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Después de quemarme la cabeza pensando si la decisión que había tomado era la correcta o no le mande un mensaje a Mateo.

Mateo❤️

Teitoo
Podemos hablar?

Chanchii💖
Sisi qué pasó?

Estas en tu casa?

Si, venite

Dale ahora voy

Recién me despertaba de la siesta así que me levante y me fui a dar una rápida ducha, salí y me puse un short de jean blanco con un buzo Adidas bordo y unas Nike blancas. Me peine el pelo en una coleta alta, agarre la mochila y salí de mi casa.

Después de caminar aproximadamente 15 minutos (pase por un kiosco para comprar las gomitas que tanto le gustan a Mateo y por eso tarde un poco más de lo normal) finalmente llegué.

No hizo falta tocar el timbre ya que Teo estaba esperándome con la puerta abierta sentado en el escalón de la entrada.

—Mica me asuste que tardaste—se levanto y me dio un beso en la mejilla.

—Perdón Matu, pasa que me distraje comprando esto—dije levantando la bolsa con gomitas y rápidamente su cara cambio y una sonrisa que iba de punta a punta apareció en su rostro.

—Uuuuy que rico boluda—se chupo los labios—estás perdonada pero la próxima avísame—.

—Bueno bobi—le respondí y ambos entramos.

Fuimos hasta la cocina y nos sentamos en la mesa enfrentados, Mateo agarro una Coca Cola de la heladera y nos sirvió en un vaso, luego abrió el paquete de gomitas y lo puso en un platito junto a unos chocolates y caramelos.

—Uf como me encantan estos chocolates—dije ya agarrando el segundo.

—por esa razón los puse—me sonrió mientras el agarraba otra gomita.—¿te quedas a dormir?—pregunto señalando la mochila que había dejado sobre la silla.

—Sip—conteste y su expresión pasó rápidamente a una nerviosa—eh si estas ocupado no pasa nada me voy a casa—dije al no obtener respuesta de su parte.

—Pasa que invite a una chica hoy—se empezó a rascar la nuca y rápidamente me di cuenta que estaba nervioso.

3 años de amistad sirvieron para darme cuenta los gestos que tiene cuando está incómodo o algo no le agrada, aunque tres años no fueron suficientes para superarlo o para que me deje de doler cada vez que me habla de una piba.

—Ahah bueno perdón en un ratito me voy entonces—le respondí mirando la hora, recién eran las 7 de la tarde.

—Si queres le cancelo y le digo de vernos otro día—seguía nervioso.

—Nono Matu tranqui, ni siquiera te pregunté si podía quedarme así que es culpa mía—dije tratando de salir del momento incómodo que se había formado.

—Mm bueno—dijo no muy seguro—¿de que querías hablar?—.

Mierda. Con todo esto ya me había olvidado de la razón por la que había venido.

—Ah si eh... una boludes—mi voz tartamudeaba un poco.

—Decime Mica—me sujeto las manos y clavo sus ojos con los míos.

Definitivamente eso me ponía más nerviosa.

—Estuve pensando en lo que hablábamos ayer—dije no muy segura.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora