Capitulo XVII

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Coloco una mano en mi bolsillo, mientras que con la otra sigo tecleando en mi teléfono

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Coloco una mano en mi bolsillo, mientras que con la otra sigo tecleando en mi teléfono.

Quiero posponer mi reunión de hoy, así tendré tiempo de ver a Violette graduarse. Lamentablemente, no tendré tiempo para ir a buscarla a esa fiesta. Pero me asegurare que vuelva antes de la una.

Levanto la mirada, cuando sale del vestidor.

—¿Y? —sonríe, mientras da una vuelta

Aun no se porque sigo acompañándola a comprar su ropa, me coloca duro cada vez que lo hace.

—Puedo ver tu sostén —rueda los ojos y se mira al espejo

—Es parte del vestido —frunzo el ceño, me acerco

—¿Qué clase de vestido es ese? —la observo de atrás

Demonios, se ve demasiado bien.

Mi mano se va hacia su cintura instintivamente, acariciándola.

—De todos modos me gusta este —se agacha y toma otro negro

Aprieto mis labios cuando roza su trasero con mis caderas, apropósito.

Retrocedo y froto mi rostro, no tiene vergüenza. Y yo tampoco.

Se gira y vuelve al vestidor. Suspiro y miro hacia atrás, los vestidores están lejos de las vendedoras, por lo que no hay nadie. Además de que apenas nos vieron enseguida nos ofrecieron demasiados vestidos. Y Violette tomó como quince para probar.

Me siento en uno de los sillones y vuelvo a sacar mi teléfono, mi secretaria confirma el cambio de horario de la junta.

—Este es el elegido —levanto la mirada, suspiro y guardo mi teléfono

Vuelve a dar una vuelta, esta vez arqueando su espalda y moviendo levemente su trasero hacia a mi. Sonrío levemente y me levanto.

—Solo puedo imaginar como seria quitártelo —me acerco, mientras levanta su cabeza hacia a mi

—Tal vez se cumpla tu sueño —coloca una mano en su cintura. Bajo mi mirada a sus pechos, mis dedos tratan de cerrar el pequeño cuadrado del vestido—. Es así.

—Me esta invitando a meter mis dedos —golpea mi pecho, sonrío

—Asqueroso —se gira y se mira al espejo. Lamo mis labios, mientras se coloca en varios ángulos—. Definitivamente este es el elegido.

—De acuerdo —gira su cabeza hacia a mi, meto la mano en mi bolsillo y le tiendo mi tarjeta

Levanta una ceja y sonríe, se gira hacia el vestidor.

—Planee este día desde hace dos años, el dinero de este vestido también —frunzo el ceño—. Si te soy sincera, solo me gaste tu tarjeta esa vez porque quería dejarte seco.

El Rey y su DuquesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora