44

10.5K 549 345
                                    


Bariloche día 6

Recién me despertaba, ya era la 1 del medio día y era la segunda vez que me perdía una excursión.
Me levante y me dirigí al baño a darme una ducha caliente ya que ayer había llegado tan cansada que me había ido a dormir sin bañarme. Abrí la canilla y deje que el agua hirviendo caía por mi cuerpo relajando los músculos.

Me envolví en una toalla y salí del baño pegándome un gran susto.

—La re puta madre—dije asustada—¿que haces acá? ¿No tendrías que estar en la excursión?—dije yendo hacia mi valija para sacar la ropa interior y lo que iba a ponerme.

—no fui—dijo con una sonrisa.

—chocolate por la noticia—rodee los ojos—Mateo no te podes perder las excursiones porque yo no voy—dije caminando al baño para cambiarme.

—No fui porque me quedé dormido—me siguió—ya te vi en bolas boluda no hace falta que te cambies en el baño—dijo con una sonrisa.

—¿y que tiene que ver? Te cuento qué pasó mucho tiempo desde la ultima vez que me viste desnuda—le guiñe el ojo y cerré la puerta del baño.

Me cambié tranquila pensando en todo lo que venía pasando, desde el viaje que Mateo se está comportando muy distinto conmigo, no se si de verdad quería arreglar las cosas como amigos o como algo más y eso me estaba volviendo loca, no quería volver a caer en su juego.

Salí del baño y Mateo aún estaba ahí, sentado en la cama mirándome.

—¿tenes hambre?—preguntó parándose.

—¿Mateo qué pasa? ¿Por que después de ignorarme por cinco meses ahora venís a hacerte el amigo?—si no se lo preguntaba ahora me iba a quedar con la duda.

Me agarro de la mano por primera vez después de tanto tiempo, el mismo cosquilleo que sentía meses atrás volvió a aparecer. No lo había superado nada y cada vez lo confirmaba un poco más.

—Pasa que te extraño Mica, al principio me quise convencer que solo era cuestión de tiempo para olvidarte pero no, cada mes que pasaba te extrañaba mucho más que el anterior—un brillo iluminaba sus oscuros ojos marrones—soy un idiota por haberte pedido que te alejes de mi y...—suspiro—este viaje lo soñamos desde hace mucho tiempo y pensé que quizás podría aprovecharlo para arreglar las cosas—una lagrima callo por su mejilla. Me estaba haciendo la fuerte pero en cualquier momento me iba a derrumbar.

—¿Mateo vos te pensas qué para mi fue fácil?—no dijo nada—porque no lo fue, fue horrible, fueron los peores meses de mi vida, no te das una idea las cantidades de madrugadas que me pase llorando, las veces que me odie a mi misma por no ser lo suficiente para vos—las lagrimas empezaron a brotar de mis ojos—no me podes venir a hablar de que para vos fue difícil cuando no tenes ni puta idea de lo mal que la pasé yo—suspiré limpiándome las lagrimas.

—Perdón Chanchi—no me dio tiempo a reaccionar y me abrazo bien fuerte llorando en mi hombro—no te das una idea lo que extraño estar así con vos.

—Mateo—me separé un poco para que pueda mirarme—no puedo fingir que no paso nada y que volvamos a hacer los amigos que éramos de un día para el otro.

—Ya lo se Chanchi pero podemos intentarlo—me agarro las manos—dame una oportunidad.

—necesito pensar Mateo—me levante de la cama y con lágrimas en los ojos le abrí la puerta.

—Nos vemos—dejo un beso en mi mejilla y se fue.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al sentir sus labios sobre mi piel. Me tire en la cama abrazada a la almohada y empecé a llorar como la primera vez.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Where stories live. Discover now