18

11.3K 593 308
                                    


Acababa de terminar de comer con Manu y ahora ya estaba volviendo para mi casa. Mateo no dejó de mandarme WhatsApp en toda la noche pero no le contesté ninguno, no tenía ganas de explicarle que me pasaba.

Doblo en la ultima esquina que me faltaba para llegar y para mi mala suerte ahí estaba, el morocho se encontraba sentado en el cordón de mi casa, esperándome.

Una sonrisa se le dibujó en el rostro al verme y rápidamente se paró para acercarse hacia mi.

—Chanchi al fin te veo—dijo dándome un abrazo que no correspondí.

—Nos vimos ayer—seguí caminando para entrar a mi casa.

—Bueno pero te llene de mensajes y no me respondiste ninguno y ahora estás rara ¿te pasa algo?—pregunto con el ceño fruncido entrando en mi casa.

—Mira Mateo—suspire pensando que iba a decirle—sentate que quiero hablar con vos.

El asintió y se sentó en el banco del desayunador y yo hice lo mismo.

—No me asustes boluda ¿paso algo?—estaba preocupado.

—Te la voy a hacer corta—asintió—¿Nosotros somos amigos no?—volvió a asentir—bueno entonces no me va que vengas y me beses desesperadamente en el medio del boliche y después me dejes ahí tirada para irte a comer a otra—frunció el ceño e iba a hablar pero lo interrumpí—para déjame terminar—volvió a asentir—Vos podes chaparte a quien se te antoje el culo pero no me va ser parte de ese juego, donde me chapas como si fuera cualquier otra mina de tus garches fijos.

Me descargue y solté todas las palabras que venia atragantándome, aunque no le haya dicho toda la verdad me sentía un poco más aliviada por poder expresarme de esa forma y decirle lo que me pasaba.

—Mica yo entiendo a lo que vas—me agarro las manos—y tenes razón en lo de ayer, estuve mal y te pido perdón por eso pero...—después de un "pero" nada bueno puede venir—nosotros somos amigos, mejores amigos sí, pero nada más que eso, no quiero que confundas las cosas—las ganas de llorar volvieron a aparecer y me daba miedo no poder contenerme. Ese dolorcito en el pecho que aparece cuando escuchas algo que no querías escuchar y tenes que fingir que todo esta bien me estaba matando.

—Ya lo se Mateo, como dije yo "somos amigos" y por esa misma razón no me va este juego, no tengo problema que andes con las pibas que quieras—mentira, si me dolía y mucho—pero no juegues conmigo, no quiero ser parte de eso Mateo—suspire frustrada.

Mateo me miraba fijo sin ninguna expresión en su rostro, estaba serio analizando todo lo que acababa de decirle.

—Está bien tenes razón, no va a volver a pasar, nosotros somos amigos y no da que se confundan la cosas—asentí conteniendo las lagrimas, nunca me dijeron que hacerme la fuerte me rompía el doble.

—Bueno ya está, dejemos esto acá—asintió y sonrió.

—¿Vemos películas?—hice una sonrisa forzada y asentí.

Ambos subimos a mi habitación y nos acostamos en mi cama, el ambiente estaba bastante tenso todavía y nosotros estábamos un poco incómodos, no como siempre.

Me acosté en mi cama y apoyé mi cabeza sobre el pecho de Mateo, él pasó su brazo sobre mi cabeza y me empezó a hacer mimos.

(...)

22:30

Se acababa de ir Mateo, se quedó a comer pero como mañana teníamos colegio y no tenía la ropa ni nada se fue a su casa.

En este momento ya me encontraba en mi habitación encerrada y llorando por todo lo que habíamos hablado. Al final yo tenía razón, el siempre me va a ver como su amiga, nunca va a mirarme con otros ojos.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Where stories live. Discover now