Survival Instinct: stefan salvatore.

catorce.

14.| HUMANIDAD.

      Cientos de recuerdos continuaron resurgiendo mientras Azaelia descansaba en su cama, empapada en sudor. Su cabello estaba alzado en diferentes direcciones mientras giraba entre sueños, su mente corriendo a cientos de millas por hora. Cada memoria significativa que tenía era traída a su atención mientras sus necesidades vampíricas crecían. Azaelia sabía lo que pasaría cuánto más tiempo tenía el veneno en su sistema, y no sabía qué quería. Sabía que si prendía su humanidad, los demás nunca le permitirían volver a apagarla. Pero si permanecía así, seguramente quedaría bajo la atenta mirada de la familia Mikaelson. De todas formas, ella estaba completamente jodida con sus decisiones.

      Un suspiro pesado cayó de sus labios antes de ser reemplazado por un gemido. Sus ojos se abrieron y ella comenzó a observar la habitación, descubriendo que Stefan Salvatore seguía a su lado. Azaelia no podía recordar todo lo que había pasado la noche anterior, pero sí recordaba que casi le había arrancado la garganta a Bonnie Bennett después de revivir sus recuerdos de cuando asesinó a su doppelgänger. No estaba orgullosa de eso, pero sabía que en algún lugar, en el fondo, significaba algo. Significaba algo para ella, y representaba su crecimiento personal como persona.

      Pero ese no era el caso.

      Su cabeza se giró a un lado para encontrar observar a Stefan, él estaba durmiendo, sus labios ligeramente separados. Una parte de ella creía que era adorable cuando dormía, la otra parte de preguntó cómo se vería su corazón al otro lado de la habitación.

      De repente, antes de que otro pensamiento oscuro regresara, la puerta de su habitación se abrió. Fue entonces cuando Damon y Elena entraron, ambos mirando a la híbrida. Ella pensó que ellos solo estaban intentando hacer una gran entrada para salvar su alma, pero entonces ella vio a Klaus Mikaelson seguirlos.

      Ella ronroneó bajo su respiración y lo observaba entrar, sus ojos siguiéndolo mientras se sentaba a su lado. Fue entonces cuando Stefan finalmente despertó, sus ojos inmediatamente cayendo sobre la gemela Gilbert en la cama. Sus ojos se desviaron hacia Klaus antes de levantarse, y Damon lo tomó.

      Stefan no tenía idea de qué tenían planeado, pero no iba a permitir que Klaus estuviera involucrado sin su opinión. Azaelia miró a Stefan antes de mirar a su hermana y Damon —. ¿Qué diablos es esto?

      —Hicimos lo que Klaus quería—, respondió Elena, mirando a su hermana, antes de posar una mano sobre su frente. Ella recorrió la frente de Azaelia con su pulgar, antes de juntar sus labios —. Vas a estar mejor.

      — ¿Qué quieres decir con eso?—, preguntó Stefan, mirando a ambos. Pero solo al mirarlos, ya comenzó a negar —. No puedo creer que ustedes dos van a hacerle esto.

      —Es de la única forma en que podemos recuperarla—, señaló Damon, lo que solo hizo que Stefan los mirara mal.

      —Si hacen esto, va a odiarte—, él miró a Elena —. A ambos.

      —Lo superará—, asintió Elena, antes de volver a girarse a Klaus —. Házlo.

      Azaelia giró su cabeza a Klaus y lo miró, moviéndose en su cama —. No me hagas esto, Klaus. ¿Qué pasó con nuestro trato? ¡Nuestro maldito trato!

      —Nuestro acuerdo encontró su final, gracias a tu hermana—, contestó Klaus, y descansó su mano sobre su mejilla —. Estoy igual de molesto que tú con el final de nuestro acuerdo, amor, pero tienen un punto que no puedo ignorar.

      Azaelia resopló con burla —. El gran Klaus Mikaelson, cayendo sobre sus rodillas por un doppelgänger. Patético.

      —Oh, espero que tu fuego permanezca intacto después de esto—, sonrió KLAUS antes de mirarla a los ojos. Las pupilas se dilataron mientras le hablaba —. Vas a beber mi sangre, y tu mordida se curara. En cuanto la mordida se cure completamente, vas a encender tu Humanidad--.

      —Esta es una idea estúpida, ¡le están quitando su capacidad de elegir!—, explotó Stefan en contra de ellos. Él era una de las pocas personas que quería recuperar a Azaelia, pero quería hacerlo bajo sus propios términos. Quería ayudarla a tomar la decisión de volver a ser de vuelta la chica que era, pero si ellos le quitaban su decisión, iba a estar resentida. Azaelia no iba a ser la chica que había sido hace un largo tiempo atrás, y era porque su hermana no le permitiría tomar la decisión por sí misma.

      —Ella no puede tomar ninguna decisión ahora—, fue todo lo que Elena dio como respuesta, dándole a Stefan una mirada extraña —. Y es lo mejor.

      Todos los ojos estaban de vuelta sobre Azaelia, observando la herida comenzar a curarse y la luz detrás de sus ojos regresar. Había algo curioso sobre mirar a Azaelia encender su Humanidad, incluso cuando había sido forzada a hacerlo. Era extraño observarla comenzar a regresar a ser quién solía ser. Pero era trágico al mismo tiempo. Sus emociones volviendo a medida que recordaba todo lo que había pasado. Previamente, cuando había encendido su Humanidad antes, había sido un desastre. Lloró y no entendía cómo había llegado tan bajo, pero no ésta vez.

      Ésta vez, era diferente.

      Azaelia no lloró, y no lucía increíblemente adolorida por todas las personas que había matado, por todas las decisiones horribles que había tomado. Porque ellos habían dejado una marca sobre su alma, y no iban a marcharse. No importaba cuándo encendería de vuelta su Humanidad, simplemente no lo hacía. No era como cuando Elena había apagado la suya tampoco, y definitivamente era algo completamente diferente.

      Todos observaron a la híbrida mientras se sentaba en la cama, una expresión en blanco sobre sus facciones mientras miraba la pared frente a ella. Había algo diferente sobre la gemela Gilbert, pero nadie podía descifrar qué.

      Pero lo que nadie notó fue la lágrima que se deslizó por su mejilla. Bajando por su rostro antes de caer sobre el dorso de su mano.

      Azaelia Gilbert estaba de vuelta, pero nadie sabía a costa de qué.