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Wooyoung tuvo la sensación de algo húmedo recorriendo su pecho, la misma sensación fue ascendiendo hasta llegar a su cuello, abrió sus ojos lentamente, parpadeando varias veces para acostumbrar su vista a la intensa luz que proporcionaban los rayos solares colándose por las ventanas.

Sus labios fueron atrapados por otros, en un beso suave y sumamente tierno. El rubio sonrió, y llevó sus manos a la cintura de cierto pelinegro que ya se había acomodado sentado a gatas sobre su cuerpo.

-Buenos días... - dijo el menor en tono cantarín, en cuanto abandonó los labios del rubio, imitando su sonrisa.

-Buenos días dulzura... - el pelinegro se inclinó para adentrar su rostro entre el cuello y el hombro del mayor, repartiendo besos húmedos en aquella zona- Mm... ¿Te sientes bien?- preguntó Wooyoung, con las manos aún en la cintura del pelinegro, haciendo círculos imaginarios en su piel, con los dedos mayor y anular.

-Estoy mejor que nunca... ¿Por qué lo preguntas? - San respondió, concentrado en su tarea de dejar besos por todo el cuello del mayor.

-Pues, esta es la primera mañana en la cuál no eres un pesado gruñón.... ¡Auch! - El rubio se quejó ante la fuerte mordida que le propinó el menor.

-Yo no soy pesado imbécil... y mucho menos gruñón- reprochó San, abandonando su cuello y enderezándose para luego hacer un puchero. Wooyoung sintió su corazón explotar ante aquella imagen. El menor se veía malditamente tierno, con el pelo revuelto, el ceño fruncido y los labios abultados.

-Hermoso... -susurró el rubio, tan bajito que el menor no fue capaz de escuchar.

-¿Qué?

-Gracias... - dijo Wooyoung, con total sinceridad, viendo directo a los ojos del pelinegro.

-¿Por qué me agradeces?

-Porque estás aquí... Eso significa que has decidido creerme y que tengo una oportunidad contigo- comentó el rubio.

-Voy a confiar en ti, Wooyoung... Y ahora que sabemos que existe una gran probabilidad de que ese bebé sea de uno de esos hombres que mencionaste anoche en el club... De verdad quiero intentarlo... Quiero que exista un "nosotros"- el rubio rápidamente se giró su cuerpo de forma ágil, dejando esta vez al pelinegro de bajo suyo.

-Eres lo mejor que me ha pasado... - Dijo Wooyoung, besando los labios del pelinegro, quien se apartó luego de unos segundos.

-Lamento no poder decir lo mismo de ti... sólo me has traído problemas- respondió el menor en tono de broma. Wooyoung alzó una ceja divertido.

-Eso dices pero no veo que te quejes de ello...

-Mmm ¿Qué te puedo decir? Me gustan los problemas...

-¿Ah sí?- preguntó el rubio con una sonrisa coqueta- Pues... Yo tengo uno...

-¿Un problema?- preguntó el pelinegro, con la misma sonrisa coqueta.

-Ajá... uno grande... - El mayor se restregó contra el pelinegro, gracias a posición en la que estaban, podía acomodarse perfectamente entre las piernas del chico, y este pudo sentir como el miembro del rubio empezaba a despertar.

-¡¿Es en serio Wooyoung?!- exclamó San con diversión, falsamente escandalizado.

-Por supuesto dulzura, tu lo pediste y yo te lo voy a dar... ¿Cómo lo quieres?- preguntó Wooyoung mientras se inclinaba para tomar el labio inferior de San entre sus dientes y tirar de el- Así como estamos... en cuatro o... ¿Prefieres montarme?

Toxic [WooSan] CORRIGIENDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora