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San gimió cuando los dientes del mayor tomaron la blanquecina piel de su cuello y tiraron de esta con un poco de rudeza.

Se había negado rotundamente a la petición del rubio sobre ir a la mansión de este, pero no había podido evitar caer en la situación en la cual se encontraba en ese preciso momento. Sentado a gatas sobre el regazo del mayor, con las manos enterradas en sus hebras de color gris mientras este devoraba su piel a voluntad, dejando múltiples marcas a su paso.

-Woo... Wooyoung... suficiente, debo... ir-irme... - Habló San con voz nerviosa y excitada, sin embargo, no hizo ni el más vago intento por apartar al rubio o alejarse- tengo mucho trabajo... Por... hacer.

-Ya te dije que puedo pagar para que hagan ese reporte por ti dulzura- dijo Wooyoung con voz más profunda de lo normal, abandonando el cuello del pelinegro para poder verle a la cara, el aludido negó varias veces con la cabeza.

-Ya te dije que no... No tendré otra deuda contigo...

-No deberás nada, no es un préstamo, sólo quiero ayudar- replicó el rubio.

-No quiero tu ayuda Wooyoung- San volvió a negar, esta vez separándose del mayor y poniéndose de pie con dificultad, acomodando su ropa e intentando, sin éxito, disimular el temblor en sus piernas- es en serio, se supone que ahora debería estár en mi departamento intentando salvar mi asignatura... te agradecería que no me contactaras hasta el sábado...

-Estás siendo muy extremista bombón, ok, no quieres que pague para que realicen el trabajo por ti, entonces yo mismo te ayudaré... recuerdo que cuando estaba en la universidad me tocó hacer algunas asignaciones como esa, no será un problema para mi- el mayor se puso de pie- Ya terminé con los asuntos que tenía pendientes para hoy, podemos irnos ahora mismo.

Empezó a caminar con intenciones de dirigirse hacia la puerta, pero las pequeñas manos del pelinegro pasándose sobre su pecho le detuvieron.

-Wow, wow, alto ahí... No vendrás a mi departamento- Wooyoung tomó las manos de San entre las suyas y las apartó de si, pasándolo de largo e ignorando sus palabras.

-No te he pedido permiso, dulzura- habló en tono tranquilo y continuó caminando.

A San no le quedó más remedio que seguir al mayor quien ya había salido de la oficina.


-Bonito departamento -comentó Wooyoung, observando el lugar con detenimiento.

La verdad era que el departamento del pelinegro estaba bastante bien, lujos no le faltaban. La decoración era minimalista pero moderna, todo en colores neutros.

-Gracias, supongo... esto... ¿quieres algo de tomar? -preguntó San, prestándole más atención de la debida al rubio, no sabía por qué pero tenerlo en su departamento le ponía nervioso de alguna manera, pues este estaba, de una forma u otra, invadiendo su espacio.

-Pues ya que lo preguntas, si -respondió el mayor tomando asiento en el mueble en forma de L que ocupaba el centro de la sala- Me encantaría tomarte a ti, en cuatro, justo ahora... ¿Pero no es una opción, cierto?

-No seas pesado imbécil- San no pudo detener el rubor que se instaló en su rostro luego de escuchar las palabras del rubio, así que sólo desvió la mirada y se aclaró la garganta- Deberíamos empezar a trabajar de una vez, hay mucho por hacer.

-Lo que tu digas pequeño- respondió Wooyoung- ¿Por dónde empezamos?

San guió al mayor hasta su habitación, pues en la misma tenía un ordenador de escritorio, además de que trabajarían más cómodos. Y así lo hicieron, por lo menos durante las tres horas siguientes. Por supuesto, con pequeñas pausas ocasionadas por comentarios subidos de tono por parte del rubio e improperios por parte del pelinegro.

Toxic [WooSan] CORRIGIENDO Onde histórias criam vida. Descubra agora