Capitulo III

160K 11.9K 11.3K
                                    

—Estaba pensando en colgarlos en esta pared, los cuadros plateados rosas aquí, los plateados normales allí, y los dorados allí —señalo cada pared

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Estaba pensando en colgarlos en esta pared, los cuadros plateados rosas aquí, los plateados normales allí, y los dorados allí —señalo cada pared

Asienten y se acercan a cada una, con los cuadros en sus manos.

Me acerco a la lista y coloco un tilde, miro hacia todos lados. Sonrío levemente, si en mi imaginación se ve bien, se vera bien.

—Violette.

Giro mi cabeza hacia atrás, observo a Dan acercarse a mi.

—Hola... —frunzo el ceño, cuando toma mi brazo— ¿Qué haces?

Me arrastra, tiro la lista hacia la mesa y procuro que nadie nos vea. Abre el cuarto de limpieza y me deja ahí, mi confusión crece mientras cierra la puerta.

—¿Qué es esa mierda de que te vas a casar? —me enfrenta

Suspiro y me relajo, miro hacia otro lado unos segundos.

—En cualquier momento un perro me lo preguntara.

Hoy desayune dos mensajes de compañeras mandándome un enlace en que aparecía el rumor de ese tipo y yo.

—¿Es verdad? —frunce el ceño

—Es algo arreglado, apenas vi al tipo una vez. Lo armaron mis padres —me encojo de hombros

Frota su rostro, mientras retrocede un par de pasos.

—¿Acaso estas enojado? —levanto una ceja

—Si, Violette. Estoy enojado —me mira obvio—, ¿como crees que yo reaccionaria a esto?, ¿feliz?, te iras a casar con otro hombre cuando nosotros estamos en algo.

Me estoy cansando de convivir con victimas.

—Daniel —froto mi frente—. No te alteres, es algo temporal y apenas lo veré. Se trata de imagen y de arreglar el negocio familiar.

Espero que se terminen hundiendo. Una parte por la que siguen en pie es por mi, no solo por aceptar este maldito contrato si no también por todos esos años que actué como una prostituta para facilitar los acuerdos de mi padre a otros empresarios.

—¿Y qué?, ¿te veré al menos?, ¿te pondrás un anillo? — se acerca—. ¿Aceptaste solo por eso?, ¿o por que querías? —frunzo el ceño—. Ya lei todo esos comentarios de mujeres, deseando ser tu, cumplidos hacia a el. ¿Lo hiciste por eso?, ¿por fama? —aprieto mi mandíbula—. Me dices a mi de ser superficial, cuando tu lo eres.

El Rey y su DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora