dieciocho.

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18.| SANGRE.

      Nueva Orleans no era donde Azaelia quería estar. Pero con Elena Gilbert mordida por un hombre lobo, necesitaba estar allí para conseguir sangre de Klaus Mikaelson. Elena podría ser una de las personas más molestas para Azaelia casi todos los días, pero eran hermanitas, y haría cualquier cosa por ella. Haría lo necesario para asegurarse que su hermana pudiera vivir el resto de su vida con Damon, a pesar que Azaelia quisiera que su hermana estuviera con alguien más.

      Azaelia observó cada edificio que rodeaba a Stefan y ella, con Damon justo detrás de ellos. La gemela Gilbert miró por sobre su hombro al hermano Salvatore mayor, antes de negar. Deseó que Damon hubiera vuelto a Mystic Falls y se quedara con Elena, pero él había venido con ellos para asegurarse que nada horrible sucediera. Dijo que estaba allí para asegurarse de que Azaelia no se metiera en otro trato con el híbrido que había arruinado sus vidas. Era un lindo gesto, pero ella solo quería que se fuera.

      —Entonces, ¿cómo conoces tan bien las calles de Nueva Orleans, Azzy?—, cuestionó Damon, lo que hizo a la gemela Gilbert girar su cabeza para mirarlo mal —. Ok, ok. ¿Por qué conoces la ciudad tan bien?

      Un suspiro pesado salió de sus labios —. Porque cuando apagué mi Humanidad, viví por aquí por un rato. Klaus me quería cerca para asegurarse de que iba a tener la sangre que necesitaba para crear sus híbridos. Y conmigo no importándome nada, lo ayudé a crearlos. La mayoría del tiempo, lo ayudé a crear hombres lobos para empezar. Forzando lobos Crescent a desencadenar su maldición.

      — ¿Qué?—, preguntó Stefan, mirándola, y ella se encogió de hombros.

      —Lo sé, lo sé. Pero fue algo que hice, y ahora, ya terminé con eso—, respondió Azaelia, y todo tuvo sentido.

      A juzgar por como todos habían estado mirando a Azaelia, era como si le tuvieran miedo. Como si ellos no supieran qué iba a hacer si alguien la miraba mal. Pero Stefan sabía que no había sido ella, que ella nunca podría hacer algo así a nadie nunca más. Ella sabía que si alguien le quitara su capacidad de elegir, y eso era lo que había pasado la primera vez que había muerto. La primera vez que se había convertido en vampira. Katherine y Adaline la habían matado y forzado a beber su sangre. Le arrebataron su capacidad de elegir, pero cuando tuvo su segunda oportunidad para elegir, también se la arrebataron.

      Azaelia sabía lo que era no poder elegir, y nunca iba a querer volver a hacer algo así a nadie. No quería que nadie supiera lo que se sentía, pero tuvo que hacerlo cuando su Humanidad estaba apagada y estaba trabajando con un psicópata.

      — ¿Klaus siquiera sabe que vamos?—, inquirió Damon, y ella negó.

      —No—, negó Azaelia, mirando a su alrededor como buscando a alguien. Pero entonces, continuó —. Creí que sería bueno sorprender al original y hacerle pensar que tiene un regalo en la puerta. A Klaus le gustan los regalos, especialmente si es algo que lo ayudará a crear más híbridos.

      —No vas a darle más de tu sangre, ¿cierto?—, inquirió Stefan, y ella soltó otro suspiro. El hermano Salvatore menor la tomó y la giró para que lo mirara, dándole una mirada seria —. No puedes hablar en serio.

      —Bueno, sí—, asintió Azaelia, entrecerrando sus ojos antes de suavizarlos —. Esto es por mi hermana, así que si quiero su sangre, voy a tener que darle de la mía. Esa es la única forma en que voy a poder conseguir su sangre. No hay otra forma, así que ustedes dos dejen de pensar en un plan distinto.

      Ella se giró y recorrió las calles hasta que sus ojos aterrizaron en el territorio Mikaelson. Presionó sus labios al observar el edificio, antes de asentir a los hermanos Salvatore para que la siguieran. Stefan y Damon se miraron entre ellos antes de seguir a la híbrida frente a ellos. Ninguno de ellos sabía qué iba a pasar tan pronto como cruzaran las puertas, pero otra vez, nunca sabían lo que sucedería con los originales cada vez que trabajaban juntos.

      — ¡Klaus!—, gritó Azaelia al cruzar las puertas hacia el patio. Entre la oscuridad, los híbridos comenzaron a salir y ella posó sus manos sobre su cintura mientras los observaba, y les mostró sus ojos blancos de Banshee junto con sus colmillos de vampiro antes que pudiera escuchar a alguien acercarse.

      En carne y hueso, Klaus Mikaelson se paró en el balcón sobre ella, mirando a ella y a los Salvatores —. Bueno, bueno, bueno, es Azaelia Gilbert—, Klaus miró a los híbridos mientras ellos lo miraban, y él señaló a la chica con su mano —. Espero que ustedes, chicos, la reconozcan, ella es la que provocó la mayoría de sus maldiciones—, fue entonces cuando todos ellos comenzaron a gruñir, y ella solo sonrió. Pero Stefan y Damon tomaron un paso cuidadoso hacia ella —. ¿Qué quieres, niña?

      —Tu sangre y, coincidentalmente, eso es lo que tú quieres de mí—, replicó Azaelia, observando su sonrisa caer de sus labios, y torció la cabeza a un lado —. Hagamos un trato, ¿sí?

Survival Instinct: stefan salvatore.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora