XXIV

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El sonido de sus tacones resonaban en aquel largo pasillo blanco, la mujer caminaba con las carpetas en sus brazos con una sonrisa de satisfaccion

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El sonido de sus tacones resonaban en aquel largo pasillo blanco, la mujer caminaba con las carpetas en sus brazos con una sonrisa de satisfaccion. Después de haber salido de aquella conferencia que había dado consiguiendo las firmas de los ministros se sentía en la gloría,  se detuvo al frente de una puerta donde tenía un letrero de personal autorizado, así que puso su carnet en el lector y con un sonido la puerta se abrió dando a la vista un pasillo con luces rojas,  la mujer se arregló las gafas y caminó por el gran pasillo. Atrás de ella se escuchó la puerta cerrarse levemente quedando solo el sonido de sus pasos un gran eco.  Entró en una puerta y adentro se encontraba un medico mirando por un microscopio.

— Dr. Williams - reclamó la mujer — ¿cómo va con la prueba número 250?.

— Digamos que casi sin éxito — respondió el hombre — sin la chica ya nos quedamos sin sangre , y sin ella no podemos hacer mucho — el hombre se puso la mano en la frente — no sé a donde quieres llegar con esto que me has pedido... - inquirió levantando su mirada — ¿acaso no te basta con qué toda Latinoamérica esté infestada por el virus que tú misma creaste? - terminó preguntándole.

La mujer soltó una pequeña risa en ese momento.

— El virus no fue esparcido por autorización mía — respondió ella caminando alrededor del escritorio — diferentes presidentes querían que sus tropas militares fueran una máquina letal y ni siquiera me dejaron terminar la primera muestra cuando ya necesitaban que estuvieran en disposición de ellos — la mujer caminó hasta el hombre y posó la carpeta en la mesa con la firma de los ministros — sin embargo aquí tengo la firma de los ministros donde me exoneran de todo experimento que se haga en este lugar... — ante esto mostró una risa de satisfacción.

— Verónica ... Tú y yo estamos concientes de que el virus fue esparcido no solo por los militares, he visto muestras dónde hay un virus latente... Y no ha despertado, estás muestras me han llegado de personas que han sido ya mordidas...hay un detonante — Verónica lo miró con una sonrisa.

— Usted es muy listo Williams, el virus también actúa como un arma biológica, un arma a disposición mía que lo único que falta es la cura... La OMS estará agradecida de esto y los líderes políticos de la ONU satisfechos..

— Verónica nadie contaba con que el virus latente se activaría causando el daño colateral que hay actualmente.

— Por eso te tengo a ti trabajando en un suero ..

— Los experimentos en algún momento dejarán de estar sedados... pronto acabara sus reservas y podría salirse de control esto - comentó preocupado.

— No te preocupes por eso — respondió la mujer tomando la carpeta y caminando hasta la puerta - pronto traeremos a la chica inmune al virus y podemos tener el control contra los infectados... O mejor aun podemos tener el control de un arma que revolucionará al restante de los continentes - dicho esto salió y dejó al sujeto solo.

Crónicas Z: La InfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora