33

9.6K 560 506
                                    

Parte 2/2

—Mateo—hablé tartamudeando—Tengo que decirte algo...

—¿Que pasa?—hablo un poco preocupado sentándose y yo hice lo mismo.

—No se por donde empezar...—las manos me temblaban y mi respiración era cada vez más acelerada.

—Por donde quieras Mica, no me asustes—llevo una de sus manos a mi mejilla.

Tenerlo ahí, tan cerca, ver sus gestos, su sonrisa forzada para tranquilizarme, sus ojos chinitos, tener esas ganas inmensas de besar esos labios, de abrazarlo fuerte y decirle todo lo que siento, decirle que lo quiero, que conmigo va a estar bien, que puede confiar en mi y que pase lo que pase no voy a dejarlo solo nunca, porque lo quiero demasiado, porque me hace feliz, me hace sentir bien y porque lo que siento por él es lo más sincero qué hay en mi.

—Mica ¿que pasa?—volvió a preguntar tras el largo silencio.

—Per...perdón...perdóname Mateo—las lágrimas ya empezaron a caer.

—Chanchi me estás asustando ¿te paso algo?—estaba muy preocupado así que decidí hacerla corta, si eso era posible.

—¿Te acordas la promesa que hicimos antes de arrancar con esto?—hablé casi en un susurro.

—Que ninguno se iba a enganchar—dijo mas como afirmación que como pregunta.

—Bueno yo...—su semblante rápidamente cambio, seguramente ya se esperaba lo que iba a decirle—no pude cumplir esa promesa—empecé a llorar con ganas, desahogándome.

Mateo llevo ambas manos sobre su cabeza y empezó a caminar nervioso por la habitación. Nunca lo había visto así, lo había dejado sin palabras.

—Nono Mica—empezó a negar y volvió a la cama—seguramente estas confundida, sí es eso, perdiste la virginidad conmigo y seguramente por eso...—no lo deje terminar.

—No Mateo, no estoy confundida—tomé aire para así poder finalmente descargarme completamente—me gustas, no te das una idea de la sensación que siento al verte, no sabes cuanto tiempo estás en mi cabeza, realmente no sabes nada—bajo su cabeza y llevo su mirada a sus manos—mírame Mateo, por favor, mira mis ojos, no hace falta decir una palabra si ya mis ojos dicen todo, te miro diferente, porque me gusta verte, disfruto ver tu rostro independientemente de que expresiones tengas, me gusta estar contigo sin importar el tema de conversación o lo que hagamos, me basta estar contigo unos momentos para sentirme completamente feliz—termine de hablar con todas las lágrimas cayendo por mis mejillas. Mateo por su lado me miraba en silencio, sin ninguna expresión.

—Mierda Mica—habló llevándose ambas manos a la cabeza—hicimos una promesa boluda ¿por que aceptaste si no ibas a poder cumplirla?—los ojos de Mateo estaban cristalizados, se que se sentía culpable.

—Perdoname Mateo, perdóname por enamorarme de vos, te pido perdón por no haber podido controlar todo esto que siento y seguir con este juego sabiendo que iba a salir lastimada, pero no pude, no pude pararlo porque de alguna loca manera mi cabeza pensaba que era la única forma que tenía para estar con vos—suspire frustrada y me seque algunas lagrimas—Dios Mateo quiero estar con vos en todos los sentidos de la palabra, quiero poner mis piernas sobre tus muslos y mi cabeza sobre tu pecho mientras te abrazo. Quiero hacer el amor con vos pero también quiero compartir películas, siestas, almuerzos. Quiero verte bailar, verte reír y verte llorar. Quiero que nos enamoremos. Quiero que te enamores de mi como nunca antes te has enamorado. Quiero ser la única con la que puedas confiar y ser la primera a la llames cuando estés mal. Quiero que hagamos cosas locas que queden grabadas en nuestras memorias. Quiero todo con vos Mateo—mi corazón estaba acelerado como nunca antes y el hecho de no obtener respuesta me ponía cada vez más nerviosa—deci algo por favor.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Where stories live. Discover now