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Antes de ir para la casa de Matu pasamos por un McDonald para comprar unas hamburguesas ya que ambos estábamos muertos de hambre.

Cuando Mateo abrió la puerta enseguida unos brazos me rodearon la cintura.

—Micaaa—gritó Emi mientras me abrazaba.

—Hola bombón—me agaché para darle un beso.

—¿Te quedas a dormir?—pregunto haciendo puchero.

—Si Emi—le sonreí y con una de mis manos le acaricié la cabeza.

—¿dormimos juntos?—levantó la cabeza para mirarme con una sonrisa que me mato de ternura.

—no, duerme conmigo—apareció Mateo por atrás nuestro.

—ufa siempre duerme con vos Matu no se vale—se quejó el Palacios menor.

—cuando Mateo se duerme me voy a tu cama si?—le dije bajito a Emi para que solo el escuchara.

—Te estoy escuchando idiota—hablo Mateo para luego agarrar mi mano y dirigirnos a su habitación.

Entramos y yo fui directo a la cama, no sin antes sacarme las zapatillas, y me acosté boca abajo con el celular.

—¿que hacemos?—le pregunté a Matu mientras me giraba para quedar frente a él que se había acostado al lado mío.

—¿que queres hacer?—pregunto con una sonrisa.

—no se decime vos—le dije mientras le hacía mimos en el pelo.

—podemos seguir con lo de antes—asentí con un poco de miedo—ya compramos la ropa y ahora lo que tenemos que lograr es que pierdas la vergüenza—se sentó en la cama y yo hice lo mismo.

—¿y como se supone que vamos a hacer eso?—.

—¿sabes chamuyar?—negué con la cabeza—bueno entonces vamos a empezar por ahí—se paro de la cama y fue a cerrar la puerta.

—¿que se supone que tengo que hacer?—pregunté parándome yo también.

—vamos a hacer de cuenta que estamos en un boliche y vos no me conoces pero me viste y me tuviste las re ganas ¿si?—se acercó a mi.

Si supieras que me encantas...

—bueno—dije con miedo.

¿Y ahora que se supone que tengo que hacer? Decirle: che estas re bueno, te parto en 8 como a la pizza y te entro mas que al pollo con la mano?

La puta madre.

¿¿¿¿quien me mando a hacer esto????

—no se que decirte Mateo—hable después de un incómodo silencio.

—primero té vas a acercar haciéndote la linda y vas a sacar tema de conversación—dijo y yo asentí.

Con mucha vergüenza y con ganas de que me trague la tierra me fui acercando hasta Mateo moviendo un poco las caderas al caminar (tratando de no exagerar y que no parezca que estoy bailando una canción de Shakira) y con una mano me fui acomodando el pelo.
Una vez que estuve lo suficientemente cerca tome aire y hablé.

—Hola—dije con las mejillas coloradas por la vergüenza que estaba pasando.

—Hola hermosa—me respondió Mateo siguiendo la actuación.

—¿Todo bien? ¿Estas solo?—dije sin saber si estaba bien lo que le había preguntado.

—Sisi, con unos amigos ¿vos?—hablo con su típica sonrisita compradora que me volaba el bocho.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora