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Wooyoung besó los labios del pelinegro con pasión y una inusual desesperación que no pasó desapercibida por el menor.

-Woo y-ya es suficiente... - dijo San con voz entrecortada, rompiendo el beso que compartía con el mayor.

El rubio sacó sus dedos del interior del menor y se quitó de encima de este. Ambos se encontraban en la casa del primero, sobre el sofá.

Tomó un pequeño frasco que descansaba sobre la mesita de centro y dejó caer una buena cantidad de su contenido sobre su mano para luego llevarla a su propia erección.

-Ven aquí, San - El rubio habló con voz demandante, al pelinegro siempre le causaba escalofríos escuchar su nombre ser pronunciado de aquella forma tan sexy y autoritaria- quiero que me montes, pequeño.

San obedeció la petición del mayor, bajó del sofá y se paró en frente del rubio dándose la vuelta, con intenciones de sentarse sobre su regazo dándole la espalda, pero el mayor se lo impidió volviéndole a dar la vuelta. Negó con la cabeza.

-Así no, te quiero de frente -San bufó pero aún así se sentó a gatas sobre el regazo del mayor- Ahora... tendrás que joderte tu mismo.

-Bastardo... - el menor se sonrojó y desvió la mirada.

-Hazlo... - dijo el mayor con voz roca cerca de su oído, acto seguido tomó el lóbulo de su oreja y le mordió, San dejó escapar un gemido.

Se inclinó hacia delante, y tomó el miembro del rubio, guiándolo hacia su entrada, empezó a descender lentamente sobre la erección del rubio hasta que estuvo por completo en su interior.

Luego de unos momentos el pelinegro empezó a mover sus caderas despacio, hasta que poco a poco fue aumentando el ritmo.

Wooyoung llevó sus manos a su cintura, la sujetó tan fuerte que de seguro dejaría marcas. San se movía da arriba hacia abajo frenéticamente, echando su cabeza hacia atrás, su cabello estaba hecho un desastre, algunos mechones pegados a su frente a causa del sudor, sus labios rojos e hinchados de los cuales salían gemidos y frases sin sentido. Wooyoung pensó que aquella era la imagen más hermosa y erótica que había visto en su vida.

San se inclinó sobre él y juntó sus labios, Wooyoung le sujetó de la nuca y enseguida tomó el control. Devoró sus labios de la forma tan intensa en que siempre lo hacía e incluso más, dejando al menor sin aliento, dejando escapar sus gemidos entre besos, hasta que tuvieron que separarse por falta de aire.

- Wooyoung... M-mas... -gimió San.

Wooyoung invirtió las posiciones con un ágil movimiento, tumbando al menor sobre el sofá y comenzando un energético vaivén con su pelvis, no tardó mucho en dar con el punto del pelinegro, haciéndole gritar placentero.

-Ahí... justo ahí...

-Fuerte y claro bebé... gime mi nombre... - pidió el rubio, entrando y saliendo del pelinegro rápido y con fuerza.

-Woo... ¡Wooyoung! ¡Wooyoung! - San se aferró a la espalda del mayor, clavando las uñas en su piel. Con un gruñido el rubio se corrió, liberando su esencia en el interior del menor quien también llegó al orgasmo unos segundos después.

-Sí que me extrañaste... - dijo el pelinegro, luego de unos minutos.

-Qué te digo lindura... -habló el mayor mientras salía del interior de San, haciendo que ambos jadearan- prácticamente no pude tenerte para mi en esta semana.

-Pues deberías acostumbrarte... luego de un mes ya no podrás volver a tenerme, ese es el trato- dijo San.

- No he dicho lo contrario en ningún momento pequeño- Wooyoung se acercó al rostro de San, este se puso visiblemente nervioso- sólo te diré... que he decidido que te quiero para mi... me encargaré de que el próximo mes no quieras alejarte de mi- tenía intención de besarlo pero el pelinegro interpuso su mano.

Toxic [WooSan] CORRIGIENDO Where stories live. Discover now