30

10.7K 515 226
                                    


Mateo
Ya estábamos en el avión junto a Camilo, taiu y mi viejo, todavía nos quedaban cinco horas de viaje así que aproveche para dormir todo lo que más pueda porque ni bien pise España iba a estar lleno de entrevistas.
Me conecte los auriculares y me puse la lista mas suave que tenía en Spotify para intentar relajarme o incluso dormirme.

(...)

Después de las interminables cinco horas finalmente puse un pie en España. Ya había venido tres veces al país por lo que lo conocía bastante. Exceptuando Argentina, era el país que más me gustaba, las calles eran bastante parecidas a Buenos Aires con la diferencia que acá no era peligroso, podes caminar tranquilo a la hora que sea.

Una vez que bajamos del avión fuimos a buscar las valijas y ya después terminar de hacer todo el papeleo para luego dirigirnos al hotel.
Mi viejo había alquilado un auto para que nos podamos mover tranquilos sin depender de nadie, cosa que agradecía mucho.

Llegamos al hotel, era el mismo que vine las veces anteriores, la primera vez habíamos quedado fascinados con la atención, la limpieza y el decorado por lo que siempre reservábamos en el mismo.
Pase a mi habitación que era compartida con Cami y dejamos todos los bolsos, no nos molestamos en desarmar la valija ya que solo estaríamos una semana y después iba a ser una paja volver a guardar todo en orden para que entrara toda la ropa.

—Boludo tengo un sueño—hablo mi amigo dejándose caer en la cama.

—Yo no—reí.

—Vos porque dormiste todo el viaje trolo—reímos—se me hizo imposible dormir con la vieja que tenía al lado.

Camilo había tenido tanta mala suerte que cuando sacamos los pasajes no nos dimos cuenta de que a Taiu, mi viejo y yo nos había tocado en un asiento de a tres por lo que Cami quedo solo.

—Me imagino boludo—largue una carcajada—¿no te la levantaste a la vieja?—me revoleo un almohadón.

—Cállate enano de circo—lo fulmine con la mirada y ahora fue el quien rió. Sabe que odio que me llame así.

—Y bueno con los gustos de mierda que tenes no me sorprendería—ataque ganándome otro almohadonaso.

—Bue habló—lo mire con el ceño fruncido—vos también te comes cada cosa...

—ahre, nunca estuve con una piba fea.

—Mateo tu ex era un cuco—bueno, quizás tenía un poco de razón.

—Era un pendejo, vos ya tenes 19–me acosté en la cama boca arriba.

—Todavía sos un pendejo.

—Bue déjala acá—sabia que si seguíamos me iba a terminar cerrando el orto como siempre.

—¿Y con la morocha qué onda?—fruncí el ceño.—Con Mica boludo.

—Ah nada, es mi amiga bobo—lleve ambas manos por detrás de mi cabeza.

—Pero te la coges.

—¿y?

—Los amigos no cogen Mateo, eso va a terminar mal—dijo parándose y yendo hacia el baño.

Enséñame //Mateo Palacios//Trueno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora