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Sí se lo preguntan, ¡Sí! Todo lo que restó del día hasta el siguiente permanecí encerrado en mi habitación. Pues bien, al yo volver con la familia habían decidido ir a casa. Pará mí mala suerte TaeSun se quedó ahí con aquel chico que me había decepcionado.

-¡TaeMin!.-Gritó mi madre adentrándose a mi habitación.-¿pero que es este mugrero?.-Hablaba mientras se adentraba y abría las cortinas dejando entrar todo el sol que iluminó mi habitación.

Me quejé de ello, como si fuera un murciélago que le incomodaba la luz como si se tratase de una fobia hacia ella y sobretodo a la luz que emitía la luna.
En mi caso era la del sol. Muchísimo peor ya que esta trasmitía calor.

-¡Mamá!.-Grité cubriendome con los cobertores de mi cama hasta mi cabeza, siendo por completo dentro de ella.

-Tu abuela llamó al teléfono, dijo que le prometiste construir un armario. Si es así, ve, no quiero que luega diga que crié a unos hijos mal educados.

-No quiero ir.

-Bueno, entonces llamale por teléfono y dile que no irás, explicándole tus razones.

Dicho aquello mi madre salió de mi recámara, por lo que me puse de pie y cambié mis pijamas por ropa cómoda. Pará dirigirme donde estaba el teléfono alambrico y pulsar los números de la casa de la abuela para poder comunicarme por el único medio del cual era posible. Me sorprendió que contestara al instante.

-¿Si?.

-Abuela, soy TaeMin.

-¿Vendrás a hacer los armarios como prometiste? Haré comida.

Solté un suspiro, de verdad quería negarme, sin embargo tal vez podría ser una buena oportunidad para poder establecer una buena relación entre abuela y nieto. Por lo cual acepté.

Le pedí a mi padre que me dejará en casa de mi abuela y así mismo que me prestara algunas herramientas. Aunque no era necesarios, debido a que mi abuelo se dedicaba a la carpintería y él tenía todo lo necesario dentro de esa habitación que tomaban como almacén a pesar de que anteriormente le pertenecía a mi padre, antes de casarse.

Cómo bien no es bien visto llegar a una casa que no es tuya, sin no tener un obsequio para esa persona que te recibe. Había recordado que la abuela mencionó que haría de comer, por lo cual me decidí a llevar algunas bebidas siendo éstas algunos refrescos.
Aquello lo compré yo mismo, sin que mi padre se diera cuenta de los productos que seleccioné.

-¡Abuela, soy yo!.-Grité mientras entraba, dejé las bebidas en la mesa del comedor y caminé a la habitación donde las maderas se encontraban.

No sabía cómo hacer un armario, pero llevaba mi celular que con ayuda de tutoriales podría aprender a hacer uno.

Justamente al pasar por el pasillo para lograr ir a la habitación escuché voces en el sanitario, por lo cual solo dejé las herramientas en aquel sitio do de debería estar y regresé al pasillo abriendo la puerta del sanitario.

¿Mi mala suerte no puede incrementar?.

-¡Ya llegaste!, en cinco minutos estará la comida. Ve a poner la mesa, eres el menor.-Hablaba mi abuela con su expresión de sarcasmo para después mirar con ternura a aquel que anteriormente se había ofrecido en ayudarle con la plomeria de su sanitario.-MinHo, ¿ya comiste?, deberías de hacer un descanso con eso e ir a comer con nosotros, preparé un samgyetang, espero y te guste el pollo.

Al principio MinHo comenzaba a ser cortés, negándose con su simple idea de dar a parecer a la gente que es todo un caballero. Yo solo solté un quejido disgustado y caminé a la cocina realizando los labores que mi abuela ordenó.

Lo descubrí aquel sujeto simplemente quiere aparentar tener una linda carita para cualquiera que le viera, sin embargo es un completo sádico, ¡sí! De esa forma le llamaría, es casi como mi hermano.
Si realmente es una persona educada, no debió de haberse burlado de mí, al contrario él debió de haberme defendido.
Sí, eso debió de haber hecho.
Es una persona grosera, con antivalores. Eso es lo que es. Quería sacarle la lengua y demostrarle que yo también puedo defenderme ante sus insultos hacia mí persona.

Cuando escuché la voz de mi abuela acercarse no iba sola, sino que aquel chico la acompañaba, por lo cual realicé una mueca colocando con cuidado el platillo principal, sin embargo estaba tan caliente y lleno que terminó cayendo sobre mi muñeca de la mano derecha. Por lo cual solo solté un quejido silencioso mostrando un simple gesto en mi rostro acerca del dolor.

-¡TaeMin! Sabes que soy diabetica, ¿por qué compras azúcar con colorizantes y gas?.

-Lo siento abuela, no lo sabía.

-¿No lo sabías? Es indignante que no conozcas las enfermedades de tu abuela.

-Puedo ir a traer algo.-MinHo habló rápidamente acercándose a mi abuela para sonreírle.

-No cariño, muchas gracias por ofrecerte, tomaré té.

Simplemente me ofendió mucho el comentario de mi abuela, por lo que solo tomé asiento y con mi mismo puchero comencé a servirme a mi mismo de aquel refresco en un vaso.

-TaeMin... Olvidaste servirle a MinHo.

-Ah, sí lo olvidé.-Dije tomando otro vaso de vidrio y servir del refresco de mala forma para después entregarlo en su sitio donde se sentaría.

Mi abuela sirvió su té caliente y dio el inicio a la comida informándonos que podríamos comenzar a comer.

No sé en qué pensaba mi abuela, era verano, hacía muchísimo calor y ella sirve comida caliente y de colmo un té de la misma temperatura a la comida.

MinHo fue quien inició la charla diciendo cómo iba su trabajo, y mi abuela solo le felicitaba e incluso en ocasiones le servía más comida a él que a mí.
Yo dije nada por respeto y solo permanecí en silencio.

-Entonces... ¿Crees que puedas hacer un armario, sin siquiera saber que es un destornillador?.-De nuevo aquel engreído que hablaba para divertir a mi abuela. Ya que esta soltó una carcajada y él se unió.

No contesté y fingí ignorarlo para continuar con mi comida, dando un mordisco grande a la pierna de pollo que había tomado.

-TaeMin, no seas descortés.

-Lo siento. ¡Yo no soy el descortés! Es él, ¿cómo puedes permitir que se burle de tu nieto de esa manera? ¡Soy tu último nieto, debería ser yo el favorito! Y soy el menos deseado. Abuela, ¿cuándo me has leído un cuento, cuándo me has dado un obsequio? ¡Ni siquiera me diste nada cuando era niño en año nuevo! Era mi abuelo quien hacía todas esas cosas. Y ¡sí! Al igual que tú lo extraño, pues aunque no lo creas, él me enseñó armar pajareras. ¡Yo construí la que está en tu patio!.

No era valiente, simplemente hablé sin pensar y a su vez me puse de pie tomando mis refrescos.

-Iré a ponerme diabetico yo solo.

Dije para después tomar el vaso de MinHo y tirarlo por el drenaje del lavaplatos. Así mismo con los refrescos en mis brazos me dirigí a la habitación que se usaba como taller de carpintería.

Una vez ahí coloqué el seguro a la puerta para que nadie entrará y yo poder comenzar a ver los tutoriales mientras seguía los pasos que indicaban.
Por suerte estaba todo ahí. No habría necesidad de ir a comprar productos.

Coloqué la música de mi celular sin importarme el volumen. Yo solo realicé aquello como si se tratara de la construcción de algún escenario listo para irse a una obra teatral.

Al parecer aquel que creía una persona hermosa, era un vil estúpido.

¡Lo odio!
¡Te odio!
¡Te odio Choi MinHo!

Mirándote Desde Lejos (2MIN)Where stories live. Discover now