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-Sorpresa, dulzura- dijo Wooyoung con voz suave y una sonrisa.

-Es hermoso... -susurró San para si mismo.

Observó cada detalle a su alrededor, toda la sala era iluminada exclusivamente por pequeñas velas que se ubicaban en todas partes. Velas aromáticas con olor a vainilla.

En las esquinas, en las estanterías, en las escaleras, en la mesita de centro... Y pétalos, pétalos de rosas esparcidos por todo el piso.

San miró hacia abajo, se encontraba de pie justo en el centro de un gran corazón hecho con velas. Wooyoung le miraba desde su posición, aún sonriendo.

-Gracias Woo... -habló el menor emocionado.

-Te mereces esto y mucho más dulzura- respondió el rubio. Caminó hasta San, no dudó en sujetarle por la cintura y buscar sus labios. Fue un beso en principio lento, dulce, pausado.

San rodeó el cuello del mayor con sus brazos, separó sus labios recibiendo la lengua contraria, dando inicio a una danza en la cual era el rubio quien dominaba.

-Ven... -habló el mayor rompiendo el beso, le tomó de la mano y caminaron hasta la cocina. La misma se encontraba en iguales condiciones, velas y pétalos de rosa por todas partes.

En la mesa la cena estaba servida, uvas frescas, vino, filete de ternera, vegetales salteados, ensalada y bocadillos. Ambos tomaron asiento, San aún miraba todo de forma sorprendida.

-¿Hiciste todo esto tú sólo? -preguntó el menor.

-No -respondió Wooyoung negando con la cabeza, tomó una uva y se la llevó a la boca- Soyeon y mi abuela fueron de mucha ayuda.

-Todo les quedó precioso... -comentó San- tendré que agradecerles en cuanto las vea...

La cena transcurrió de forma amena y tranquila. Charlaron y rieron entre besos fugases, copas de vino y toqueteos por debajo de la mesa. El ambiente era simplemente perfecto.

-Gracias por esto Wooyoung - dijo San con una gran sonrisa- esta ha sido la mejor cena que tenido en mi vida.

-La noche apenas comienza dulzura- respondió el rubio. San alzó las cejas y su sonrisa se hizo más amplia.

-¿Aún hay más?

-Oh, por supuesto que sí pequeño- Wooyoung se puso de pie- acompáñame.

San le siguió de vuelta a la sala, pasaron al corredor, que daba a la puerta trasera, el mismo seguía un sendero hecho con pétalos y algunas velas que daban un poco de iluminación.

Una vez frente a la puerta, el rubio giró el pomo y la abrió ligeramente, luego se hizo a un lado para que San pudiera salir primero.

El pelinegro le miró divertido, entrecerrando un poco los ojos. Terminó de abrir completamente la puerta y salió, bajando por la escalerilla, se quitó los zapatos, para poder caminar cómodamente sobre la arena fresca.

Ahogó un jadeó ante lo que tenía en frente. Continuó caminando, el sendero hecho por pétalos seguía, en la arena, pequeñas luces formaban corazones, y al final del camino, había... ¿Una gran alfombra? Bajo lo que parecía ser el techo de una choza sostenido por cuatro postes, forrados con pequeñas bombillas que ilumanban todo. En el cielo no parecía haber espacio para una estrella más, la luna llena se alzaba sobre ellos, en su máximo esplendor.

¿Cómo podría describir aquello? Simplemente se había quedado sin palabras.

-Esto no es nada comparado con todo lo que has hecho por mi... -comentó Wooyoung, deteniéndose al lado del pelinegro- Es apenas una pequeña probada de lo que en verdad mereces.

Toxic [WooSan] CORRIGIENDO Where stories live. Discover now