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Wooyoung caminó ignorando las miradas curiosas puestas sobre su persona, apresuró el pasó en dirección a su oficina sin prestarle atención a su alrededor.

-Buenas tardes señ... señor Jung... -Lisa no pudo disimular en cuanto su jefe se detuvo frente a su escritorio- ¿Quiere que le traiga una compresa con hielo?- preguntó la joven en tono preocupado.

El rubio negó con la cabeza.

-¿Ya ha empezado la reunión?

-Lo hará en unos minutos señor, puede pasar a la sala de juntas- respondió la rubia cortésmente.

Wooyoung dio un par de pasos pero retrocedió.

-Lisa...

-Dígame señor.

-¿Puedo confiar en ti para lo que sea verdad? -la joven frunció el ceño pero asintió inmediatamente- necesito pedirte un favor.

-Por supuesto señor.

-Necesito que investigues los mejores laboratorios de la ciudad, también quiero las referencias de sus médicos y directores, en cuanto lo tengas te presentas en mi oficina.

-De acuerdo señor.

-Y por favor, se lo más discreta posible.

-No se preocupe.

El rubio tuvo razón acerca de la reunión, se extendió por 2 horas completas e incluso un poco más, para cuando salió del edificio el sol ya se había empezado a ocultar, el cielo se había cubierto de nubes anaranjadas y rojizas.


Ya había anochecido. San contaba con quedarse en su departamento viendo series.

Ahora que ya había tomado los exámenes finales, podía relajarse y disfrutar de un poco de tiempo a solas, pero ese no sería el plan.

El club de Minhoo estaría cerrado un par de días, a causa de unas reparaciones. Había llamado al rubio para decirle que no pasara a buscarlo, pues este siempre lo hacía luego de terminado su turno. Pero Wooyoung le había dicho que de todas formas iría a su departamento. Adiós a sus planes de unos momentos de soledad.

El timbre sonó poniéndole fin a sus pensamientos. No se molestó en preguntar quien tocaba, pues ya sabía de quien se trataba.

El pelinegro abrió la puerta e inmediatamente frunció el ceño en cuanto el rubio ingresó al departamento, cerrando la puerta tras su espalda.

-¿Qué te ocurrió?- preguntó San.

-Una pequeña discusión con mi madre- respondió el rubio restándole importancia al asunto.

-Ven - San tomó la mano del rubio y le guió hasta su habitación- siéntate ahí- señaló la cama y se metió al cuarto de baño, cuando salió lo hizo con una pequeña caja blanca entre las manos.

La mejilla del mayor ya no estaba tan hinchada pero aún estaba roja y el pequeño corte cubierto de sangre que ya se estaba secando.

-No hace falta pequeño...

-Cierra la boca- San se sentó a su lado, y procedió con suma delicadeza a limpiar el pequeño corte, con algodón y alcohol, luego aplicó un poco de pomada.

-¿Esto significa que te preocupas por mi? -preguntó el mayor con una sonrisa burlona, San puso los ojos en blanco y se puso de pie para volver al baño y colocar el botiquín en su lugar.

Toxic [WooSan] CORRIGIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora