XXV

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Aarón preparaba su bolso para salir, Aidan no estaba de acuerdo con el plan de volver a Caracas, sin embargo el hecho de que su prima seguía con vida le mantenía un poco la calma

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Aarón preparaba su bolso para salir, Aidan no estaba de acuerdo con el plan de volver a Caracas, sin embargo el hecho de que su prima seguía con vida le mantenía un poco la calma.

— Sé que no quieres regresar allá, pero aquí no he podido hacer mucho. — tomó a Aidan por la cara y le dió un beso — necesito ir descartando pistas del paradero de mi madre... Siento que me volveré loco Aidan.

— No puedo permitir que eso pase, yo también iré... Tú mejor amiga partió hace unos días atrás y se que te sientes vulnerable... Pero nosotros también somos tu apoyo Aarón. — La voz de Aidan sonaba tan segura que esto reconfortó al chico.

— Oigan tortolos, tenemos que irnos — la voz de Tomás los interrumpía entrando a la habitación. Caminaron hasta el hangar dónde una avioneta esperaba por ser abordada. María se encontraba lista para ir junto a otros dos sujetos más que no conocían. Elena y los demás se despidieron del grupo esperando que todo saliera bien.

Aarón miró por la ventana un poco preocupado, así que solo era cuestión de horas llegar a Caracas. Observaba el equipo. Pero... No sabían con que podrían encontrarse.

El tocadisco sonaba con un volumen agradable en la sala, mientras Matt tarareaba la canción de Shaw James que sonaba en el mismo con un vaso de whisky en la mano

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El tocadisco sonaba con un volumen agradable en la sala, mientras Matt tarareaba la canción de Shaw James que sonaba en el mismo con un vaso de whisky en la mano. Observaba su guitarra reposando junto al mueble; sus pensamientos fueron interrumpidos por unos pasos, eran sus hermanas que sonreían con travesura. Escuchaba las voces de las niñas distorsionadas sin poder entender y en un despertar su madre venía corriendo convertida en un infectado, intento defender a sus hermanas pero ya una había sido atacada por su abuela que también estaba contagiada, la sangre salía por el cuello de la niña que lloraba a gritos.

Agarró la guitarra clavándosela a su madre en la cabeza, la dejo inconciente por unos segundo y al intentar salir de la casa ya estaba siendo atacado por la pequeña niña que le daba un mordisco a su pierna.

Despertó sobresaltado debido al movimiento brusco del camión, ya había pasado un par de días de haber llegado a chile. Amanda lo observó preocupado a su lado, este le tomó la mano como señal de que se tranquilizara, cosa que está hizo darle fue una pequeña sonrisa.

Crónicas Z: La InfecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora