ocho.

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o8.| TAN TONTO.

      Tan pronto como Azaelia había terminado con su ducha, la vampira les dio sus tareas al grupo de Scooby Doo; a todos excepto a Stefan. Ella tenía planes para el Salvatore menor, pero no iba a dejar que nadie se interpusiera en su camino. El asunto era que, ella quería a Stefan de su lado, en serio. No le gustaba que él estuviera eligiendo a su hermana y su hermano por sobre ella como lo había hecho incontables veces. Azaelia estaba cansada de ser siempre tratada como la segunda opción. Así que, iba a hacerle saber que este ya no iba a ser el caso.

      Ahora, ella tenía ropa fresca en lugar de aquellas manchadas con sangre. Su cabello oscuro caía sobre su espalda en capaz, mientras sus ojos azules se entrecerraban sobre Stefan. El vampiro ni siquiera miró en su dirección mientras ella se dirigía a la cocina. Él no levantó su mentón hacia ella hasta que la escuchó abrir la puerta del refrigerador para tomar una bolsa de sangre. Sus ojos se encontraron por solo un par de segundos, antes de que él se levantara y se le acercara.

      Odiaba en lo que ella se había convertido, era sencillo para él admitirlo. Nadie comprendía lo complicado que era seguir teniendo sentimientos por una persona que no sentía nada en lo absoluto. Nadie del grupo comprendía por qué era tan difícil para Stefan unirse a ellos en su viaje a Nueva York. Le tomó mucho trabajo a Elena Gilbert convencer a Stefan en el auto de visitar el territorio de caza de Azaelia. Él intentó mantenerse alejado porque sabía que, cuando estaba alrededor, Azaelia estaba peor. Sabía cómo la afectaba su presencia, y no quería hacerla sentir peor.

      La híbrida levantó la mirada de su bolsa de sangre mientras sacaba un vaso limpio del gabinete, antes de vertir la sangre en el recipiente. Lo llevó a sus labios y tomó un trago, luego, se lo ofreció a Stefan. Al volver a cruzar sus miradas, él pudo ver algo brillando en el fondo de sus ojos por un segundo, lo que lo hizo creer que la chica inocente que amaba seguía allí dentro, pero entonces, todo desapareció en un instante, y él comenzó a perder sus esperanzas.

      Ella alzó una ceja antes de soltar un suspiro —. Cierto  Sangre de animal—, Azaelia se giró y volvió al refrigerador, pero esta vez sacó una botella. Cuando se volvió a él, se la ofreció a Stefan. El vampiro no cambió su expresión facial al tomar la botella y la observó por un par de segundos antes de percatarse exactamente de lo que era —. ¿Qué? No tengo emociones, pero no soy una desconsiderada. Supuse que ustedes me detendrían tarde o temprano, así que te conseguí un conejito. Lo que no fue fácil de encontrar.

      — ¿Realmente crees que esto va a funcionar?—, preguntó Stefan, pero ella fingió no entender a qué se refería. Él negó y soltó una pequeña risa, una sonrisa sobre sus labios mientras comenzaba a hacer gestos con sus manos mientras hablaba —. Todos sabemos cómo sale esto para ti, Azzy. Apagas todo y cuando somos solo nosotros dos, intentarás hacerlo ver como que nada ha cambiado. Pero lo ha hecho.

      — ¿En serio?—, cuestionó Azaelia mientras unía sus labios momentáneamente antes de volver a separarse —. Porque creo que lo único que ha cambiado es que me he vuelto mejor. Esta es la mejor parte de mí. Mi lado vampírico y mi lado de Banshee van de la mano y soy mucho más fuerte—, mientras hablaba, la gemela Gilbert caminó por el lugar para encontrarse con Stefan al otro lado —. Siempre supiste que ésto era lo atractivo. Te gusto así, solo temes admitirlo.

      Él usó su velocidad vampírica para pararse frente a ella, tomando su mano y sosteniéndola para que ella no pudiera tomarlo. Los dos se observaron el uno al otro por un par de segundos y él notó los labios de ella separarse. Sostuvieron sus miradas mientras Stefan intentaba descifrar qué iba a decirle porque sabía que cualquier cosa podía provocarla. Sabía que si decía algo malo, la enojaría y mataría a más personas de las que ya había hecho, y no quería lastimarla.

      Stefan recordó la última vez que la había recuperado, y ella había sido un desastre. No le habló a nadie por semanas debido a lo que había hecho, encerrándose en su habitación. Matándose de hambre con la esperanza de sufrir por aquellos que había matado. Odiaba verla en tal estado, pero no podía dejar que Azaelia siguiera así por más tiempo. Porque cuánto más se rendía a la oscuridad de no tener ninguna preocupación ni una emoción en su cuerpo, la amenaza seguía.

      La amenaza de romperla y provocarla a hacer algo que ella nunca haría.

      Dejando su mano caer, Stefan se giró y comenzó a caminar, alejándose de la gemela Gilbert. Azaelia apretó la mandíbula mientras lo miraba, lo que la hizo moverse a velocidad vampírica frente a él, volviendo a mirarlo a los ojos. Él sabía que ella ni había acabado con él, pero quería que terminara. Hasta que pudiera recuperarla.

      — ¿Cuál es el punto en todo esto?—, la cuestionó Stefan, lo que provocó que una mirada confundida apareciera en su rostro.

      — ¿Cuál es el punto? Stefan, no me digas que te has vuelto tan estúpido—, respondió Azaelia mientras se acercaba a él, apenas quedando espacio entre ellos. Su rostro estaba tan cerca del de él que podía sentir su respiración golpear su rostro. Ella pasó su dedo índice por sobre su piel y lo observó mirándola, los ojos de él siguiendo el camino que ella hacía con su dedo hasta subir a su antebrazo.

      Cuando no dijo nada en respuesta, ella se encogió de hombros y se giró para alejarse, lo que hizo a Stefan reaccionar. La tomó por el antebrazo y la giró para que lo mirara, colocando su mano sobre su mejilla. Sus ojos verdes se encontraron con sus azules y, por un segundo, creyó que había algo que estaba comenzando a cambiar, pero sabía que no pasaba así.

      La puerta de su departamento se abrió, lo que hizo a Azaelia tomar a Stefan por el brazo y colocarlo detrás de ella, tirándolo al suelo. Un gruñido abandonó sus labios mientras él miraba la puerta, Azaelia tenía una sonrisa en su rostro, observando al Mikaelson frente a ella. Los ojos de Mikaelson danzaron entre el Salvatore y la Gilbert antes de alzar una ceja hacia la híbrida.

      —Sorpresa, amor.

Survival Instinct: stefan salvatore.Where stories live. Discover now