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El fin de semana había finalizado.
Debíamos de volver al instituto.

Después de haber recordado lo que aconteció con el beso. No salí para nada del departamento de mi abuela. No quería encontrarme a MinHo y tener que hablar con él. Ahora que recordaba todo. Era lo que menos quería hacer.

MinHo había venido el día anterior, pero mi padre fue quien le abrió la puerta. Tomó mi ropa (que había dejado en su casa) y se despidió. Pues yo le había contado a él todo.
Sabía que me apoyaba, como a la vez por ser mi padre me había castigado por haber tomado alcohol.

El lunes por la mañana. Uno inicia el día soltando un suspiro pesado. Yo lo inicié de esa manera.

Sabía que MinHo es una persona que le gusta apresurarse para llegar temprano y siempre ser el primero. Así que para evitar irme con él. Había optado en ir a paso tortuga.

El desayuno lo consumí de manera lenta disfrutando de aquel sabor distinguido.
El uniforme me lo coloqué lentamente, como si no supiera cambiar mis ropas.

Vi la hora de manera sonriente para mí mismo. Ya que MinHo a esa hora ya debía de haberse ido. Así que abrí la puerta, encontrándome a aquel sujeto.

-Lo siento, me quedé dormido. ¿Nos vamos?.

-Ah... Es que, ¡olvidé mi cartulina!. Y tu no quieres llegar tarde, ¡Sí! Eso, así que allá te veo. ¡Bye bye!.-Dije de manera nerviosa, volviendo a entrar al departamento de mi abuela y asomarme a la ventana esperando a que MinHo se fuera.

Cómo era de esperarse se quedó unos minutos. Pero después prefirió irse.
Solté un suspiro y mire a mi padre, que tomaba las llaves para irse.

-¿Podrías llevarme a la escuela?, es tarde.

-Tarda más tu hijo en arreglarse que el mundo en girar.-Mi abuela como siempre, suele hacer algún comentario.

-Que sea la última vez.-Asentí y rápido salí de ahí, seguido de él.

En el momento que sacamos el auto del estacionamiento, pudimos observar que MinHo estaba tardando en quitar el candado de su bicicleta.

-¡Oye!, tienes el mismo uniforme que mi hijo. ¿Van a la misma institución? Anda sube al auto. Es tarde.

MinHo al mirarme rápido dejó su bicicleta y se subió al auto. En la parte trasera.

-Se lo agradezco mucho señor.

-No hay que agradecer, ¿Eres MinHo cierto?. Mi hijo habla mucho de ti.

-¡Papá!.-Regañé, mirando hacia la ventana, esperando a que cambiará de tema. Sin embargo MinHo solo soltó una risita.

-Usted tiene un hijo increíble. ¿Qué dice de mi?.

-Ah, pues cosas como que él te...

-¡Gracias papá!, ¡adiós!.-Interrumpí de nuevo abriendo la puerta del auto, ya que habíamos llegado.

Esperando a que no dijera nada de mí corrí a la entrada para dirigirme a mi aula de clase, ya que no quería seguir pasando más vergüenzas.

-TaeMin, es tarde.

-Lo siento...-Mordí mi propio labio para caminar lentamente hasta mi asiento.

Soltando un suspiro de que al fin había llegado.
Saqué mi libreta y comencé a hacer mis apuntes de clase.

El momento de la merienda había llegado. Por lo cual cada uno guardó sus útiles escolares y se reunían en grupos. Cada uno con su respectiva amistad a pasar el rato.

Mirándote Desde Lejos (2MIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora