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Yoongi esperaba paciente recargado en su motocicleta, no dejaba de escuchar música con sus audífonos, movía sus pies de un lado a otro, estaba afuera de la academia de danza contemporánea esperando a Jimin, quien tres veces a la semana tenía clases, era una tradición que él pasara por su pequeño omega mejor amigo, le gustaba asegurarse de que este llegaría a salvo a su casa, ya que las clases terminaban cuando oscurecía. 

-¡Yoonnie!.-escuchó que alguien exclamaba con fuerza, se sacó los audífonos al tiempo que veía como Jimin iba hacía él, sonrió pero se dio cuenta que este sólo llevaba una ligera sudadera, frunció el ceño. -¿Pasa algo? ¿Tarde demasiado?.-preguntó Jimin con un puchero dulce. 

-No.-dijo suspirando, se quitó la chamarra de cuero quedándose sólo en una sudadera roja, puso esta prenda en los hombros de Jimin quien enrojeció.-Así esta mejor.-dijo con una sonrisa besando su frente.

-No es necesario.-dijo nervioso, su omega estaba aleteando de la felicidad. 

Yoongi pasó su mejilla con la más regordeta, frotando levemente para dejar su olor en Jimin, esta rió por las cosquillas que su mejor amigo le causaba, esa era la rutina, su rutina especial, una que sólo ellos dos conocían y que habían empleado desde que eran niños, sus animales internos deseaban y buscaban con desesperación esa clase de contacto, porque si no lo tenían podrían ponerse muy ansiosos y tristes, nadie más que ellos mismos sabían en fuerte significado de estar juntos. 

-Vamos por ese helado que querías en la mañana.-dijo Yoongi ayudándolo a subir a la motocicleta, sacó de una maleta el casco amarillo de Jimin, uno que tenía dibujos de pollos, le encantaba, lo abrochó en su barbilla sonriendo al ver sus mejillas, apretó una de ellas antes de subir y ponerse su casco negro. 

Sintió como las manitas de Jimin se apretaban a su torso, en un abrazo cálido que hizo que su corazón latiera con fuerza, su puso en marcha para ir al centro comercial cercano, Jimin tenía toque de queda a las diez, así que tenían por lo menos una hora para estar juntos antes de tener que dejarlo. Aunque Yoongi no lo dijera en voz alta, las noches sin el aroma de su cisne le costaban mucho trabajo, los desvelos se debían a que su alfa estaba molesto por no tener en brazos a su pequeño, no quería decir nada a sus padres o al mismo Jimin porque no deseaba incomodarlos, creía que ese comportamiento errático se debía a que pronto tendría su celo. 

El camino fue corto, en veces aceleraba un poco para escuchar la risa de Jimin-amante de la adrenalina-y para sentir como sus manos se hundían en sus costados. Aparcaron en el estacionamiento y bajaron, dejado los cascos en el maletero, Jimin tomó la mano de Yoongi, un gesto que hacían desde que eran niños, uno que salía de manera inconsciente. 

-¿Cómo estuvo el entrenamiento?.-preguntó Jimin con una sonrisa brillante. 

-Pues fue bueno, aún hay mucho que hacer con los chicos nuevos, pero debo admitir que el gran trabajo lo está haciendo Wendy, para ser una omega es muy feroz, le temen más a ella de lo que me temen a mi.-respondió con una sonrisa burlesca al recordar la mirada matona que la omega les daba a los chicos cada vez que estos querían pasarse de listos. 

Jimin hizo una ligera mueca, sentía esa extraña opresión que sólo aparecía cuando Yoongi hablaba de otros omegas, no le gustaba, aunque sabía que eran mejores amigos y que Yoongi tenía derecho de hablar y convivir con otros omegas, la sensación le parecía molesta. 

-Wendy es hermosa ¿No lo crees? 

Yoongi se encogió de hombros.-Supongo que lo es, para quien quiere mirarla de esa manera ¿Por qué?

-Hablas como si no fuera alfa.-bufó incrédulo.- ¿Qué no te fijas en los omegas?

-Lo hago.-asintió.-Pero soy respetuoso Minie. 

El Tigre Que Se Comió Al Cisne *Yoonmin/KookV/Namjin/WenHope*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora