca me mentirías. No hablo por el resto de la humanidad, solo por mí, solo que sé que a mí no me mentirías. Todo eso ha hecho que te quiera como lo hago y que sea capaz de meter mis manos al fuego por ti.

Theo no responde por varios segundos y aunque no lo estoy mirando, puedo adivinar su ceño fruncido y confuso.

—De acuerdo, ¿y qué con eso?

—Te voy a preguntar algo y te juro que sea cual sea tu respuesta, la creeré, porque tengo la confianza de que no me engañarás. —No suelto el manubrio, al contrario, lo aprieto con más fuerza pero mantengo suave la presión al acelerador para no estrellarnos con el mundo. Siento la mirada de Theo en mí, sin embargo mi atención va fija al frente cuando lo digo—: Cuando me fui a vivir contigo, ¿te juntaste con Gabriel y con tu hermana para no dejar que Luka y yo volviéramos a estar juntos?

El no príncipe de mi cuento de hadas  •TERMINADA•Where stories live. Discover now